PARA BAILAR LA SAMBA: Esther Williams, victoria sobre la frustración

PARA BAILAR LA SAMBA: Esther Williams, victoria sobre la frustración
Fecha de publicación: 
17 Junio 2016
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Tampoco podrá efectuarse el de 1944 en el escenario londinense. La frustración atrapa a la nadadora: Esther Jane Williams (Inglewood, Los Ángeles, 8-8-1921). No es el único deportista que ve frustrados sus sueños y, la mayoría, ni siquiera en Londres 1948 podrá desquitarte: sus mejores momentos han dicho adiós.



Para ganarse la vida, modelo. Como nadar es su gran amor, la joven mantiene su labor en las albercas. Actúa en espectáculos acuáticos junto al primer nadador que bajó del minuto en los cien metros y conquistó cinco doradas en la máxima justa deportiva: Johny Weismuller, quien desgraciadamente accedió a denigrar, desde su papelazo de Tarzán (el más famoso, no el primero), a África en filmes de aventuras con sabor racista.



Gente de la Metro Goldwyn Mayer la observa. El contrato, la muchacha va hacia su primera película: 1942. Corta aparición mientras que el pequeño Mickey Rooney protagoniza. La doble vida de Andy Hardy. El gran salto, dos años después: Escuela de Sirenas, dirigida por George Sydney; participan Red Skelton, el barítono colombiano Carlos Julio Ramírez y la orquesta de Xavier Cugat. Nace un subgénero musical, el acuático. El famoso actor Clark Gable regala otro nombre a la novel actriz: Sirena de América.



Reina en las piscinas desde la magia de las pantallas sobre todo: 27 largometrajes (intérprete principal en 25) y 5 cortos. La acompañan Frank Sinatra, Víctor Mature, Ricardo Montalbán, Cid Charisse, Jimmy Durante, Peter Lawford, John Carrol, John Saxon, George Nader, Edward Platt, Edward Andrew, Clift Robinson y Fernando Lamas, entre otros. Este actor argentino fue su tercer esposo, enlace que duró de 1969 a 1982 cuando él fallece. Matrimonios anteriores: Leonard Kovner (1940-1944) y Ben Gage (1945-1959), con quien tuvo una hija y dos hijos. Deja viudo a Edward Bell, con quien se casó en 1994.



Centro de un espectáculo de gran colorido, atrayente, tremendo, con esa potencia especial que proporciona el cine; los diálogos, el drama, muy por debajo, aun superficiales, siervos del show. Comprende y es capaz de confesar que, aunque había actuado en dramas o comedias sin la aparición del agua, no era lo mismo. “No se preocupe, la gente solo me conoce cuando estoy en traje de baño”, dicen que le expresó a un presidente de USA que la había confundido con otra artista en una recepción.



Magnífica su escena acuática con Tom y Jerry en Peligrosa cuando se moja. Encarna en sendas cintas a su compatriota Gertrude Ederle, la primera mujer que cruzó a nado el Canal de la Mancha, y a la australiana Anette Kellerman, propagandista destacada en 1907 del llamado entonces ballet acuático y del uso de la trusa de una sola pieza.



NO INVENTÓ EL NADO SINCRONIZADO



Hay quien sitúa a la Williams entre los titulares de las magnas contiendas cuando la conflagración citada no lo permitió. Otros, la colocan como la creadora del nado sincronizado. Incierto. La natación sincronizada o nado sincronizado, conocida entonces como ballet acuático, se originó en Europa por 1886 y, en sus inicios, era practicada solo por hombres. Pronto, esa combinación de natación, gimnasia y danza fue acaparada por la mujer con su gracia inigualable, aunque en la actualidad en Canadá y EE.UU. han realizado presentaciones de conjuntos mixtos.



Inicial lid conocida: Berlín, 1891. En América: Montreal, 1924; su primera campeona, Peg Seller. Pioneras sobresalientes también: Teresa Anderson, Beulah Gundine, Katherine Jacobi, Dawn Bean, Gail Johnson, Villie Mackenzie…, todas de Norteamérica. En los años 30 del siglo pasado, florecen torneos en tierras germanas, el país de los Grandes Lagos y Estados Unidos. Durante una de las exhibiciones creadas por Katerine Curtis para la Feria Mundial de Chicago, el animador presenta a Las Sirenas Modernas como una función de nado sincronizado a pesar de que la organizadora la llama natación rítmica. Y el nuevo nombre pega.



Todos reconocen el impulso extraordinario de La Sirena de América con sus películas a la artística disciplina; también, combativa luchadora por la inclusión de esta en el programa olímpico. De una exhibición en Helsinki 1952, por fin es oficialmente aceptada; su torneo inaugural en la más importante de las lides ocurre en Los Ángeles 1984. Las triunfadoras: Tracie Ruiz y Candy Costie (EE.UU.) en dueto, única prueba convocada allí; desde Atlanta 1996, se suma la lucha por conjuntos. Esther Williams comenta para la televisión aquella competencia, albergada por su patria chica, la tierra (y la piscina angelina) de California.



Junio seis, 2013: la máxima estrella de los musicales acuáticos filmados, apagados en la actualidad, moría a la edad de 91 años en Beverly Hill, Los Ángeles.



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