Correa alerta sobre nuevo Plan Cóndor contra gobiernos progresistas

Lo que estamos viendo es un nuevo Plan Cóndor contra todos los gobiernos progresistas, alertó el mandatario durante una rueda de prensa radiotelevisada desde la provincia amazónica de Morona Santiago.

De acuerdo con Correa, a diferencia de los años 70 y 80 del siglo pasado, cuando se desató una feroz represión contra los movimientos progresistas latinoamericanos mediante una estrategia diseñada por Estados Unidos, y que fue bautizada con el nombre de la emblemática ave andina, la derecha ya no necesita recurrir a las dictaduras militares.

Ya no se necesitan dictaduras militares, necesitan jueces sumisos, necesitan una prensa corrupta, recalcó el líder ecuatoriano, quien citó como ejemplo los casos de Dilma Rousseff y Luis Inacio Lula da Silva en Brasil, Cristina Fernández de Kirchner (Argentina), Evo Morales (Bolivia) y Nicolás Maduro (Venezuela).

Tras recordar que su propio gobierno también es objeto de ataques, Correa, en el poder desde enero de 2007, advirtió que el nuevo plan no solo busca amedrentar a las autoridades de izquierda, sino acabar con ellas.

La derecha tiene sed de venganza y no solo viene a derrumbar lo logrado, sino a tratar de  perseguir y masacrar a los que osaron desafiar su poderío, recalcó.

De acuerdo con Correa, "no se trata solo de hacer retroceder lo avanzando y que vuelva el neoliberalismo, el gobierno de la banca, del gran capital, de aplastar a los seres humanos (...), sino la venganza contra esos líderes progresistas que osaron desafiar el poder de esas elites, el poder de ese capital y el poder de esos países hegemónicos que siempre nos han aplastado".

En ese sentido, calificó de gravísimo que en Brasil se quiera romper el orden constitucional y sacar del poder a Rousseff, quien fue, recordó, electa democráticamente.

Igualmente denunció la persecución judicial iniciada contra el expresidente Lula después que el líder obrero anunció que se presentaría como candidato en las elecciones presidenciales de 2018.

Según Correa, lo que está pasando en el gigante suramericano es un ejemplo de la judicialización de la política, "que un juez que no tiene legitimidad democrática puede tumbar a un gobierno, tumbar a un potencial candidato presidencial".

El mandatario ecuatoriano se mostró, sin embargo, optimista de que los pueblos sabrán defender las conquistas alcanzadas en la última década. Los pueblos latinoamericanos, afirmó, no permitirían que el pasado regrese.