MIRAR(NOS): Tópicos que sonrojan

MIRAR(NOS): Tópicos que sonrojan
Fecha de publicación: 
9 Octubre 2015
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 La vergüenza era verde… se la comió un chivo.

Alguien de mi infancia

                                    
No debiera encabezar esta columna así. A seis meses de nacido, este espacio, desde sus inicios ha izado la bandera de la tolerancia y también de lo moderno, en el más amplio concepto, el de nuestro pensamiento. Sin embargo, me sobran cuatro dedos en mi mano de escribir a la hora en punto de contar a las féminas que, sin sonrojarse, hablan de diferentes tópicos como, por ejemplo, la masturbación.

 

Cada semana, mientras leo los comentarios de quienes no me ignoran, redescubro que cada persona es un ente individual con experiencias acumuladas. Al final de la vida, estas terminarán por hacerle más fuerte o no, dependiendo de la elección individual de cada cual.

 

Pero sin temor a equivocarme, y aunque muchísimo se ha logrado, en materia de igualdad genérica todavía resta un camino largo y complicado.

 

Y eso con todo y que al principio, millones de años atrás, éramos uno solo (ahí sí había igualdad): simples células reproducidas a través de la bipartición. Supongo, quiero creer, entonces todo era más simple. Luego, en nuestro afán intrínseco de complicarlo todo, apareció, entre otras cosas, la división social del trabajo y las clases sociales y los hombres pueden hacer esto y las mujeres aquello y en fin… todo se derrumbó.

 

Hace poco, sorprendida, leí que las mujeres tienen el cerebro más pequeño que los hombres. Lo cual, atiendan todos, NO QUIERE DECIR (así con mayúsculas) QUE ELLOS SEAN MÁS INTELIGENTES O CON MAYORES CAPACIDADES.

 

Si así fuera, el Cromañón sería un científico, su cerebro supera al de cualquier ser humano. Una investigación reciente sugiere que, pese a esa aparente igualdad, las reacciones son diferentes en mis congéneres xx y en los xy.

 

Así, ante algo estéticamente hermoso, en la mujer se activan ambos hemisferios del cerebro, en tanto en el caso de los hombres, uno. Pero nada nuevo les he contado, apenas he acuñado la justificación científica a modos de comportamiento en ambos sexos. De ahí que igualmente existan diferencias en cuanto a pensamientos del acto sexual. Diariamente, un hombre del montón piensa 19 veces en sexo, en tanto las mujeres no llegan a 10 pensamientos de esa naturaleza.

 

Hace algún tiempo, tocamos en esta columna el tema de las fantasías sexuales y, por supuesto, quedó explícitamente detallado que tienen la capacidad de revelar no solo los deseos carnales, sino también detalles de la personalidad o de sus sentimientos en todos aquellos que las tienen.

 

¿Sabían que de entre todas las fantasías eróticas, los tríos son habitualmente las más comunes? Según un estudio publicado en The Journal of Sex Research, los hombres suelen fantasear con recibir sexo oral o tener relaciones con dos mujeres a la vez, y las mujeres con practicar sexo en algún lugar romántico.

 

Como puede apreciarse a simple vista, las mujeres se guían por emociones. El estado de ánimo y las condiciones espirituales que circundan al encuentro sexual… conforman un todo global para nosotras. Pero la imaginación de los hombres nos lleva la delantera; tratándose de erotismo, pueden visualizar hasta 55 imágenes más que la más prolífera de las mentes femeninas.

 

Y en cuanto al romanticismo, contrario a lo que piensa la opinión popular, no hay diferencias. Es una prioridad para ambos, cual si se tratara de un mismo organismo, como en aquellos lejanos años que se pierden en almanaques cuando nos reproducíamos mediante la bipartición celular.

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