MIRAR(NOS): La gente que llora

MIRAR(NOS): La gente que llora
Fecha de publicación: 
27 Mayo 2016
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Llorar no indica que eres débil. Desde el nacimiento, siempre ha sido una señal de que estás vivo.
Charlotte Brontë

 

 

Hay que comprender a la gente que llora. Justificarla no, pero poner alguna cuota de tolerancia nunca está de más incluso porque nosotros mismos en algún momento hemos roto el cúmulo de aguante.

 

Siempre he pensado que es bueno llorar, pero cuando todavía hay algún remedio o cuando funciona como vía de escape para canalizar dolores y de una vez enterrar agonías (aunque de sobra sé que hay pesares eternos y nada se puede hacer al respecto).

 

Durante muchos años la gente enmarcó a los que lloraban, las lágrimas representaban debilidad e inmadurez para lidiar con las adversidades implícitas en cada amanecer.

 
Recuerdo que mientras cursaba el preuniversitario conocí a una muchacha incapaz de asumir sus errores. Ante la más pequeña de las críticas ella rompía a llorar sin consuelo y eso – nos hizo suponer al resto- que buscaba compasión.

 

De esa forma trascendió por sus “ataques de tristeza” que enrojecían su rostro como evidente corolario de lo sucedido. Resultaba “ultrafácil” encontrarla en los pasillos con expresión de dolor como si el asunto fuera para todo ese aspaviento. Su actitud la privó de muchos amigos, porque a su alrededor nadie quería estar por duro que pueda resultar ahora que lo escribo y lo leo en voz alta.

 

Hace pocos días leí que cuando estamos tristes y lo expresamos con llanto el cuerpo libera sustancias que se vuelven un calmante natural. Aquí está lo novedoso: llorar ayuda a que el dolor se disipe, disminuya y pierda poder sobre nosotros. Se liberen dos clases de hormonas llamadas opiáceos y oxitocina. Funcionan como anestesias naturales, que nos brindan de inmediato la añorada tranquilidad.

 

En pocas palabras, el llanto es como hacer un buen ejercicio que nos ayuda a mantener el buen funcionamiento del organismo. No se asombre por lo que sigue: resulta muy necesario hacerlo cuando sentimos angustia, cuando estamos deprimidos o preocupados por algún tipo de situación.

 

La psicóloga colombiana Carolina Autino detalla y explica cómo el llanto incide en nuestro bienestar. Pero ¡ojo! beneficios se obtienen cuando el llanto se relaciona a un problema personal de la persona angustiada, no sucede lo mismo si nos emocionamos con una película por ejemplo, ya que se trata de un evento externo del que no tenemos control (si lo tuviéramos ¿qué levante la mano aquel que hubiera permitido la muerte de Jack-Leo Dicaprio?)

 

También, en menor cuantía, pueden expresar alegría y emoción pero nadie ignore que son muchísimo más comunes en los malos ratos. Sobre la alegría y la emoción pregúntenme a mí que desde hace unos días vivo experiencias tan emocionantes que sacan de mí reacciones impensadas.

 

No existe ninguna otra especie que pueda derramar lágrimas emotivas o hacerlo con una intención preconfingurada como mi compañera de estudios.

 

Hace más de un siglo Darwin dijo que el llanto fue usado para atraer atención, en particular por los niños. Dijo también que las lágrimas actúan como una bandera roja, cuando es demasiado el martirio y se rompe el termómetro de nuestro aguante. Como todos hemos estado ahí, hay que entender a la gente que llora aún cuando se desconozcan las razones.

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