Iniciativa de control de armas se desvanece en Congreso de EEUU

Pocas horas después de que los demócratas en la Cámara de Representantes pusieran fin a una sentada de un día entero en su ofensiva para aprobar una legislación sobre control de armas, los líderes republicanos en el Senado concluyeron un debate aplazado sobre la materia, al menos por el momento.

En esta sesión quedó claro que los promotores en el Senado de restricciones a las armas no tienen los 60 votos necesarios para aprobar un proyecto, señalaron legisladores y asesores.

La situación acabó con las esperanzas de que pueda progresar pronto una iniciativa de compromiso liderada por Susan Collins, una republicana de Maine. Su plan prohíbe la venta de armas a las personas incluidas en la lista del Gobierno que impide volar a sospechosos de terrorismo o a las que son objeto de vigilancia extraordinaria en aeropuertos.

El senador John Cornyn, número dos de los republicanos en el Senado, dijo a los periodistas que no espera más votaciones sobre control de armas en el Senado en un futuro próximo. La decisión significó una importante victoria para la Asociación Nacional del Rifle en su campaña para impedir más restricciones a la venta de armas.

Más temprano el jueves, legisladores demócratas pusieron fin a una sentada en la Cámara en protesta por la inacción sobre el control de armas tras la reciente matanza ocurrida en Orlando, en la que murieron 49 personas.

Luego de un tenso día que casi terminó a los golpes, la mayoría republicana retomó el control de la Cámara poco antes del amanecer del jueves, aplazó la sesión tras forzar la discusión de varias otras medidas y anunció que no habrá más votaciones hasta después del feriado del 4 de julio. Los demócratas aseguraron que continuarán su protesta.

Este tipo de tácticas por parte de los legisladores es inusual en el Capitolio y la protesta demócrata puso en evidencia lo sensible que es el asunto tras la matanza de Orlando y otros ataques masivos ocurridos en los últimos años en Connecticut, Colorado, California y otras partes. También se ha convertido en un punto de fricción antes de la elección presidencial del 8 de noviembre.