ESTRENOS DE CINE: Joy

En inglés, el vocablo joy quiere decir alegría, deleite. Pero en la vida de Joy, la ama de casa madre soltera de dos hijos, que vive con su exesposo, su padre y su madre absolutamente divorciados, la abuela, la bisabuela y la hermanastra bajo un mismo techo, no hay nada de júbilo.

Sueña callada con que un día se acabe el tener que contar cada centavo. Pero en lugar de un camino para sus sueños, los gritos y peleas incesantes de su atiborrada familia le hacen sentir que vive en una prisión.

Un día, Joy tiene una idea doméstica, un trapeador que no necesita que lo expriman con las manos, que quiere patentar y vender por todo Estados Unidos. Pero no encuentra apoyo para llevar a cabo esta empresa, ni en su familia ni en los negociantes con los que se tropieza.

La novia del padre, interpretada por una soberbia Isabella Rosellini le advierte, a modo de sentencia: “Para llevar a cabo un negocio hace falta una dureza que tú, sencillamente, no tienes”. Lo que cuenta la película es, entre otras cosas, el desarrollo de esta dureza.

La cinta, tercera colaboración conjunta entre la nueva gran estrella de Hollywood, Jennifer Lawrence, sin duda una de las mejores actrices de su generación, y David O. Russell, director favorito de la Academia en los últimos años, presentan la historia de una mujer que, con persistencia, logró alcanzar su sueño.

La película está dirigida a todas “las mujeres atrevidas” pero bien pudiera estar dedicada a todas las personas, independientemente del género que tengan, que no se dan por vencidas. Enfrentémoslo, la vida está llena de obstáculos. Pero también es una carrera. Si hacemos caso a los obstáculos nos quedamos en el camino.

Joy (2015) es la historia –basada en hechos reales- de una mujer que se negó a quedarse sin sus sueños. Se creció porque tuvo que hacerlo. Luchó contra la decepción de su familia, contra los fraudes y estafas de cuanto abogado y empresario se cruzó por su lado y contra sus propias dudas de si podía lograr lo que deseaba para sí misma.

La película cuenta con un elenco de primera línea. El padre de Joy es interpretado por Robert de Niro, la nueva novia del padre (Isabella Rossellini), la madre adicta a las telenovelas (Virginia Madsen), el ex marido (Edgar Ramírez), la abuela (Diane Ladd), la única persona que confía en el talento de Joy, el compañero de negocios, (Bradley Cooper)…

Quizás un hándicap del filme sea que el director Russell nunca consigue ubicar el tono adecuado para su película, la cual va desde el melodrama propio de telenovelas (con escenas de telenovelas falsas filmadas para la película), hasta cierto costumbrismo. La cinta pasa de la farsa a la comedia y de ahí al drama, con personajes excéntricos que cuesta dimensionar en el contexto del universo de la protagonista, que se mueve siempre entre lo real y lo artificioso.

Pero por encima de todas las fallas narrativas y de una historia que inicia con vigor pero que a medio camino se estanca en las idas y vueltas caprichosas impuestas desde el guión, se destaca una enorme Jennifer Lawrence que soporta tras de sí todo el peso del guión del filme, algo ambivalente en cuanto al género que pertenece.

Por eso, qué importa el género. Es que incluso la historia queda sepultada ante el gran performance que es ver actuar (y hasta cantar) a Jennifer Lawrence en esta cinta. A la altura de Julia Roberts, Nicole Kidman, rozándole los talones a la más grande de todos los tiempos, la señora Meryl Streep. Una Jennifer Lawrence de Oscar.