Argentina-Chile: Dejavú americano en busca de un monarca

Una oda al fútbol. La clase albiceleste se mide en una especie de dejavú al empuje de la Roja de América. Un once chileno que se enfrentará al peso de la historia, que ha dejado de ser exclusivamente esa selección que derrochaba garra y combatividad, y que ha logrado reunir a una generación de talentosos jugadores para medirse e intentar derribar nuevamente, como lo consiguieron en sus predios el año pasado a uno de los Goliats del más universal.

Sí, Argentina es justamente eso, un grande de siempre. Aún cuando no alcen trofeo de categoría desde precisamente la Copa América de 1993. Un diluvio de reveses y cánticos ahogados de su afición han padecido desde entonces en seis finales: la del Mundial del 2014, tres definiciones de Copa América y dos Confederaciones.

Pero esta argentina se pinta diferente. Lionel Messi merece, más allá de comparaciones y pasajes anteriores, regalarse un trofeo por su cumpleaños 29. El rosarino ha tirado de su elenco como pocas veces antes se le había visto con la selección. Desterró incidentes legales, se repuso como un quarterhorse de su lesión en la zona intercostal y en cuanto pisó las canchas estadounidenses se vistió de líder indiscutible.

 La estrategia con él también ha variado. Ha administrado  y dosificado mejor sus minutos sobre el césped, se le ve suelto, libre por el terreno, involucrando a sus compañeros. Como si un hada del fútbol lo hubiese bendecido. Esa energía positiva que destila el diez albiceleste la sustenta además con cinco goles, cuatro asistencias, y la sed adicional por disputarle el liderazgo del torneo precisamente al chileno Eduardo Vargas, dueño de seis.

Por si esto no bastara, Messi asumió el protagonismo histórico como mayor artillero con la selección, desplazando a Gabriel Omar Batistuta, autor de 54 dianas. El astro del Barcelona, con 1.70 metros y 72 kg de peso ha perforado las redes en 55 ocasiones como parte de 11 choques disputados desde su debut el 17 de agosto del 2005.

Vayamos a una pequeña radiografía: si fuésemos a juzgar por la historia de los enfrentamientos entre ambas selecciones la balanza indiscutiblemente se inclinaría a favor de los argentinos. Airosos en 55 ocasiones de 83 partidos celebrados con 180 goles su dominio sobre la roja es abrumador. 22 duelos han concluido con abrazo entre ambos, en tanto Chile se ha impuesto en seis ocasiones, incluida la definición por penales de la Copa América 2015, y está avalada por 69 perforaciones. La mayor goleada histórica favorece a los albicelestes: doble 6-1 en los albores de 1916 y luego en 1959.

Como elenco, los argentinos se muestran compactos en todas las líneas, con Banega enchufado en el medio campo, e Higuaín despierto en su rol de definidor. Cuatro goles del pipita en los últimos dos choques constituyen pruebas más que suficientes.

Un total de 18 balones han anidado los argentinos durante el certamen, ruta que iniciaron justamente con sonrisa 2-1 sobre los chilenos.

La legión de Alexis Sánchez, el rey Arturo Vidal, Eduardo Vargas y compañía atesora 16 perforaciones. Sánchez (3), Vidal, y José Fuenzalida (ambos con dos) en calidad de arma secreta le dan al conjunto una verticalidad temible arriba. De hecho, los chilenos recuperarán a Vidal para el crucial desafío, amén de que padecen la ausencia de Mauricio Isla, como también sufren sus adversarios las bajas por lesión de Ángel di María y Ezequiel Lavezzi, dos pulmones en la salida y creación del plantel.

Si bien Chile y Claudio Bravo han mantenido inmaculado su arco en las instancias de cuartos y semis, no deja de ser una realidad que su defensa es la zona más vulnerable. Nuevamente tendrán que rendir al máximo de sus capacidades para frenar a una delantera argentina de variantes múltiples, con el Kún Agüero presto a revolucionar la cancha y el tándem Messi-Higuaín más que enchufado.

Nuestro veredicto o pronóstico se inclina por un triunfo Argentino. De materializarse sería más que merecido. Cayeron con las botas puestas en Brasil en el minuto 113 ante Alemania, sucumbieron en tanda de penales ante Chile hace un año en Copa América. La deuda está en que aún, desde nuestra perspectiva, este once no ha logrado desplegar su mejor versión de fútbol.

Del otro lado la Roja de América ha desarrollado contundencia en el sector ofensivo, para muchos estrategas la mejor manera de defender. Alexis, Vidal, Vargas, y compañía exhiben armonía. En el plano de las motivaciones su sed es incontenible, y darán un buen espectáculo futbolístico. Eso pueden tenerlo por seguro de forma anticipada. Yo, como millones de amantes del más universal, estaré sentado el domingo a las 8 sin falta delante del televisor para degustar un manjar de noventa minutos.