Novela cubana: La sal del paraíso, primeras reflexiones

Novela cubana: La sal del paraíso, primeras reflexiones
Fecha de publicación: 
20 Julio 2016
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Normalmente esperamos un poco más para valorar una telenovela en pantalla, al menos que transmitan más de la mitad de los capítulos, pero La sal del paraíso (martes, jueves y sábado; Cubavisión) ha originado un gran revuelo entre los televidentes.

Muchos de ellos han escrito a esta redacción, la mayoría indignados por esta propuesta. Demandan que la retiren o que la cambien de horario. Se quejan por la violencia y los “malos ejemplos”. Claman porque nos pronunciemos.

Primero que todo, no creemos que sea conveniente retirar del aire una telenovela, por muy tremebunda que les parezca a muchos de los espectadores. Convendría mucho más debatirla, sacar experiencias, tomar notas… y no hablamos solo de los televidentes, sino de los realizadores y productores.

La sal del paraíso está en su etapa inicial, y aunque no nos parece que pueda revertir buena parte de sus puntos débiles, todavía nos queda mucho por ver. Sería apresurado sacar conclusiones definitivas.

Algunos de las personas que nos han escrito afirman que los temas que aborda no tienen nada que ver con lo que se supone que deba y pueda abordar una telenovela. Pero nosotros pensamos que más que problemas con los temas, La sal… los tiene con la manera en que se plantean esos temas.

Otras telenovelas del patio (o más bien, otras teleseries que se asumen telenovelas, ya sabemos de las particularidades del género en Cuba) han centrado sus peripecias en un contexto bien actual y cercano, con una visión bastante crítica.

A La sal… no le faltan tramas potencialmente atractivas… lo que le falta es balance a la hora de presentarlas. Por fuerza tiene que abrumar ese alud de personajes conflictivos, de situaciones escabrosas, de violencia explícita o sugerida. Abruma porque no hay contraparte contundente.

Y eso sí no puede permitírselo una telenovela, uno de cuyos presupuestos es precisamente el pulso permanente entre “los buenos” y “los malos”. Sin villanos no hay telenovela. Pero sin héroes convincentes tampoco. (Y disculpen la estereotipada manera de referirnos a buenos y malos, está claro que los matices importan mucho a la hora de concebir personajes y situaciones).

No pueden pasar capítulos y capítulos en una sucesión casi continua de “malos ejemplos” (para decirlo en palabras de una de las foristas de este sitio), sin que asomen más a menudo las buenas acciones, aunque sea por pura reacción. Hay demasiada sal en ese paraíso.

Pero también es una cuestión de tono. Alguien decía el otro día que la telenovela parecía un Tras la huella sin sentencia. Y está claro que los realizadores obviaron resortes efectivos del folletín televisivo. Falta humor, falta romance, falta belleza.

No menospreciemos la belleza, que en una telenovela es un asunto prioritario. Es más, algunas de las producciones brasileñas transmitidas en Cuba durante los últimos tiempos han disimulado sus muchas manquedades gracias a las esplendorosas puestas en pantalla. Quizás suene absoluto y hasta frívolo, pero nadie va a buscar fealdad en una telenovela.

Y La sal del paraíso es muy fea, hasta el punto de que la chapucería parece ya premeditación (ojo, no afirmamos que lo sea).

Por poner solo un ejemplo: la Televisión Cubana no podía permitirse, a estas alturas, decorados con tan poco vuelo y acabado. No hablemos, por ahora, de los demás apartados de una puesta.

Algunos dicen que el público cubano suele pasar por encima de la factura si la historia llega a convencer. No estamos tan convencidos, pero lo que sí resulta claro es que en La sal… no convencen ni una ni otra.

Y no es que resulten inverosímiles las situaciones, sobradamente sabemos que la realidad es dura y compleja, pero la estilización ha sido insuficiente. Y estilización, que conste, no es lo mismo que edulcoración.

Defendemos, claro, el derecho de los creadores a escoger el espectro temático que consideren más atractivo. Y los teledramatizados cubanos muchas veces han asumido las responsabilidades que en buena lid les corresponderían al periodismo nacional. El debate no está en si La sal… debió o no hablar de las peleas de perros (por ejemplificar con algo que irrita a mucha gente), sino en las dosis y la eficacia del posicionamiento ante ese conflicto.

Algunos foristas nos piden un análisis desde la ética... Necesariamente regresaremos sobre esta telenovela. Queda mucho en el tintero.

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