Estados Unidos: Obama y su desesperado grito

Lo hizo este sábado en una nota donde rechazó la facilidad con la que habitantes de su país adquieren armas de fuego.

Apenas habían transcurrido entonces 24 horas desde que en Colorado asesinaron a tres personas e hirieron a nueve con un fusil de asalto que emplean sus militares.

El autor se nombra Robert Lewis Dear, de quien todavía se desconocen los motivos que tuvo para ejecutar la acción.

Un cable de AFP amplificó lo dicho por Obama sobre lo acaecido en un centro de planificación familiar del referido estado.

“Debemos hacer algo a propósito de la facilidad de acceso a armas de guerra en nuestras calles a personas que no tienen nada que hacer con ellas”, y añadió tajante: ¡“Ya basta”!

Agregó estar “particularmente triste” porque horas después del festivo Día de Acción de Gracias, tuvieran que   reconfortar a las familias que han perdido a sus seres queridos por violencia con armas de fuego.

El autor fue perseguido y arrinconado por fuerzas de seguridad luego que intercambiaron un violento y sostenido tiroteo.

Como ya las balaceras resultan algo cada vez más frecuente  en Estados Unidos, medios periodísticos circularon un largo inventario de estas.

 
Baste algunos ejemplos para ofrecer una discreta aproximación a esa realidad.

Un tiroteo en Nueva York dejó semanas atrás dos policías muertos en el interior de su carro patrullero.

No eran ajenos a la muerte por asfixia del afroamericano Eric Garner, estrangulado en julio por uniformados.

Las protestas se tornaron violentas luego que un Gran Jurado, mayoritariamente de blancos, decidió no acusar al verdugo.

Antes, en abril de 1999 dos estudiantes mataron a 13 personas e hirieron a 23 en la escuela de Columbine, en Littleton (Colorado), antes de suicidarse.

El 26 diciembre de 2000 un ingeniero de programas, Michael McDermott, asesinó a siete personas que trabajaban en una  consultoría de internet en Boston (Massachussets).

El 21 de marzo de 2005, un es tudiante de secundaria (17 años) mató a nueve personas antes de suicidarse en su escuela de Red Lake, en la reserva india de Ojibwe.

Cinco de diciembre, 2007, nueve muertos, incluido el agresor, y cinco heridos a tiros en un centro comercial de Omaha (Nebraska).

Marzo 10 del 2009, un hombre  mata diez personas (entre ellos a su madre, abuelos y tíos) en Samson (Alabama), antes de suicidarse.

29 marzo del mismo año, ocho muertos y varios heridos en un tiroteo en la residencia para enfermos de alzheimer en Carthage (Carolina del Norte).

Tres de abril, 2009, un hombre mata a 13 personas en un centro de atención a inmigrantes en Binghamton (Nueva York). Luego se suicidó.

El 19 de enero, 2010,  Christopher Bryan Speight ultima a balazos a ocho personas, entre ellos a su esposa e hijo en Appomattox (Virginia).

Ocho de enero, 2011, seis muertos, entre ellos una niña y el juez federal John Roll, así como 13 heridos en un tiroteo en Tucson (Arizona) contra la legisladora Gabrielle Giffords, quien resultó herida grave.

El 12 octubre, 2011, ocho muertos durante un tiroteo en una peluquería situada en Seal Beach (California).

Veinte de julio del año siguiente, 12 muertos y 70 heridos en un tiroteo en un cine de Aurora (Colorado), perpetrado por James Holmes en el estreno de "El caballero oscuro".

El 14 diciembre, 2012, Adam Lanza mata a su madre en Newton (Connecticut) y asesina a 20 niños y seis adultos en el colegio Sandy Hook antes de arrancarse la vida.

Un año después, el 16 de septiembre, trece muertos, incluido el autor, Aaron Alexis, un contratista militar, y doce heridos, en un tiroteo en el Mando de Sistemas Navales de la Marina (Washington).

El 24 enero, 2014, asesinado a tiros un muchacho durante un tiroteo  registrado en el exterior de la Universidad Estatal de Carolina del Sur.

Hasta aquí la muestra, son tantos los casos que harían falta libros para consignarlos.    

El presidente Barack Obama tuvo razón cuando el viernes proclamó: ¡Basta de tiroteos en Estados Unidos! ¿Piensa igual la multimillonaria Asociación Nacional del Rifle? No lo parece. Veremos.