Lobos resurgidos en la LSB

La época de gloria iniciada por Leonardo Pérez y continuada por Lázaro Borrell y Judit Abréu se vio interrumpida hace ya alrededor de un quinquenio, y no es hasta esta campaña que sale el tren naranja con opciones reales de llegar a las fases decisivas de la Liga Superior de Baloncesto, luego de terribles años en los que ni siquiera llegó a veces al certamen elite del básquet cubano.

Sin dudas, buena parte de ese retorno se debe al veterano Andy Boffil, quien vivió con no mucho protagonismo el canto de cisne de los Lobos, y ahora se ha echado en hombros al plantel a base de calidad y experiencia, conjugados con una entrega y un despliegue no acostumbrado para alguien con tantos partidos a cuestas.

El nacido en Caibarién hizo este año una preparación especial y, bien administrado por el cuerpo técnico, está rindiendo a un nivel muy alto, al punto de que pudiera regresar incluso a la selección nacional, o conseguir un contrato en el exterior.

A sus 33 años, Boffil ha aportado casi 400 puntos a la causa villaclareña y es el segundo en promedio de anotación en la Liga (26.79 por choque), solamente superado por el santiaguero Esteban Martínez (28.69), quien no ha podido, en cambio, evitar la debacle de su quinteto tras perder al líder natural: Javier Jústiz.

Además, el alero naranja marcha cuarto en asistencias y séptimo en recuperación de balones, una labor que aunada con la de los jóvenes Neslier Abréu y Osvaldo Pérez, y el más curtido Yoel Cubilla ha llevado a estos Lobos a volver con fuerza al panorama nacional.

Aunque todavía nada es definitivo a falta de seis subseries (12 partidos) más los pendientes de Capitalinos, todo parece indicar que los anaranjados pueden llegar al menos hasta las semifinales junto a los citadinos y los avileños, sempiternos finalistas, y un cuarto clasificado que de momento parece estar entre vecinos: Pinar del Río y Artemisa. En mi opinión, a los artemiseños les urge tener una mejor banca, o gestionar mejor a sus titulares, porque sus últimos cuartos han sido fatales.

Queda bastante todavía, pero ya por lo menos me pone contento que un histórico vuelva por sus fueros.