Francia: El terrorismo como instrumento

Francia: El terrorismo como instrumento
Fecha de publicación: 
25 Noviembre 2015
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No recuerdo acción alguna directa francesa contra el Estado Islámico (EI) antes de los atentados en París, que han servido para que el país galo actúe unilateralmente con sus bombardeos indiscriminados y sin permiso de Damasco –donde reside el gobierno legal- a una ciudad siria que sirve de capital al grupo criminal, que sí ha causado víctimas civiles que nada tienen que ver con el EI.   

Hasta ese momento Francia estuvo entregando armas a  elementos opositores al gobierno sirio –esos que llaman  terroristas “moderados”, muchas de las cuales fueron a parar intactas “misteriosamente”  a las huestes de los partidarios del califato.

Francois Hollande, el presidente francés, ya había admitido tales entregas de armas, aunque trató de hacer creer que estaba dirigido a lo que calificó de “oposición democrática” y el material donado “cumple los compromisos europeos”.

Aunque Occidente intenta separar a los llamados grupos “moderados” de los terroristas, otros países han advertido sobre la imposibilidad de hacer esa diferencia, porque muchas veces sus integrantes cambian de bando en función de la compensación económica recibida.

Esta semana, el presidente de Siria, Bashar al Assad, criticó a quienes aseguran “combatir el terrorismo”, cuando en realidad lo patrocinan, y apuntó que los atentados de París hicieron vivir un día a Francia lo que el pueblo sirio ha estado sufriendo hace cinco años.

Con la actitud gala se corre el riesgo de una intervención con Estados Unidos y otros países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte bajo el pretexto de destruir al EI,  pero con el sospechado propósito de dividir a Siria, controlar la riqueza petrolífera y mermar la influencia de Rusia, que sí ha combatido eficazmente a los terroristas y ayudado al ejército sirio a liberar un amplio territorio, a donde han comenzado a regresar decenas de miles de personas que se vieron obligadas a abandonarlo.

Lo cierto es que tal como los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York y Washington sirvieron a Estados Unidos para aplicar  una llamada política antiterrorista que ha sembrado realmente el terror en el mundo, hoy Francia declara el estado de excepción, restringe los derechos individuales y, directa e indirectamente, aupa a quienes están llevando a esa nación por el camino de la xenofobia, el antisiamismo y la persecución a todo lo que huela a refugiado.

NO ES SOLO CRIAR CUERVOS

Se habla muchas veces de quienes han financiado el Estado Islámico y hecho posible el gran entuerto contra los derechos humanos de los pueblos mediorientales, de lo que solo se salva Israel, un posible y terrible promotor de la división del mundo árabe y de su aniquilamiento.

No es solo señalar que Arabia Saudita y otras satrapías de la región han alimentado financieramente al EI, comprado su variado y moderno armamento, así como que el propio Estados Unidos, con helicópteros de combate, ha protegido a sus combatientes y vehículos de combate de acción alguna por el ejército sirio.

Ahora, con la intervención de la aviación y armada de Rusia las tropas del EI han sido diezmadas y puestas en retirada en pocas semanas, dejando en evidencia la ineficacia, en el mejor de los casos, de una coalición que Estados Unidos patrocinó durante un año para presuntamente combatirlo.

Ahora, con los atentados en París, donde perecieron seres inocentes y dañada una gran infraestructura, el gobierno de Francia proclama que los combatientes del EI deben ser aniquilados y no retiraría sus operaciones militares en el extranjero, así como que es consecuente con su “lucha por la libertad y el derecho de libre expresión”.

Pero; sinceramente, ¿lo anterior tiene aval que valga la pena? Cierto que su himno nacional, La Marsellesa, conmueve (“Marchemos hijos de la Patria…”), pero la historia contemporánea rebate tal altruismo, cuando recordamos a los múltiples asesores sobre métodos de tortura (algunos veteranos de la ocupación francesa en Argelia) que Francia aportó a la dictadura cívico/militar en Argentina, desde 1977 a 1982. Y es que hay  múltiples formas de terrorismo. Recordemos, sin comparar lo que sucedió en París, a aquella notable película La batalla de Argelia: un torturador francés le pregunta a su torturado (miembro de la resistencia) porqué tiraban explosivos en los bares donde había civiles franceses.

La respuesta es de una claridad demoledora: “Porque no tenemos aviones como ustedes, que bombardean a cientos de poblados argelinos”.Esta frase hoy resuena como una actualidad también demoledora; Francia, Inglaterra, la OTAN, EEUU, masacrando (“daños colaterales”) a miles de civiles en Afganistán, Irak, Siria, Libia.. Es lo que sucede cuando se esgrime el terrorismo como instrumento.

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