Coexistir temporalmente con un extraclase

Coexistir temporalmente con un extraclase
Fecha de publicación: 
31 Diciembre 2015
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De pronto, aunque ha sido certificado por especialistas que nadie le supera en su gestión (llamémosla laboral) decide, por su libre albedrío que quiere dedicarse a otra cosa. Tal vez para probar sus capacidades pero lo más probable es que Ud se justifique en el aburrimiento desmedido que debe causar ser el primerito, así sin rivales ni tropiezos en su camino.

 

Probablemente hasta aquí, le parezca este un cuento con mucha ficción implícita. Quizás haciendo un supremo esfuerzo no conozca, de cerca, a nadie con esas particularidades. En las líneas que me restan le contaré de esa persona.

 

De niño, su crecimiento unido a una alimentación desequilibrada, le provocó una escoliosis (desviación de la columna); pero, aun así, corría como un galgo. No empezaron a tratarle la anomalía hasta que, a los quince años, se convirtió en el campeón júnior del mundo más joven de la historia.

 

Con menos de 20 años, le dedicaba poquitísimo tiempo al entrenamiento y muchas veces se escapaba a jugar baloncesto, otra de sus muchas pasiones. Tenía ídolos como todos los que se inician en un mundo profesional: Donald Quarrie, un experto en la curva tanto como Michael Johnson, cuyos registros se antojaban imposibles para el joven de nuestra historia.

 

Respecto a las habilidades de sus coterráneos en la carrera, un estudio de la Universidad de las Indias Occidentales publicó que la población presenta inusuales cantidades de actinen A, una sustancia que contrae las fibras musculares de contracción rápida. Otros hablan de tradición, porque la población desciende de esclavos de África occidental, con un pie muy ancho adaptado para cruzar la sabana.

 
Alto (1,96) y con musculatura (86 kg), su constitución no se correspondía con la de los últimos grandes velocistas. Su entrenador, Glen Mills, hizo lo posible por alejarlo del hectómetro y centrarlo en los 200 metros. Pero afortunadamente para el atletismo, no le hizo caso. En mayo de 2008, antes de los Juegos Olímpicos de Pekín, ya había rebajado el récord de los 100 metros.

 

En este punto quizás Ud haya adivinado de quién se trata. Usain Bolt, el astro jamaicano que apenas necesitó nueve segundos y fracción para inscribir su nombre en lo más alto de podios finalistas no únicamente en las pruebas de velocidad.

 

Recientemente, con su 14 preses ganadas en campeonatos del mundo, superando incluso al mítico Carl Lewis ha tomado por asalto la cúspide de las preferencias no solo entre los especialistas.

 

Verlo correr y un poco antes, verlo alistándose para la carrera, es todo un espectáculo.Ha dicho que piensa dedicarse al fútbol y de momento nos deja a la expectativa de cuánto podrá rebajar sus propias cotas en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, a la vuelta de la esquina prácticamente.

 

Si es que nos empieza a regalar goles o definitivamente se retira del mundo del deporte queda la satisfacción de haber coexistido en el mismo planeta con un atleta de su talla, XXXXL.

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