ESTRENOS DE CINE: Ted

Eran los tiempos de marcas indelebles en la conciencia con la firma del escritor y director John Hughes, de Robert Zemeckis y de Steven Spielberg. Tiempos de un género cinematográfico que, si bien destinado a los adolescentes, servía para todo tipo de audiencia.

Dirigida por Seth MacFarlane, Ted, inicialmente pensado para conformar una serie de animación, recoge, como corresponde al cine del género al que aplica, intereses de la juventud.

Su argumento: Cuando John Bennett (Mark Wahlberg) era pequeño, deseaba que su osito de peluche Ted fuera un oso de verdad y, por desgracia, su sueño se hizo realidad. Más de veinte años después, Ted sigue con John y saca de quicio a su novia Lori, que empieza a perder la paciencia. Para colmo, a John no parece preocuparle su futuro profesional y se pasa la vida fumando porros con Ted. A pesar de ello, John intenta alcanzar la madurez, pero parece que para conseguirlo le resulta indispensable la ayuda de Ted.

La falta de complejos del humor de la cinta, característico de las propuestas audiovisuales de este director, autor de las series Padre de familia y American Dad, se fusiona en Ted con un profundo mensaje, que nos recuerda las penurias de la soledad, la falta de amigos y las dificultades que pueden surgir en pareja cuando uno de los dos pretende cambiar al otro o hacer que renuncie a algo que quiere.

La película también refleja en sus protagonistas un estilo de vida despreocupado, inmaduro, reacio a abandonar los vicios y costumbres de la adolescencia, e ironiza sobre diversos temas sociales, laborales, religiosos y políticos.

Mark Wahlberg (Boogie Nights, 1997) cumple muy bien con su papel protagonista. La voz del oso Ted, en la versión original, es la del propio realizador Seth MacFarlane, mientras que en la versión doblada al español esta función corresponde a Santi Millán, cuyo buen trabajo es digno de reconocimiento. En el resto del reparto, destacan los grandísimos ojos de Mila Kunis.  

Ted no resulta desternillante, pero a ratos sorprende con unos gags frescos. Eso, si se mantienen bajas las expectativas.