EE.UU. trasladará una decena de reos de cárcel en Guantánamo

El movimiento que se hará efectivo el jueves constituye el más grande desde que el secretario de Defensa, Ashton Carter, informó al Congreso en diciembre que el número de reclusos quedaría por debajo del centenar a comienzos de este año, explicaron funcionarios de defensa a la televisora Fox News.

La mayoría de los transferidos será llevados a países en Medio Oriente, agregaron las fuentes.En la actualidad, permanecen en el penal 103 detenidos por lo que tras el traslado, el número quedaría en 93.

En lo que va de mes, el Pentágono movió a cuatro presos para ser liberados, mientras el Gobierno del presidente Barack Obama adelantó que antes de que concluya enero deberán abandonar el reclusorio 17 prisioneros.

Desde el 11 de enero de 2002, Estados Unidos mantiene la penitenciaría en dicho enclave militar ubicado en territorio cubano contra la voluntad del pueblo y Gobierno de la isla.

Ese día, la administración de George W. Bush (2001-2009) llevó 20 detenidos a la instalación, que comenzó a emplearse como centro de detención para sospechosos de terrorismo capturados tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

A partir de entonces, se sucedieron denuncias de organizaciones internacionales sobre torturas sistemáticas, interrogatorios, abusos y otras violaciones de los derechos humanos contra los casi 800 reos que llegó a recibir la prisión, la mayoría sin cargos en su contra.

De acuerdo con el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Denis McDonough, el Presidente planea presentar un plan al Congreso y trabajar en esa instancia, para tratar de mantener su compromiso de clausurar la cárcel en su último año de Gobierno.

Sin embargo, las trabas surgidas durante los dos mandatos del actual ocupante de la Casa Blanca plantean signos de interrogación al reclamado cierre, ante la férrea oposición de la mayoría republicana en las dos cámaras del órgano legislativo.

Poco antes de asumir la Presidencia en enero de 2009, Obama declaró que la cárcel de Guantánamo representaba "la más seria amenaza a la credibilidad de Estados Unidos como una democracia defensora de los derechos humanos".

Al iniciar su primer mandato, prometió poner fin al centro de detención en el plazo de un año.