Barcelona-Madrid, nada más que el orgullo en juego

A pesar del título que encabeza estas líneas, no soy de los que piensan que el orgullo es una cuestión menor. Simplemente hago referencia a que por primera vez en varios años el Superclásico del fútbol mundial significará poco o nada en la eterna batalla entre Barcelona y Real Madrid por el título de la Liga española.

Con 10 puntos de diferencia, y solamente siete jornadas restantes, ni siquiera una victoria madridista pondría verdadero sabor a este torneo, en el cual el plantel catalán ha campeado por su respeto, y resultaría un milagro que resbalara en las postrimerías ante tantos rivales flojos.

No obstante, siempre queda el orgullo, y por amor al escudo seguramente ambos equipos se entregarán a fondo, pero para los dos sería fatal desgastarse el sábado, cuando entresemana enfrenten los cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa.

Los culés querrán darle un lindo homenaje de despedida al recién fallecido Johann Cruyff, indiscutible padre del estilo ofensivo blaugrana, pero no pueden perder de vista que el martes chocarán con el rocoso Atlético de Madrid, escolta en la Liga y con una defensa casi impenetrable. Pasarse de revoluciones en el choque sabatino podría tener fatales consecuencias en la competición continental, donde no poseen ventaja alguna, a diferencia del certamen doméstico.

Por su parte, los madridistas aparentemente tienen un cruce mucho más accesible con el Wolfburgo alemán, además de jugar un día más tarde, y eso pudiera darles mayor impulso en el Superclásico. No obstante, bajo el mando del mago Zinedine Zidane los merengues han sido una cosa jugando en el Santiago Bernabéu, y otra fuera, por lo que la cita en el Camp Nou se antoja poco menos que un martirio.

Si a eso se añade que sicológicamente llegan afectados por el contundente 0-4 encajado en la primera vuelta, nada bien pintan las cosas para la Casa Blanca del fútbol.

El morbo de ver cara a cara a los dos mejores tridentes del mundo, encabezados por los mejores futbolistas del planeta, será siempre la mejor carta de presentación para este choque, a pesar de la gran diferencia de puntos y nivel de juego entre ambos conjuntos. Dicen que en el deporte todo es posible, pero no apostaría un centavo por el Madrid en esta ocasión.