DIARIO DE UNA ESPERA: Sin derechos y sin primer lugar

DIARIO DE UNA ESPERA: Sin derechos y sin primer lugar
Fecha de publicación: 
21 Julio 2016
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Un día triste, otro alegre, otro menos triste, otro más alegre... así todo el tiempo aunque trato de poner mi mejor cara frente a los contratiempos o dificultades que en vano intentan poner freno a mis sueños.



Al menos por esta vez, no se trata de simple curiosidad. Mi preocupación me trasciende porque pretendo, a pesar de todo, que salga ileso el fruto de mi vientre de todas mis tristezas. Un momento aclaro, no es que sean muchas, pero la melancolía también es parte del proceso.



El Doctor Thomas Verny, autoridad mundial en estas cuestiones, asegura que todo lo que una mujer embarazada siente y piensa es comunicado a través de neurohormonas a su bebé en gestación, tanto como la nicotina y el alcohol.



Autor de varios libros, entre ellos La vida secreta del niño antes de nacer, Verny establece, luego de veinte años de investigaciones científicas, que la manera como respondes a tus emociones y cuidas a tu bebé en gestación puede afectar su bienestar emocional y físico por el resto de su vida.



Mejor tomar medidas ¿no?



Otros cientos de investigaciones sobre el embarazo muestran que cuando una mujer embarazada está ansiosa, estresada o atemorizada, las hormonas de estrés que se liberan a su torrente sanguíneo traspasan la placenta y llegan al bebé.



Y “el estrés (uyyyy el estrés) activa el sistema endocrino del bebé en gestación e influencia su desarrollo cerebral. Los bebés que nacen de mamás que han tenido un embarazo con mucho estrés, tienen más probabilidades de presentar problemas de comportamiento en su vida”.



Leyendo esto y tratando de responderme la pregunta de cuánto afecta el llanto a mi bebé, también siguiendo la recomendación del gran Taladrid yo saqué mis propias conclusiones. ¿Acaso llorar no es la mejor manera de aliviar el estrés? Llorar es bueno para la salud, una terapia tan beneficiosa como la risa, una manera natural de aliviar el estado de ansiedad o tristeza.



Al llorar, el cuerpo libera automáticamente sustancias (hormonas) que hacen el papel de un calmante natural –oxitocina y opiáceos- y tienen la capacidad de hacer que el dolor -físico y emocional- que sentimos no sea tan fuerte. Las lágrimas son una anestesia natural y, de cierta manera, provocan un estado de relajación.



Me inclino a pensar que lo que el bebé siente cuando la mamá llora, es alivio. El problema en el embarazo es el estrés o los otros causantes de esas lágrimas. Ellas, en resumidas cuentas, son la salida de ese estado emocional que sí puede afectar mucho el desarrollo del bebé. La tristeza es lo que perjudica, lágrimas de felicidad no pueden hacerle daño.



Por sí o por no, mejor abandono a la señora melancolía. Incluso, porque como me recuerda un amigo, al querer ser madre irrevocablemente he perdido derechos y uno de ellos es el de estar triste. Desde que me habita mi amada semilla, no tengo permiso para estar yo en primer lugar... por primera vez no me pesa.



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