Yuliet Cruz: «Yo también fui Esteban»

Yuliet Cruz: «Yo también fui Esteban»
Fecha de publicación: 
15 Abril 2016
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Una nueva película del cine cubano acaba de estrenarse. La sala del Chaplin abarrotada de público en pasillos y escaleras en el día de la premier augura el éxito para Esteban, la ópera prima del realizador Jonal Cosculluela, con música de Chucho Valdés.

 

Esteban (Reynaldo Guanche) es un niño de nueve años que se enamora inesperadamente de la música, específicamente del piano, y hace todo lo posible por estudiarlo. Su sueño es incomprendido incluso por su madre (Yuliet Cruz), quien es una excelente madre y la única persona que él tiene en la vida.

 

La situación económica de esta pequeña familia cubana le pone obstáculos al pequeño en su afán de ser pianista, pero nada se lo impedirá pues, como decía su profesor (Manuel Porto), para ellos la música era “una necesidad”, aunque no ganaran nada con eso.

 

Esteban cuenta una historia hermosa y conmovedora, que nos recuerda que lo más importante es siempre luchar por lo que nos apasiona, por lo que nos hace sentir plenos entre los demás. Es también un tributo a los tantos artistas o simplemente individuos que han batallado por su oficio, y a los tantos padres anónimos que lo entregaron todo para que sus hijos fueran felices e hicieran realidad sus sueños.

 

CubaSí conversó con Yuliet Cruz, esa madre pragmática que se oponía a las clases de piano de su hijo porque en su lugar debía pagar, con sus únicos ahorros, los tenis del niño para la escuela. Es la misma madre que, en medio de carencias económicas, luego comprendió que ese futuro era el mayor anhelo de su hijo y que si ella era su esperanza, no podía oponerse al camino que ya él había escogido.

 

yuliet en el agro

 

“Aunque este personaje de madre de Esteban pudiera tener cierta similitud con el que hice de mamá de Chala en el filme Conducta, acepto el reto que esto impone a una actriz”, comentó Yuliet. “Seguiré aceptando con mucho gusto los papeles de madres en el cine cubano”, aseguró.

 

“Interpretar ahora a Miriam me hizo pensar mucho en mi madre, que tuvo que hacer maravillas durante el Período Especial para sacar adelante la economía de la casa. Yo también fui Esteban, yo también tuve solo un par de zapatos y tuve que coserlos”, confesó.

 

¿Cuánto te ha aportado tu experiencia personal de ser mamá a construir este tipo de personajes?

 

Ser madre completó el sentido de mi vida. Desde que tuve a Sebastián, la sensibilidad me cambió. Empecé a sentir la vida de una manera distinta, en lo personal y profesional.

 

Me gusta defender la mirada de la mujer, sobre todo de las madres, que son las que se echan a los hombros la casa y el país, pues, según sea la crianza que les des a tus hijos, así serán los futuros ciudadanos de esta sociedad.

 

Siempre me siento en deuda con mi mamá por la manera en que me educó, por cómo llevó la casa en momentos difíciles. Ya después de ser madre, entiendo lo que es pasar por eso.

 

Como actriz, creo que les debo un poco a las mujeres la oportunidad de explorar esa parte sensible que tenemos y que se obvia a veces en la pantalla grande, porque más bien se queda en el erotismo y se descuida entonces toda la fuerza que tiene la mujer cubana en la sociedad.

 

Hay una oleada ahora de personajes de madres en el cine y estoy dispuesta a hacerlos y mostrar todas las aristas distintas posibles de ellas. También espero que los guionistas escriban más historias de amor bien contadas.

 

yuliet con porto

 

¿Te gustaría hacer un personaje en una historia de amor?

 

Me encantaría. Creo que estamos carentes de eso. Me da tristeza que no se cuenten más historias de ese tipo, como en Esteban, que no tiene contenido sexual o de violencia. Más allá de las carencias económicas o problemas de la sociedad que nos abruman, hace falta contar otras historias. Los actores y el público necesitamos eso.

 

En mi vida privada yo disfruto muchísimo la fantasía. Cuba tiene un montón de historias fantásticas, leyendas urbanas, de los campos, de época, de clásicos… en fin, que se pueden llevar al cine, y quizás así nos sentiremos más libres y menos atados a la realidad del día a día. Es un paso que hay que dar, tanto en la televisión como en el cine y el teatro, aunque en el teatro hay más amplitud.

 

Dijiste una vez que tú eras Esteban. ¿Has tenido que luchar mucho por tus sueños?

 

Todo el tiempo. Yo sé lo que era acostarse con hambre y no tener ropa que ponerse en el Período Especial. A mi mamá le daba mucha tristeza, pero yo, como niña al fin, no me preocupaba mucho. Yo quería ser actriz y me iba a la Casa de la Cultura y me llevaba un pan con aceite, mientras los demás me decían que esa era una carrera complicada a la que casi nadie accedía. Yo soy un poco Esteban. La historia de mi vida en la adolescencia y hasta el ISA fue como la vida de Esteban, porque teníamos serios problemas económicos.

 

Hoy digo que soy lo que soy gracias a la madre que tengo.

 

Y hoy, que eres una actriz reconocida, versátil, ¿estás feliz?

 

Yo estoy contentísima. Tengo un montón de sueños por cumplir aún y quiero cumplirlos joven. Creo que hay que apostar por los jóvenes. Me siento privilegiada porque creo que ahora tengo voz para decir todo lo que quiero expresar. Creo que la carrera de actuación me ha aportado eso.

 

Quiero seguir haciendo personajes que, de alguna manera, sean la voz de las mujeres de mi familia y de la sociedad cubana.

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