Mujica convoca en La Habana a luchar por la esperanza

 
En una conferencia dedicada a la importancia de la cultura en la evolución socioeconómica, la última de un evento internacional dedicado al Héroe Nacional de Cuba, José Martí, y que sesionó en el Palacio de las Convenciones desde el lunes, Mujica afirmó que la izquierda debe mostrarse como portadora de una cultura de liberación.

Cultura vista no como la superestructura que desemboca en el arte, explicó, sino como ese todo que desemboca en las relaciones domésticas no pensadas, semiautomáticas, que constituyen el grueso de nuestras vidas.

Mi generación, dijo, pensaba que cambiando la estructura material y las relaciones de producción en una sociedad se creaban las condiciones para el ascenso del hombre nuevo. Hoy sabemos que esta interpretación puede ser bastante superficial, agregó.

La cultura, difícil de cambiar, juega un rol determinante, más importante que el de otros elementos, subrayó.

El expresidente (2010-2015) lamentó que a pesar de sus propósitos manifiestos, muchas experiencias socialistas y progresistas no hayan logrado establecer una economía liberadora, sino una que replicaba incorporaciones culturales del capitalismo.

Según definió, este componente es hijo de una forma de producir y distribuir.

Desafortunadamente, la civilización está atrapada y enceguecida por una cultura esclavizante y sometedora que impide ser libre y empuja a una economía de mercado, cuya principal incorporación es el consumismo, denunció.

En su opinión, el hombre no es consumista porque sí. Es el efecto cultural de una necesidad de la sociedad y sistema capitalistas para poder acumular la riqueza, sin la cual no pueden sustentarse.

Sin embargo, el actual senador explicó que no sólo hay culturas de sometimiento.

También las hay de liberación y son esas las que deben promover los partidos progresistas y sus miembros, en aras de permitir vislumbrar esperanza y cultivar la confianza de los pueblos.

El otrora luchador guerrillero detalló que estas prácticas emancipatorias deben promover una economía de "sobriedad", que no es sinónimo de pobreza, sino de utilización racional de los medios que se tienen.

Será difícil, alertó, pues los pueblos y sus sueños están atrapados en la cultura del derroche. No obstante, hay que enfrentar el reto, o se corre el riesgo de permanecer bajo la hegemonía del mercado hasta que se agoten los recursos y nos agotemos como especie.

Mujica consideró que al pensamiento progresista y de izquierda le corresponden estos enormes desafíos, una tarea a la que no se puede renunciar aunque no se tenga el poder político.

La historia política del hombre, dijo, es como un movimiento pendular con una cara conservadora y otra de cambio. No obstante, apuntó, el balance del progreso dice que las incorporaciones más nobles a la cultura de la humanidad provienen de etapas de lucha y progreso.

El progreso encierra mucho dolor, no es inocuo, aseveró, pero incorpora avances irreversibles.

Nuestra parte es hacer que esos avances estén guiados por la solidaridad, en pos del destino y el bienestar integral del hombre, concluyó.