ESTRENOS DE CINE: Ático sin ascensor

ESTRENOS DE CINE: Ático sin ascensor
Fecha de publicación: 
30 Mayo 2016
0
Imagen principal: 

Deciden, dado que les cuesta trabajo subir tanta escalera, vender su casa para irse a vivir a un sitio más adaptado a su capacidad física. Una decisión que conlleva dejar atrás todo un pasado de recuerdos en un apartamento donde han pasado más de cuarenta años.

La vida se presenta en esta cinta como lo que –también- es: una sucesión de decisiones. Desde las más banales a las más esenciales tienen todas una implicación económica y sentimental. Opciones de futuro que a menudo se relacionan con el pasado, en las que demasiadas veces se lucha con otros, que quieren lo mismo que tú, que desean lo que tú ofreces.

Los flashbacks con los protagonistas en su juventud abren subtextos -el racismo, los retos de un matrimonio, la intolerancia, la incomunicación- y ayudan tanto al espectador perezoso como molestan a los amantes de la sutileza.

La pareja tiene una perra llamada Dorothy que en determinado momento de la película requiere ser atendida por un veterinario. Pudiera ser cuestionable el hecho de introducir una subtrama con el conflicto de la operación de este animal. Pero en esta cinta se justifica: a todas luces este declive físico de Dorothy no es sino la metáfora de lo que les sucede al matrimonio, con la diferencia de que hombre y mujer parecen negarse a aceptar su destino.

Sin embargo, la película va perdiendo empuje con el transcurso de los minutos ya que la trama se enreda en situaciones absolutamente prescindibles (me refiero a las excesivas menciones al terrorista, siempre a través del televisor) y otras se cierran de manera casi demencial (los agentes inmobiliarios no estarán muy satisfechos sobre su representación en el filme).

Las repetitivas escenas de la pareja revolviendo en la venta de su casa y la compra de otra sólo quedan salvadas por la notable vena actoral de los dos protagonistas, que sin realizar demasiados esfuerzos gozan de una agilidad tremenda para impulsar sus papeles.

Y es por eso que Ático sin ascensor termina por constituirse como una obra ciertamente entretenida. Pese a no cumplir con lo que parecía prometer, la facilidad para empatizar con el dúo protagonista y lo atractivo de su mensaje sobrellevan la irregularidad del guión y dejan un sabor más agradable que amargo.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.