MIRAR(NOS): Cuando el cuerpo está aquí y la mente… allá

MIRAR(NOS): Cuando el cuerpo está aquí y la mente… allá
Fecha de publicación: 
25 Enero 2016
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                                               "Uno no está donde el cuerpo sino donde más lo extrañan”
                                                                                               Ricardo Arjona

 

En mi agenda, casi me golpean en el rostro las cosas que tengo pendientes y que la ¿bendita? lluvia ha postergado.

Quisiera hacer más, pero harían falta días por lo menos de 25 horas. Aunque este año es bisiesto (en inglés leap year) el plus añadido no me alcanza.

Culpo al frío pero antes achacaba los males al calentamiento global. De modo que sin una explicación convincente dicto al teclado las palabras de este viernes.

Encuentro, gracias al San Google (santo patrón de quiénes queremos saber de todo) que el estrés (el mío también) es un padecimiento planetario. Ya lo sabía ¡claro! pero casi muerta del susto compruebo que no es un mito. No. Es tan cierto como mi nombre, un enemigo mortal del ejercicio pleno de la sexualidad es el estrés. La tensión, el mal humor, cansancio, desinterés, irritabilidad y la impaciencia forman un equipo en nuestra contra y terminan por aniquilar la salud emocional de los individuos.

No es secreto que la entrega implícita en un acto sexual satisfactorio es difícil, si no imposible, con un malestar físico o un estado de ánimo negativo. Y desde un ángulo puramente fisiológico podríamos decir que se produce una disminución de los niveles de andrógenos y estrógenos.

Hacer el amor consuela, anima, relaja y muchas cosas más, pero no si se practica a la fuerza, sin hacer prevalecer el deseo.

En lo que pudiera resultar ciertamente paradójico investigadores de la Universidad de Princeton, aseguran que tener múltiples experiencias sexuales a diario durante un período de dos semanas, consiguen reducir drásticamente la liberación de cortisol, nada menos que la hormona del estrés.

Además, el estudio también demuestra que practicar sexo frecuentemente aumenta la neurogénesis (formación de nuevas neuronas) así como el número de conexiones entre células nerviosas y reduce dramáticamente los niveles de ansiedad.

Por si fuera poco hasta aquí durante clímax se libera la oxitocina, hormona responsable de que aumente la intensidad del orgasmo, en tanto que las células nerviosas del cerebro descargan su contenido eléctrico provocando, una vez ha pasado, el relajamiento físico y mental.

Tener sexo en la noche es genial para los hombres porque el cerebro libera sustancias, como las endorfinas y serotoninas, que inducen un estado de relajación profunda y de sueño, con lo cual se reduce la tensión y el estrés acumulado durante el día.

Practicarlo tres veces a la semana ayuda a reducir la presión arterial, y de manera más específica, reduce la presión sistólica, en hombres que padecen de tensión nerviosa por estrés.

Pero no se trata de sexo x sexo= sexo al cuadrado. De acuerdo con los especialistas, los mayores beneficios de tener sexo frente al estrés se obtienen luego de tener relaciones con una pareja CON LA QUE EXISTE UN VÍNCULO (así con mayúsculas).

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