Lo que quedaba por ver: medios españoles de ultraderecha contra la homofobia... en Cuba

Lo que quedaba por ver: medios españoles de ultraderecha contra la homofobia... en Cuba
Fecha de publicación: 
4 Marzo 2012
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Legislación, instituciones y sociedad cubanas han dado grandes pasos, en los últimos años, en materia de tolerancia a la diversidad sexual (1). Campañas contra la homofobia recorren los medios de comunicación de la Isla, y existe ya una política institucional explícita en contra de la discriminación por orientación sexual que, como en todos los países del mundo, pervive aún en ciertos espacios sociales.

 

Por otro lado, Cuba es referencia internacional, por ejemplo, como uno de los pocos países donde el Estado cubre gratuitamente todo el proceso de la reasignación sexual, incluída la operación de cambio de sexo (2).

 

Por todo ello, parece chocante que precisamente, en el Estado español, donde este logro de los transexuales cubanos solo se ha alcanzado en 4 de las 17 comunidades autónomas, se celebre un evento para denunciar la supuesta discriminación por opción sexual en Cuba (3).

 

El 23 y 24 de febrero, las “II Jornadas sobre Derechos Humanos, sociedad civil y homosexualidad en Cuba”, financiadas por la Comunidad de Madrid y organizadas por Colegas, una asociación LGBT cercana al Partido Popular, se convirtieron en una especie de viaje al pasado, en el que –de nuevo- se trató de hacer pasar por actuales situaciones de discriminación hacia gays, lesbianas y transexuales ocurridas en Cuba hace varias décadas (4).

 

Pero lo más paradójico del caso es que los políticos y medios de comunicación que dieron cobertura económica y mediática al evento son los más ligados a posturas conservadoras, incluso homófobas (5).

 

Libertad Digital, por ejemplo, referente del ala más reaccionaria del Partido Popular, daba todo su apoyo para la difusión del evento, y su periodista estrella, Federico Jiménez Losantos, entrevistaba al presidente de la asociación organizadora Colegas, Rafael Salazar (6). Recordemos que Libertad Digital ha sido uno de los medios que más ha batallado contra la ley española que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo (7).

 

Otros grandes medios, como los 14 diarios del grupo español Vocento (8), o El Nuevo Herald de Miami (9), reproducían una nota de la agencia Efe titulada “Denuncian en Madrid que la homosexualidad sigue perseguida en Cuba”. “En Cuba sigue la persecución a comunidad homosexual”, titulaba el diario El Espectador, de Colombia (10), un país donde –curiosamente- son asesinadas cada año al menos 60 personas a causa de su opción sexual (11).

 

Todos estos medios –y muchos otros- reproducían fragmentos de una nota de prensa de la asociación Colegas, con afirmaciones tan falsas y trasnochadas como que los homosexuales “son reprimidos, encarcelados y algunas veces expulsados de la Isla”. En la web de este colectivo, se puede leer, además, que las jornadas sirvieron para “dar a conocer una historia silenciada, la de la feroz represión de la dictadura castrista contra los homosexuales” (12).

 

Todas estas mentiras son las mismas que, curiosamente, aparecen en el informe anual sobre Derechos Humanos en el mundo que elabora el Gobierno de Estados Unidos (13). Algo que no debe extrañar si tenemos en cuenta que la citada asociación Colegas centra su trabajo de denuncia internacional –precisamente- en los países enemigos de EEUU y de las potencias occidentales, y que ha participado en actos de respaldo a la política militar de Israel contra el pueblo palestino (14).

 

Colegas es una organización sostenida por instituciones españolas gobernadas por el Partido Popular, pero con muy baja implantación social. Algo bien fácil de corregir en la redacción de los medios. Cubaencuentro, portal digital también sostenido por la Comunidad de Madrid y por el propio Gobierno español, trataba de engañar a los lectores al presentar a Colegas como “la confederación LGBT española”, es decir, hacía pasar a esta asociación por toda una plataforma representativa del movimiento LGBT en el Estado español (15).

 

Pero, en suma, ¿qué argumentos se emplearon para denunciar a Cuba en dichas Jornadas? Por enésima vez, se volvieron a recordar las llamadas Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP), desaparecidas hace ya 44 años, y que fueron descritas por los organizadores como “campos especiales de trabajos forzosos para reeducar a los homosexuales” (16). La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en plena euforia, los calificó como “campos de castigo inspirados en la Alemania nazi” (17).

 

Estas exageraciones y disparates, por supuesto, no excusan el error histórico cometido en Cuba. Recientemente, el propio Fidel Castro reconocía como “una gran injusticia” la existencia de las UMAP, campamentos donde homosexuales y otros colectivos realizaban labores agrícolas sustitutorias del servicio militar, y que desaparecieron en 1967, dos años después de su creación (18).

 

Pero recordemos que, en aquellos años, la homofobia institucional y social era generalizada en el mundo. El historiador David Carter, en su libro “Stonewall, las protestas que encendieron la revolución gay”, afirma que en los años 60 las leyes que penalizaban la homosexualidad en Estados Unidos eran más duras que las aplicadas en Cuba (19). La Orden Ejecutiva 10450 consideraba la homosexualidad una forma de “perversión sexual” y causa de investigación gubernamental y despido. La aplicación de electroshocks, castración y lobotomías en Clínicas de Internamiento Psiquiátrico estuvieron durante décadas amparadas en las leyes contra la sodomía vigentes en 14 estados de EEUU. Éstas no fueron abolidas por el Tribunal Supremo hasta el año 2003, con la oposición frontal de los gobiernos de dichos estados (20).

 

Pero si algo se convirtió en objetivo de las calumnias y descalificaciones en el citado evento de Madrid fue el Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (Cenesex), dirigido por Mariela Castro, al que llegaron a calificar como una “suerte de policía secreta” (21). En los últimos años, el Cenesex ha cobrado una enorme importante social en Cuba (22). Ha creado y consolidado redes de activistas contra la homofobia o de promotores en salud sexual; impulsa foros gubernamentales y de la sociedad civil para la tolerancia a la diversidad sexual; colabora en el guión y la producción de series de televisión que abordan la temática desde una perspectiva crítica; y asesora a agentes gubernamentales, con resultados en forma de leyes y programas públicos.

 

El Cenesex y otros actores sociales en Cuba –a diferencia de otros países- tienen la ventaja de contar con el respaldo de las instituciones y medios de comunicación públicos, lo que aporta a sus avances solidez, integralidad e irreversibilidad. Algo que contrasta con la influencia social testimonial de asociaciones como Colegas, más preocupada de sobrevivir a la sombra de las subvenciones.

 

Pero repasemos quiénes participaron en este evento de Madrid: la escritora Zoé Valdés, quien reivindica políticamente al dictador Fulgencio Batista y ha solicitado en más de una ocasión la invasión militar de Cuba (23); Carlos Alberto Montaner, terrorista prófugo de la justicia cubana y agente de la CIA en Madrid durante la dictadura de Franco (24); y periodistas cómo Hermann Terscht (25), Alfonso Rojo (26) y Maite Rico (27), defensores en varios importantes medios de comunicación de los gobiernos que hoy practican abiertamente el terrorismo de estado, como el de Colombia, EEUU o Israel.

 

Por último, varios medios publicaban la noticia de que un centenar de ONGs habían firmado, en dicho evento, una declaración por una Cuba libre y democrática en la que, entre otras cosas, se pide que se paralice la financiación de proyectos de cooperación al desarrollo en la Isla (28). Pero, curiosamente, en la citada declaración –contra lo que parece lógico y es habitual- no aparecen los nombres de las supuestas 100 organizaciones que (29), según el presidente de la asociación Colegas, representan al "movimiento asociativo español” (30).

 

Por supuesto, en dichas jornadas no se mencionaron los 300 millones de dólares anuales asignados por el Gobierno de EEUU a los colectivos cubanos LGBT opositores al Gobierno de la Isla (31). Y es que sería dar la pista directa para entender cómo, desde Cuba, unos inventan las mentiras que justifican sus subvenciones, y otros, en Madrid, para hacer lo propio con las suyas, las difundan y amplifican con el apoyo de políticos y medios de comunicación.

 

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