EN FOTOS: Carlos Acosta en Cuba, trabajando

La semana pasada fue particularmente intensa para Carlos Acosta, el más internacional de los bailarines cubanos. El jueves se despidió de la compañía que lo ha acogido por varios años: el Royal Ballet de Londres. Fue una presentación particularmente emotiva: el público lo premió con una larga ovación y una lluvia de rosas.

Pero Acosta, se sabe, no suele regodearse con las glorias pasadas. Toda su vida ha mirado hacia el futuro, asumiéndolo como reto y oportunidad. Por eso nunca se conformó con ser solo un bailarín, aunque fuera uno de los mejores bailarines del mundo. Su hoja creativa es amplia: coreógrafo, productor, realizador, escritor…

Pero su empeño mayor, ahora que parece comenzar una nueva etapa de trabajo, es Acosta Danza, la compañía que ha fundado en La Habana.

Tanto es así, que Acosta no esperó a que se calmaran los ánimos en Londres después de su última presentación. Enseguida tomó un avión y este lunes ya estaba en uno de los salones de la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso (sede provisional de la agrupación), para tomarles ensayos a los bailarines de su joven elenco.

Hay que decirlo, son excelentes bailarines. Algunos de ellos eran solistas de las más importantes compañías del país. Pero acudieron a las audiciones de Carlos Acosta en busca de nuevos caminos.

Ahora mismo en ese salón se respira ganas de trabajar. Carlos Acosta hizo varias correcciones a algunas de las obras del repertorio y repasó otras montadas por coreógrafos invitados.

Se supone que la primera temporada de Acosta Danza sea en la primavera del próximo año. Está claro que una compañía no se arma en una semana. Los bailarines tienen por delante largas sesiones de clases, montajes y ensayos. La pretensión es que cada uno crezca, que concreten su potencial.

La compañía es muy singular, pues reúne bailarines de disímiles procedencias: desde muchachos formados en la más estricta técnica clásica académica hasta otros provenientes de la danza contemporánea o las variedades.

Carlos Acosta quiere formar un equipo todoterreno, que pueda asumir un espectro amplísimo, las propuestas de coreógrafos de todas las tendencias.

No hay tiempo que perder. El salón que ocupa la compañía es casi siempre el último que se apaga en la Escuela…