La batalla electoral en Venezuela: Distinto es con joropo, que bailar un tango

La batalla electoral en Venezuela: Distinto es con joropo, que bailar un tango
Fecha de publicación: 
28 Noviembre 2015
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Estaba en las pulseras que repartía la embajada norteamericana en Cuba, cuando creían hacer su agosto; estuvo a toda pantalla en colores para Macri, -aunque no pudiera engañar a doce millones de argentinos- y está aquí a toda hora: Venezuela quiere cambio, y lo repiten mañana, tarde y noche.

La mayor campaña es el bombardeo mediático, con tal de disfrazar al viejo lobo: esta vez marchan unidos, democráticamente tomados de la mano, hasta que llegue la hora  de repartición. En un viejo muro de Barinas aun queda la traza de aquella campaña de Capriles: !Vota abajo y a la derecha!, y él con la sonrisa cínica de quien va a pedir que salgan a ¨descargar su arrechera¨. He aquí el detalle, ahora pretende que se marque abajo, pero ¨a la izquierda, en la manito, porque en la esquina está el cambio¨.

Para el próximo seis de diciembre, son más melodramáticos en las emisoras comerciales. Llaman a ¨la cola que acabará con todas las colas. La única cola que hay que hacer para cambiarlo todo.¨ Insisten: ¨Hagamos lo que nos toca¨. Y por eso viajó en primera clase al bunker de Macri la esposa de Leopoldo López, para inflar globos amarillos y de paso pedir por  amnistía, sea a los represores argentinos que a los asesinos en la patria del Libertador.

No parece azar que la misma señora aparezca después en Guárico, unos minutos antes del disparo fatal contra un ex-presidiario y dirigente de Acción Democrática, asesinato que huele a bandera falsa para inculpar a los chavistas, tiroteo que parecía dirigido a buscar un caso Nisman. ¿Imaginan convertida en mártir a la mujer ¨del monstruo de Ramo Verde¨, organizador directo de las guarimbas que terminaron con la vida de más de cuarenta venezolanos tras las últimas elecciones?   

Aquí los escuálidos, -que es como se le dice a los gusanos-, han boicoteado los productos de primera necesidad para ahogar al ciudadano común. El precio del dólar galopa a uno por más de setecientos ochenta bolívares en el cambio ilegal. Y los revendedores hacen la navidad con el panetón o la harina pan del PDVAL, o los pañales sanitarios y el detergente del MERCAL. Si el gobierno fija un precio justo al huevo, un dueño de una bodega puede salir destruyendo cartones en el noticiero de Venevisión,  y después un candidato de la MUD aparecerá bravuconeando: !este gobierno se quedó sin huevos!. Después, la Guardia Nacional descubrirá un almacén donde, sólo en Zulia, ocultan más de doscientos mil cartones de huevos. Es lo cotidiano, como las toneladas de leche escondidas bajo tierra, o el bachaqueo con lo más inverosímil.

Es ante todo una guerra sicológica, con tal de convertir estas elecciones parlamentarias en un verdadero referéndum contra el  gobierno. Y aun cuando hay un sistema blindado para las máquinas de votación, reconocido entre los más precisos del planeta, -y donde el pulgar entintado es una huella registrada digitalmente-, los Macri de estas tierras están listos para cantar fraude a toda voz, si no se agencian a toda costa la mayoría en la asamblea nacional, y desmontar todas las misiones y conquistas sociales de esta revolución,. y lanzan el revocatorio contra el presidente en el 2016, utilizando la propia constitución socialista, que es profundamente democrática. Como la anécdota del colaborador cubano que es director del CDI Antonio José de Sucre en Socopó: en el 2013, el mismo día en que la oposición ganó la alcaldía: le retiraron todos los vigilantes y el personal de limpieza, para que ni pudiera dar las clases de medicina a los estudiantes venezolanos.

La respuesta del gobierno es entregar 400 mil pensiones al adulto mayor, y levantar nuevas urbanizaciones para llegar al millón de viviendas, y anunciar el incremento del salario mínimo a los obreros y a los trabajadores del sector público de hasta un treinta por ciento. Y relanzar misiones como la Sucre, la Rivas y la Robinson, para que hasta el último ciudadano pueda alcanzar su sexto grado. Extender con racionalidad los servicios de salud, desplegar las Bases de Misiones a las zonas de extrema pobreza. Y hablar de cómo llegar a quinientas mil viviendas más en el nuevo año.
Diecinueve elecciones ya han enfrentado las fuerzas bolivarianas, y han ganado aplastantemente dieciocho. El llamado a votar es por todos los revolucionarios, marcar en los ojos de Chávez que, literalmente, miran desde cada edificio de la Misión Vivienda, con más de ochocientas mil quinientas casas dignas entregadas. Pasar por encima de las mezquindades humanas, y darse cuenta que está en juego el destino de lo que ha hecho la  Revolución.

Además del Partido Unido de la Revolución Socialista, el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar asistirá con sus  treinta y un partidos políticos,. Cuenta con catorce mil quinientos puntos rojos en cada uno de los centros electorales, y las Unidades de Batalla Bolívar - Chávez (UBCh), los Círculos de Lucha Popular (CLP). Y unos ciento veinte mil protectores del voto activados en cada simulacro electoral.

Y por si fuera poco, tras quince años de la mayor inversión social que ha tenido este país en su historia, un litro de gasolina sigue costando diez centavos de un bolívar, quizás lo único que hoy tiene ese costo, aun cuando el barril de petróleo ha caído a 34 centavos de dólar. Una pequeña botella de agua, más pequeña que las  nuestras, ya cuesta treinta bolívares. No por gusto se devela una vez más que las agencias de inteligencia norteamericana espía a la estatal Petróleos de Venezuela desde hace más de diez años.

La miserable táctica opositora es calentar la calle a toda costa. Queman la primera buceta en el Tachira, y encienden cauchos en la esquina que tranca el tráfico para irritar aún más al poblador. Ponen carteles para apoyar a la DEA en buscar un vinculo de Maduro con los narcotraficantes. Y mandan a matar dirigentes de la base, campesinos o estudiantes universitarios, para que el clima de terror se extienda por cada parroquia. Pagan hasta al que lleva la banderola de Primero Justicia por cuatro mil bolívares, o al taxista que te entrega la boleta de la MUD con el cobro del servicio.

Y los barcos norteamericanos de la VI Flota acercándose en la fecha, por supuesta pura rutina; y los funcionarios de la embajada norteamericana asistiendo a eventos teóricos en la Universidad Central de Venezuela. Y Macri anunciando que pedirá la expulsión de Venezuela del MERCOSUR, porque no le gustan los presos políticos, y de paso devolver tanto favor de acompañamiento a la derecha venezolana.  

Apenas a una semana de las elecciones, el reto es a lo interno de las fuerzas bolivarianas. Luchar contra el exceso de confianza que desmoviliza a la hora del combate, mientras la contrarrevolución intenta apropiarse de métodos como la visita casa a casa. Y lo peor, el oportunismo de quienes hablan de terceras vías, del voto naranja por una supuesta posición independiente, de una nueva visión del país; y son capaces de incluir los colores rojo y azul, al lado de un verde y un amarillo, con tal de seguir adonde sopla el viento. No son más que desertores, que dividen la fuerza del voto de la contienda revolucionaria.

Este entreguismo del vividor a toda costa lo resume Chandy Flo, un ladino bufón que te vende su disco de parodias a quinientos bolívares en la bomba de gasolina de Barquisimeto. Se pega a la ventana del chofer, y te habla mal lo mismo del gobierno que de la oposición, que versiona un ballenato o una canción de moda. Se acaricia los bigotes llaneros, se queja de que falta el papel sanitario y el jabón, y se va a cantar a un estudio de grabación lo que después sube él mismo al canal You Tube. Tiene una voz cínica y desmejorada: ¨/…Lo que sobra es patria./   
Esta será una batalla definitiva contra todos los demonios.´

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