PARA BAILAR LA SAMBA: Kelly, ¡cómo rema ese obrero!

John B. Kelly, natural de Irlanda y nacionalizado norteamericano, es un buscavidas. Por fin, salta hacia obrero de la construcción. Asciende en la profesión al cabo de varios años. Contratista.

El levantón económico le permite avanzar en su gran amor: el deporte de remos. Alcanza algunos premios. Quiere probarse internacionalmente. En 1912 vence en una lidia holandesa y decide actuar en las Regatas Reales de Henley. Manda su inscripción por correo.

Ya está en Inglaterra.. No aparece en la lista de los contendientes. Indaga y…

- ¿Fue usted trabajador manual?

- Sí pero…

- Ah, por eso no puede participar. Nuestro Reglamento impide la inclusión en nuestras regatas de un obrero, un jornalero o un artesano. Son exclusivamente para caballeros.

 
Juegos de Amberes 1920

Sir Jack Beresford Junior es el favorito en skiff. Se cruza con un rival que lleva una gorra sucia y con roturas.”Está loco”, piensa y hasta se ríe. Comienza el combate. El inglés y el hombre que tachó de orate la encabezan. ¡Pasan la meta juntos! Y el gentleman es doblegado 7.35 a 7.36 por el trabajador John B. Kelly que usó la gorra de sus tiempos proletarios. Más alegría para el estadounidense: junto a Paul Costello se impone en doble sculls.

El dos veces as olímpico le envía la gorra al rey Jorge V con una copia de aquella clausula antihumana que le impidió contender en el torneo británico. Cuatro años después,  sigue sobre la canoa del desquite: vuelve a ser titular con Costello en  el par. Beresford sube a lo más alto del podio por fin. Su mayor rival declinó intervenir en la prueba. Continúa el desagravio. Melbourne 1956: el hijo de Kelly, del mismo nombre, bronce en la especialidad individual, plata en dúo; y ¡campeón en las Regatas de Henley…!

No olvidó aquella afrenta aunque se había convertido en empresario, galgo vencedor en la carrera de la vida, en gran medida a costa de tantos que quedan atados a lo gris. Amo de galgos entonces.

Entrado en años solía comentar luego de sonreír: “Antes, cuando mi hija pasaba decían: Ahí va la hija de John Kelly, el campeón olímpico. Ahora cuando paso dicen: Ahí va el padre de Grace Kelly, la gran actriz, hoy princesa de Mónaco”.