¡Y el Madrid tuvo su remontada!

Tanto es así, que permanecen en el recuerdo por generaciones, incluso aunque al cierre de la campaña en cuestión no se haya alcanzado ningún trofeo. Sucede que la magia que acompaña a estas jornadas de pura adrenalina es incomparable, siempre con la espada de Damocles de tratar de no permitir goles y anotar el máximo posible, además de tener constantemente el apremio del tiempo.

Esta generación del Real Madrid, la de la histórica Décima de Europa, no había podido revertir nunca un marcador adverso sufrido en el partido de ida durante eliminatorias directas (ante el Barcelona en 2011, el Bayern en 2012, el Borussia Dortmund en 2013 y la Juventus en 2015). No pudo hacerlo ni siquiera al tratarse de tanteadores tan asequibles como un 1-2, pero este martes les llegó su noche.

Inspirados por un Cristiano Ronaldo que se echó al equipo al hombro, dieron vuelta al 0-2 recibido ante el Wolfburgo alemán al imponerse 3-0. Cristiano, además de marcar los tres tantos merengues, fue el motor impulsor de la remontada, corriendo más que nadie, presionando en ataque y en defensa, arengando a los suyos y enardeciendo las tribunas del Santiago Bernabéu.

Para mi gusto personal, me hubiera complacido más que subieran al marcador el cabezazo de Sergio Ramos, o los remates de Jesé y Benzema que atajó Benaglio, antes que el tiro libre y el primer tanto de Ronaldo, resultado de groseros errores defensivos, pero el que vale es el que entra, y fueron estos dos últimos los que terminaron en el fondo de las redes.

Si bien es cierto que el Madrid no debió llegar nunca en estas condiciones al choque de vuelta (resultado de la pésima actuación arbitral en Alemania), lo cierto es que sale fortalecido ahora al revertir una eliminatoria, algo que no hacía desde hace casi tres décadas.

Además, con el resultado se apuntala la labor del técnico Zinedine Zidane, cuya presencia en el banquillo para la próxima temporada pudo haberse puesto en duda de no haber pasado sobre un rival muy inferior en teoría, que para colmo perdió bien temprano al hombre que los guió a su épico triunfo hace una semana: Julian Draxler. Esta vez fue el Wolfburgo el que debió hacer cambios forzados, y le tocó bailar con la más fea.

Todavía no se sabe contra quién jugaría el Madrid en semifinales, pero ya no debe haber incertidumbre con la continuidad de Zidane, pues los restantes conjuntos sí son de la elite de Europa.