Cuba-EE.UU. en voleibol: Un tope necesario

Cuba-EE.UU. en voleibol: Un tope necesario
Fecha de publicación: 
7 Junio 2016
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Fueron dos derrotas, por idéntico marcador de 1-3, pero esos ocho sets fueron muy necesarios para la joven escuadra cubana de voleibol, que enfrentó en La Habana a la de Estados Unidos, una de las favoritas para coronarse en los venideros Juegos Olímpicos de Río de Janeiro-2016.

 

Con el escaso fogueo que tradicionalmente tienen los deportistas cubanos, cualquier tope es bienvenido, pero si además se trata de un rival que está en la elite mundial, entonces se duplica el valor del enfrentamiento.

Lo visto en la Ciudad Deportiva no fue nuevo, pues las selecciones norteñas se han caracterizado siempre por su inteligencia dentro de los rectángulos de competencia, su casi perfecta recepción y su muy buena defensa de campo.

No importaba cuán duro sacaran los cubanos, casi todos los disparos que salían de su cancha regresaban mansamente a manos del pasador rival, que prácticamente no tenía que moverse para acomodarle el balón a placer al atacador de su gusto.

Ahí radicó a mi juicio el principal problema de los nuestros, pues no solamente es recibir el balón, sino enviarlo lo mejor posible al acomodador. Si para colmo, este no tiene todavía la maestría necesaria como para “arreglar” la jugada, entonces el resultado es que los ataques son inefectivos, los rematadores no golpean la esférica a la altura ideal, y los bloqueadores rivales se preparan mejor para detener cualquier ofensiva.

No obstante, debo decir que me gustó la frescura con la que jugaron los discípulos de Rodolfo Sánchez. Con los principales hombres del combinado, léase Rolando Cepeda y Javier Jiménez, visiblemente agotados tras regresar de sus compromisos con el PAOK griego, muchachos más jóvenes adquirieron protagonismo y sacaron la cara.

El central Luis Tomás Sosa y el atacador auxiliar Osniel Melgarejo pusieron las notas más altas de una escuadra que de mantenerse unida en este cuatrienio, dará que hablar.

Río-2016 será para ellos un estreno de fuego, pero si aprovechan la experiencia puede convertirse en un peldaño para volver a los planos estelares que tuvo nuestro voleibol masculino en las últimas dos décadas.

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