La Steel Band de El Cobre: un fenómeno musical

La Steel Band de El Cobre: un fenómeno musical
Fecha de publicación: 
22 Septiembre 2015
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Nadie en su sano juicio imaginaría que al golpear un tanque de acero hueco, el metal devolviese un sonido armónico y agradable. Pero quienes han escuchado a la Steel Band de El Cobre saben que esto y mucho más es posible. La agrupación, con más de treinta años de creada, ha hecho de esta fórmula su carta de triunfo para regalarle al público una sonoridad sumamente musical.

Hermes Ramírez Silva, director del grupo, oriundo del poblado de El Cobre en Santiago de Cuba, cuenta que la agrupación nació en la década de los ochenta gracias a la colaboración de la Casa del Caribe de esa ciudad oriental con Trinidad y Tobago, y especialmente por el empeño de Joel James Figarola, destacado investigador y director de esa institución por ese entonces.

Por su cercanía con las minas, es precisamente que la primera agrupación de este tipo en Cuba nace en el poblado de El Cobre, pues en Trinidad y Tobago quienes dieron vida a esa tradición fueron los trabajadores mineros.

Pese a ser una sonoridad “importada” de ese país vecino del Caribe, la Steel Band suena a Cuba en cada uno de sus conciertos, pues han llevado a su formato las tradiciones musicales de esta Isla, sin descuidar la música clásica y esos temas que han alcanzado altos niveles de popularidad “buscando la preferencia del público, que es siempre lo más importante”, añade Hermes.

-Pero, ¿cómo es posible sacar sonidos atractivos de un  tanque de metal?

-Estos instrumentos, llamados pailas, son muy especiales. Construidos en Trinidad y Tobago, tienen todo el registro de un piano. Se puede orquestar con ellos muy fácil, lo que hay que conocer la tesitura de cada instrumento y se me ha hecho posible, además, gracias a la experiencia que he acumulado durante estos 30 años. No todo músico trabaja con este tipo de orquesta en Cuba, pero no considero que otro músico no lo pueda hacer. Yo he tenido la posibilidad de hacerlo y lo he hecho con el mayor placer del mundo.

-¿Cómo se afinan las pailas?

-Para afinarlas tuve que ir hasta Trinidad y Tobago a aprender. Se hace con un martillo, golpeando el tanque hasta buscarle la afinación con un afinador.

Ver actuar a la Steel Band es todo un espectáculo. Sus 14 integrantes percuten los tanques con una energía contagiosa y extraen así  melodías que el público no tarda en reconocer, en corear y bailar.

“Los músicos son totalmente autodidactas –aclara Hermes- preferentemente percusionistas, pero que no han tenido una academia. La escuela hemos sido nosotros mismos. Entre el entusiasmo de ellos, y el aprendizaje que les puedo trasmitir hemos ido preparando a los músicos.

-Precisamente, ¿cómo es el trabajo para buscar el relevo?

-Estamos adiestrando sobre todo a los jóvenes del poblado de El Cobre para que no muera esta riqueza cultural, que es un fenómeno musical en Cuba. Somos una de las agrupaciones que más llama la atención en el Festival Iberoamericano en Holguín, en la Fiesta del Fuego, en el proyecto veraniego La música sin par, de Villa Clara, en los carnavales de Río de Janeiro, en Trinidad y Tobago, y ese legado que hemos ido creando no lo podemos abandonar.

-Uno de los momentos cumbres de la agrupación fue cuando tocaron para el Papa Benedicto XVI en su anterior visita al santuario del Cobre, ¿cómo recuerdan ese momento?

-Recibimos con mucho cariño esa invitación. Para el Papa tocamos el Ave María, de Shubert, y fue una experiencia maravillosa. El Papa tuvo la oportunidad de llegar hasta nosotros y bendecir a nuestra orquesta.

En 2012 la Steel Band sacó a la luz su primer y único disco, Paila para bailar, nominado al Cubadisco de ese año. “Está integrado por 10 temas, entre los que incluimos las composiciones Che Comandante, el Ave María, danzones, el Chan Chan, La Guantanamera, en fin, un despliegue de géneros cubanos e internacionales. Resultó un disco muy bien confeccionado, y creo que le ha dado muy buenos frutos a nuestra orquesta”.

Con más de treinta piezas montadas, la banda de acero más antigua de Cuba ha acompañado a Pedrito Calvo y a William Vivanco, mientras que con el maestro cubano Frank Fernández mantienen una relación muy cercana, pues solo después de que el afamado pianista cubano los felicitara luego de verlos actuar les llegó el “pasaporte” para presentarse en la capital cubana.

“Hemos estado en Cubadisco, en el pabellón Cuba, en el complejo Morro-Cabaña, en el hotel Riviera y en otros sitios. Todavía no hemos tenido una presentación pública pero le tenemos que agradecer mucho a Frank Fernández, para nosotros es como un padre. Él quiso tocar el Ave María con nosotros pero no estábamos en Cuba y esa es una deuda que tenemos pendiente”.

-Hace poco estuvo por nuestro país una banda similar de Trinidad y Tobago, ¿tuvieron algún contacto con ellos?  

-Si, tuvimos un mano a mano en el parque central de Matanzas. Ellos dijeron que nosotros no éramos cubanos, que éramos trinitarios por la forma de tocar. A mí me impresionó mucho su música porque son mucho más que nosotros y a ellos le impresionó mucho la síncopa de nuestra música. Tuvimos un hermanamiento y me regalaron muchas baquetas. Nosotros les dejamos copias de nuestro disco, pero quedaron compromisos de instrumentos y afinación. Creamos una relación muy estrecha.

Dentro de los destinos más inmediatos de la Steel Band de El Cobre figura un viaje al gigante sudamericano, sitio al que llevarán otra vez esos sonidos “amarimbados”, y buena parte de una cultura que si bien no les pertenece, ya la han sabido hacer suya.

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