MIRAR(NOS): El cristal empañado de quien critica

MIRAR(NOS): El cristal empañado de quien critica
Fecha de publicación: 
29 Abril 2016
0
Imagen principal: 

La mejor crítica es la que no responde a la voluntad de ofensa, sino a la libertad de juicio.

Fernando Sánchez Dragón

 

Lía tiene dos madres. No malinterprete, porque no me refiero a la esposa de su papá. De hecho, a sus cuatro años jamás ha sabido cómo es uno, como no resulte algo parecido a lo que tiene Kiara, su mejor amiga en el círculo infantil. Accione el botoncito de su open mind. Lía forma parte de una familia homoparental.

 

¿Homo quéeeeeeee?, se preguntará usted del otro lado del monitor, aunque a estas alturas ya sabe con precisión de lo que estoy hablando. Se considera familia homoparental a aquella donde una pareja, bien sea de hombres o mujeres, se convierte en progenitora de uno o más niños.

 

Aunque en otros países la norma es que las parejas homoparentales sean padres o madres en adopción, en Cuba casi todos los ejemplos parten de cuando uno de los dos miembros tuvo hijos naturales en alguna relación anterior.

Al respecto, muchas y variadas son las opiniones. Y como siempre digo, aunque tanto se ha adelantado en materia de sexualidad, todavía hay tópicos que la gente elude y de los cuales reniega.

 

En pleno siglo XXI, muchos hijos no saben que tienen un progenitor con orientación sexual homosexual, pues debido a ellos mismos, la mayoría de las veces los padres postergan «su salida del armario». Sobre todas las cosas, por el qué dirán, por miedo a que su hijo sea el punto de referencia en el grupo, aplazan su felicidad y viven la mentira de dibujar, a ojos de otros, su realidad.

 

Evaden así un montón de críticas y guerras familiares, aunque desde enero de 2008, por lo menos en Europa, ya por ley se puede tener hijos, sin importar lo que te guste. El gusto, señor mío, es algo muy particular, más particular que el patio de mi casa, y nadie tiene por qué intervenir para modificar la conducta de ninguna persona, a no ser que se ponga en riesgo la integridad física o espiritual de otro individuo.

 

¿Cuándo llegará el día en que la gente acepte las diferencias de la gente? Supongo, quiero suponer, que ese día se acabarán las guerras y las mentiras y todo lo malo en el planeta. No me tilde de infantil, no tiene sentido llevar a un tribunal moral a alguien por el mero hecho de ser homosexual.

 

El bienestar físico, económico, psicológico y emocional de los progenitores se incrementa con el matrimonio, y los hijos se benefician al ser criados por dos progenitores que se encuentran dentro de una unión legal, o por lo menos socialmente reconocida. Pocas veces yo he conocido parejas homosexuales que acaben con su relación ante el menor percance.

 

¿Son más tolerantes? No lo sé, pero ya me cansa encuadrarlos en un concepto o formarlos en una línea. Primeramente, somos humanos, y después todo lo demás, porque lo único malo de las parejas homosexuales es el prejuicio de los otros. Con ellos no hay ningún problema.

 

La homosexualidad fue sacada del Manual de Diagnóstico y Estadísticas de Enfermedades Mentales en el año 1974, luego de tres décadas de investigaciones científicas que demostraron que la homosexualidad, lesbianismo y bisexualismo no tenían como característica la pérdida del juicio de realidad, alteración del pensamiento o de las habilidades sociales o vocacionales.

 

Puesto que no implica un trastorno psicológico en sí misma, hay que enterrar ya las banderas de la discriminación social. Si pudieran existir daños a la salud mental, estos vienen desde afuera, desde las críticas y los señalamientos, que nada aportan porque no engrandecen. Y cuando alguien no crece ante una crítica, es que está mal enfocada o que su lente, el de quien critica, está empañado.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.