MIRAR(NOS): Búsquese un amante

MIRAR(NOS): Búsquese un amante
Fecha de publicación: 
8 Julio 2016
0
Imagen principal: 

Con ciertas personas vale más ser traicionado que desconfiar.

Arthur Schopenhauer

 

Con una tranquilidad casi pasmosa alguien me pone un enlace de un post donde el autor recomienda (más bien exhorta) a los lectores, y a las lectoras también, a tener un amante. Casi en tono de súplica su “minuta reflexiva” termina por poco convenciéndonos de lo importante que resulta para el ego.

 

Claro, yo me he referido alguna otra vez al tema de la infidelidad. Ante todo porque parece que se ha puesto o no ha pasado de moda traicionar promesas de fidelidad, aunque a partir de ahora yo pueda volver a parecerles la desfasada de siempre.

 

Que si hay que velar por la chispa, que si de nosotros depende la actuación de la contraparte, que si esto, que si lo otro… la traición no está justificada en ninguna circunstancia ni siquiera cuando nos encontremos al límite de todas las posibilidades para escapar de cualquier mal.

 

Incluso algunos ponen etiquetas a esta pandemia de la que no escapa  ningún punto geográfico dentro del planeta Tierra. Los más teóricos, aquellos que se duermen colocando nombres a todas las circunstancias plantean, con alguna razón, la diferencia entre infidelidad sexual y emocional.

 

De cualquier forma, por donde sea que volteemos siempre en cada una de las variantes hay historia de erotismo o por lo menos de atracción en algún sentido.

 

Adentrándome en el texto en cuestión, comprendo inmediatamente mi error. Como tantas veces he hecho un juicio equivocado.
 
Amante es: “Lo que nos apasiona”. Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y es también quien a veces, no nos deja dormir. Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido.

 

Leyendo esto empiezo a darme cuenta de que en mi vientre llevo un amante. Nuestra relación ya casi va para cinco meses y sigue cumpliendo, como todos los amores al inicio, con cada una de esas características enunciadas.

 

Si no quedó claro, mi hijo(a) es mi pequeñísimo amante pero ¡lo qué son las cosas! me lo regaló mi propio esposo.

 

Sigo con el artículo, el autor sugiere que busquemos “alguien” o “algo” que nos ponga a noviar con la vida y sobre todos nos aleje del triste destino de durar. ¡Wow!, que terminologías más raras. Ahora ¿qué querrá decir con “durar”?

 

Es tener miedo a vivir, desvivirse por la forma en que subsisten los demás, tomarse la presión a menudo y ante el menor inconveniente, deambular por consultorios médicos, tomar remedios multicolores, alejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia. Durar es postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizás podamos hacerlo mañana.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.