ENTREVISTA: Laritza Bacallao, medio mundo a sus pies

ENTREVISTA: Laritza Bacallao, medio mundo a sus pies
Fecha de publicación: 
8 Octubre 2015
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A los 28 años, 20 de ellos de carrera artística, la cantante cubana Laritza Bacallao ha logrado convertirse, a fuerza de talento  y constancia, en una de las jóvenes voces femeninas más seguidas y respetadas dentro y fuera de la isla.

Su aventura musical comenzó cuando apenas tenía idea de lo que hacía. Lleva en sus genes la herencia de su padre y abuelo, miembros de la emblemática orquesta Aragón, y lo disfruta al máximo.

Sobre su sus sueños,  su vida y trayectoria, dentro y fuera del escenario conversó en exclusiva con Prensa Latina en uno de los jardines del habanero Hotel Nacional, lugar insignia de la cultura cubana.

 

-¿Cómo fue el camino recorrido hasta donde estás hoy?

 

Trabajé duro. Comencé desde muy pequeña, a los ocho años, cuando canté en la emisora Radio Progreso con la orquesta Sensación y la Aragón, una experiencia inolvidable.

Luego vino el disco La orquesta Aragón presenta a la princesita del chá chá chá,  seguida de una gira por Japón y otra a Venezuela, hasta que me concentré  en los estudios para poder graduarme en Dirección Coral  (nivel elemental) y en la especialidad de pianista acompañante.

Mi vida era normal como es habitual en los niños, sólo que la mayor parte del tiempo lo dedicaba a estudiar. Salía de la escuela en la tarde, regresaba a casa, me bañaba y  de nuevo a estudiar hasta cerca de la media noche.

 

-En 2003 participaste en un proyecto en Italia, Calle 66. ¿Cuánto significó ese para tu carrera y tu formación?

 

-Todo empezó con una propuesta de la productora Cuqui Cárdenas,  se trataba de una  compilación de temas de su autoría, cantados por jóvenes intérpretes cubanos.  Ese disco me abrió las puertas, fue una oportunidad para expandir mi música por Cuba y el mundo.

Después llegó la posibilidad de una gira por Europa: un año y tres meses en Italia con una compañía cubana como parte del elenco de una puesta en escena de la Carmen, de Bizet. Ahí fue donde nació mi inquietud de cantar en otros idiomas como el italiano y el inglés.

Cuando regresé a la isla, ya venía con la idea concreta de hacer mi carrera aquí y llamé al compositor Osmany Espinosa, quien me propuso un tema, Que se me ahogaron las lágrimas. Fue mi otra salida ante el público cubano.

 

-Además de contagiosa, tu música se conecta con un público diverso, del cual forman parte los niños e incluso los ancianos. ¿Cómo es el proceso de selección de tus canciones y cuánto ha aportado a tu carrera Osmany Espinosa?

 

-No compongo, no tengo esta dicha, pero si amigos buenos compositores, y otros que llegan a uno. Ese fue el caso de los temas de Espinosa,  autor de la mayoría de los números exitosos de mi carrera.

En cuanto al público, en mi opinión, busca en general algo diferente. Es complicado,  tienes que sentarte a escuchar cada tema y analizarlo, no lo hago sola, se suman mi familia y amigos para poder contar con varias opiniones. Hasta ahora me ha ido bien.

La idea de incluir un número antológico en mi primer disco (¿Solo se vive una vez?) como fue el Buey cansao, de los Van Van, partió de toda la familia, queríamos rendir un homenaje y qué mejor que a esa orquesta.  Tuve la oportunidad incluso de comunicarle el proyecto a Juan Formell.

Desgraciadamente no pude someterlo después a su juicio (ya había fallecido), pero lo escucharon sus hijos y les gustó. Fue una gran satisfacción hacer una versión  de ese número respetando su esencia pero incorporándole, a la vez, elementos diferentes, nuevos, que atraparan de nuevo al público.

-¿Cómo llegar a ese mercado controlado muchas veces por las grandes discográficas, sobre todo en lo que respecta a los cubanos?

 

-Tuve la oportunidad y la suerte de contar con el apoyo de Planet Records, mi disquera, que lo promovió por el mundo. Le agradezco el haber confiado en mí como artista joven, porque sin respaldo, sin los medios de comunicación, sin la promoción, no logramos nada.

Ese es, además, un trabajo en equipo. Hay que tratar de garantizar que el disco tenga buena promoción,  que los videoclips se divulguen; en fin, un complemento de pequeñas cosas que contribuyen a materializar un resultado. Uno tiene que sentarse también y esperar la reacción del público, que es la señal más importante.

 

-El restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba ha abierto un puente en el sector cultural, especialmente en la música. En tu opinión, ¿cuánto puede aportarle este intercambio a los músicos de ambos países?.

 

-Me siento feliz de que en el ámbito musical muchas trabas comiencen a desaparecer  para nosotros, los cubanos. Poder reencontrarnos con viejos amigos, con personas que uno admira como artista,  retroalimenta musical y espiritualmente. Ojalá las cosas sigan por el sendero en que van.

 

-Las letras de tus canciones transmiten optimismo.  ¿Es un propósito consciente o un  elemento intrínseco de tu personalidad?

 

-Ambas cosas. Siempre  trato de pensar bien cuando las cosas están mal. Eso me ayuda a mantener la autoestima alta. Es como decir: levántate, salió el sol, es un nuevo día, estás vivo, sal a luchar. Todos tenemos problemas, pero mediante mi música pretendo transmitir mensajes y energía positiva a todos.

 

-Cómo te preparas para un concierto ¿Cómo es tu ritmo de entrenamiento diario?

-Una locura. Escucho música de todo tipo para mantenerme actualizada,  en onda, por decirlo así.  Escucho a otros intérpretes alejados de lo puramente comercial,  para analizar las letras, y esto lo hago como algo muy íntimo, muy mío.

 

-Además de la música, ¿te atraen otras artes?

 

- La pintura, la danza. De niña soñaba con ser bailarina y termine siendo cantante (sonríe).

 

-En el nuevo álbum incursionas en el kizomba, ritmo angolano.  ¿Como surgió esta idea?

 

-Tenemos tres kizombas (Te amo, Malvada y Enamórate de otra). Quería mostrarle al público un género africano que está dando mucho que hablar en todo el mundo, aprovechar  que se hizo para bailar en pareja, algo que los jóvenes han ido perdiendo poco a poco. Me gustaría ver en mis conciertos a una pareja bailando,  por ejemplo.

El ritmo kizomba me sedujo durante una gira a Angola con mis colegas Paulo FG y Mayito Rivera; me fascinó. Tengo muchísima música en casa de todos estos ritmos africanos que en la isla no se conocen mucho, y son estupendos.

 

-Aunque  joven, eres ya una de las figuras más destacadas de la música cubana actual, lo cual entraña un mayor compromiso y, a la par, esfuerzo y autoexigencia permanentes. A partir de esa premisa,  ¿cómo logras conjugar  tu vida profesional y personal?

 

-Se trata de organizarlo todo lo mejor posible, uno puede equivocarse porque es un ser humano, pero hay que tratar de armonizarlo todo.

 

-Recientemente un medio puertorriqueño anunció que el salsero Victor Manuelle cantaría en octubre en La Habana. Te imaginas interpretando, junto a él, la versión de Que suenen los tambores.

 

-Ojalá podamos hacer sonar los tambores juntos, soy una fiel admiradora suya, me encanta su música y tengo sus discos en mi casa, lo escucho desde niña.

El hecho de que haya escogido este tema que defiendo con el corazón es un gran placer. Si no podemos compartir juntos el escenario, espero aunque sea participar como espectadora en su concierto.

 

-En las últimas semanas se ha anunciado la presencia de artistas internacionales que vienen a cantar a Cuba: Olga Tañón y Sergio Vargas, entre otros. ¿Cómo ves la música cubana en este nuevo escenario?

 

-Me encanta que podamos recibir artistas de ese nivel. El público cubano está deseoso de verlos, me incluyo en la lista. No es lo mismo escuchar sus discos  que ver a un cantante sobre un escenario interactuar con los espectadores. Es una experiencia única, espero sigan viniendo muchos más.

 

-¿Como recibiste el elogio que recientemente te dedicó la puertorriqueña Olga Tañón?

 

-Fue una verdadera sorpresa, le agradecí vía Internet porque no tengo el honor ni el placer de conocerla personalmente. Ojalá pueda decirle cuánto la admiro y agradezco sus palabras, no sólo conmigo sino con todos los artistas cubanos y nuestros músicos.

 

-¿Qué diferencia, y a la vez conecta, a tu juicio, a los músicos cubanos con públicos tan disímiles como el japonés  o el italiano?

 

- Me imagino que  la alegría, la forma de movernos a la hora de bailar es lo que cautiva. La sabrosura del cubano es única.

 

-Recientemente participaste en el homenaje a Sergio George, era la primera vez que una joven cubana merecía ese honor. ¿Que sentiste al cantarle? Estuviste cerca de Marc Anthony, ¿alguna colaboración en camino?

 

-Fue un placer y le agradezco a mi disquera haberme llevado a la ceremonia de entrega de los premios MBI. De una conversación sencilla nació esa invitación de Sergio.  Interpreté Si te contará, de Félix Reina, un tema precioso.
Estar relajada, en una ocasión como ésta, es muy difícil, pero uno tiene que tratar de dominarse  y salir al escenario poniendo alma, vida y corazón en lo que hace.

Al terminar la presentación se me acercaron personas que no conocía para felicitarme. Luego me senté al lado de Marc Anthony, en la misma mesa, y tuve la oportunidad de decirle cuanto lo admiro como músico e intérprete.
El, por su parte, a la hora de subir al escenario me deseo mucha suerte, es una persona muy sencilla. No surgieron proyectos, ojala  algún día se pueda dar algo pero por ahora no.

 

-La mayoría de quienes te conocen, pero sobre todo el público joven, resalta, además de tu cubanía, tu sencillez, ¿cómo haces para mantener los pies en la tierra?

 

-Me imagino que el día a día de la mujer cubana, el trabajo, las cosas de la casa, son las que te hacen aterrizar y mantener los pies en la tierra.

 

-¿Cómo imaginas a Laritza Bacallao dentro de 20 años?

 

-No sé, el futuro es muy incierto pero lo que sí sé es que seguiré cantando aunque sea en mi casa.

 

-¿Mayor virtud y mayor defecto?

 

-Dicen que soy sencilla, humilde, me imagino que sea una virtud, y el mayor defecto: no me gustan la hipocresía ni las mentiras, es algo que no va conmigo.

 

-¿Con qué artista masculino o femenino te gustaría hacer un dúo?

 

-Si empiezo a hacer una lista no tengo para cuando acabar. Me encantaría volver a cantar con Omara Portuondo, nuestra diva, y poder grabar ese momento para hacerlo perdurar toda la vida.
También me encantaría cantar con Pablo Milanés,  uno de mis favoritos, con Olga,  Marc Anthony, con Barbara Streisand...

 

-¿Tina Turner, Whitney Houston o Mariah Carey?

 

-Whitney

 

-¿El momento más feliz de tu carrera hasta hoy?

 

-Cuando supe que mi tema Que suenen los tambores había sobrepasado los cuatro millones de visitas en youtube.

 

-¿El mayor reto por cumplir?

 

-Poder mantenerme, un reto bastante fuerte.

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