La finalísima: Buenos juegos, pero igual resultado

Ya lo comentábamos antes de lanzarse la primera pelota: los occidentales llegaban muy disminuidos al duelo, tras desgastarse contra los matanceros en siete juegos en los cuales sobre todo sus lanzadores fueron bastante exigidos.

El primer juego, que a mi juicio debió abrir Yaifredo Domínguez, se sabía que sería bien complicado para los verdes contra Vladimir García, pero así y todo los Vegueros mostraron su estirpe de equipo grande, y dieron batalla durante buena parte del choque.

Muchísimo más emotivo fue este segundo, que debió irse a extrannings, como muestra de que si las dos novenas estuvieses igual de descansadas, otro sería el balance tras estos dos primeros enfrentamientos.

Los Tigres han lucido inmensos, a pesar de algunos resquicios dejados por su defensa, y solo así se puede derrotar a Pinar, que además del cansancio acusa lesiones de tres de sus principales bateadores: Yusniel Ibáñez, Lázaro Ramírez y William Saavedra, aunque este último no ha dejado de jugar.

A pesar de todo, han sido dos bonitos partidos, lo cual hace pensar en que la tierra del mejor tabaco del mundo será testigo de épicas batallas, y estoy casi seguro de que será imprescindible regresar al Cepero avileño.

Desde el puente de mando, Roger Machado ha demostrado haber ganado en madurez desde todo punto de vista, pues además de tomar decisiones acertadas, ha arropado a sus jugadores cuando toman malas decisiones, como en el caso del robo de home, perdonable solamente porque eran home club.

Con su mejor lanzador disponible para el tercer juego, la tropa pativerde prácticamente se lo juega todo este domingo, pues otro descalabro les exigiría una misión casi imposible ante el equipo más sólido de la pelota cubana.

En el peor de los casos, espero que los juegos sigan siendo igual de atractivos, y me alegro mucho de que hayan regresado las conferencias de prensa, aunque sigo pensando que deberían estar programadas por reglamento en toda la postemporada.