ESTRENOS DE CINE: Freeheld, un amor incondicional

Freeheld, un amor incondicional (2015) trata la historia de una pareja de lesbianas -interpretadas por Julianne Moore, la última ganadora del Oscar a mejor actriz principal, y Ellen Page, una actriz que hizo pública su homosexualidad recientemente- que luchan por la igualdad de género.

La cinta, del director Peter Sollett, está basada en hechos reales (ocurrió en Estados Unidos hace casi una década) y cuenta la historia de una policía estadounidense y homosexual que vive en un estado profundamente conservador y a la cual le niegan –a pesar de su estado avanzado de cáncer- el traspaso de su pensión a su pareja… por su preferencia sexual.

Se le ha criticado a Freeheld, un amor incondicionaldad que no alcance un clímax de emoción acorde con lo que se espera, dramatúrgicamente hablando, de las leyes cinematográficas a las que nos tiene acostumbrados el cine de Hollywood. Sin embargo… ¿tiene acaso, la vida real, leyes de dramaturgia?

Es verdad que el guión de Freeheld, un amor incondicional no tiene grandes pretensiones, artísticamente hablando, pero eso es solo porque la intención del argumento está sobre todo en mostrar la historia, más que en lograr un interés del espectador que iguale esta cinta al resto de los filmes de Hollywood que hayamos podido visionar en el año. La historia misma es el punto fuerte de esta película.  

Puede ser que haya espectadores que se sientan desganados ante el poco clímax que propone el filme, la poca impresión que deja el final. Pero eso solo implica una neutralidad posicional ante la tesis que defiende Freeheld, un amor incondicional: la igualdad de género.

La lucha de las mujeres que encarnan Julianne Moorre y Ellen Page en esta cinta contribuyó, siete años mediante, a la aprobación del matrimonio gay –también llamado matrimonio igualitario- en Estados Unidos. De ahí que a la película se le perdone la simpleza de la forma. Esta no es sinónimo de escaso talento sino evidencia de una forma que opta, sencillamente, por la  narrativa franca y sobria.

Este filme, que narra desde que las dos protagonistas se enamoran, hasta el confrontamiento con los ejecutivos del estado de New Jersey, pasando por la enfermedad del personaje de Moore, hace mucha hincapié en lo que significa el amor. No ese que hace surge y apenas se entrevé cuando dos personas se conocen, sino aquel desarrollado, que se prueba en la enfermedad, en el deterioro físico de uno de sus miembros.

La mayor revelación de esta entrega, como producto artístico que es, más allá de la verdad de su tesis, son las actrices Ellen Page y Julianne Moore:

La actriz canadiense de 28 años Ellen Page, salvajemente extraordinaria en Juno (Jason Reitman, 2007), y Julianne Moore (Las horas, Stephen Daldry, 2002; Magnolia, Paul Thomas Anderson, 1999); constituyen el mayor acierto del filme, están realmente enfocadas y muestran una gran conexión entre ellas. De ahí que no sorprenda que en Freeheld, un amor incondicional la fuerza y la naturaleza reivindicativa se concentren en los rostros de las protagonistas.

Freeheld, un amor incondicional: una historia de lucha por la igualdad de género, magistralmente interpretada. Pero sobre todo, una historia de amor.