Denia Caballero toma “Desembarco de la Reina”

Denia Caballero toma “Desembarco de la Reina”
Fecha de publicación: 
25 Agosto 2015
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Mañana del 25 de agosto, noche de China. Pareciera una segunda temporada en el Nido de Pájaro luego de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. De hecho, por primera vez el gigante asiático organiza un Mundial de atletismo. Por primera vez una discóbola cubana escala la cima del podio de premiaciones, por primera vez un velocista corre palmo a palmo con un ser sobrenatural de las pistas. Por primera vez…

No es una novela, aunque la hazaña de Denia Caballero bien pudiera catalogarse como la toma de Desembarco del Rey en juego de Tronos. Llegó a la jaula y elevó con su diestra el disco al firmamento, como si buscase esa última bendición de Niké, el destino quiso que antecediera a la fenomenal croata Sandra Perkovic, un muro inexpugnable que en los últimos cuatro años solo había sufrido seis reveses en escenarios distantes del entorno supremo, entiéndase campeonatos Europeos, Mundiales y Juegos Olímpicos.

Pero de primeras veces van estas líneas, y le bastó a la villaclareña de 25 años, 1.76 metros y 81 kilogramos ese envío inicial de 69.28 metros. Un ritual sellado con una especie de caída, al borde de cometer foul en una órbita dorada, que casi le saca el polvo blanquecino a la línea de los 70 metros: “Ese primer disparo lo halé con todo, aún me pregunto por qué caí, quizás por la potencia que intenté imprimirle al final del giro. El objetivo era ese, abrir fuerte para presionar a las adversarias… y funcionó”, declaró vía facebook la discípula de Raúl Calderón.

“Luego me golpeó la migraña me dolía mucho la cabeza, creo que se me combinó con la descompresión, no pude repetir otro disparo tan largo, pero la secuencia la mantuve estable”, añadió la atleta, quien aseguró buscará propinarle otra estocada a la Perkovic en la final de la Liga de Diamante.

Un envío imponente, como una catapulta que hace blanco en la torre más fortificada de la psiquis de Perkovic. Y en definitiva así fue, la croata no se hallaba, tres fouls y hasta la exhalación final de 67.39, no pudo saciar a medias su sed de victoria. En su orgullo una herida que no le habían proferido, la entrega a regañadientes de su corona. Del otro lado la también antillana Yaimé Pérez (65.46) vio escurrirse la posibilidad del bronce, aferrado a la imponente anatomía de la curtida germana Nadine Müller (65.53)

En lo más alto del podio una cubana, seguidora de la estela mundialista de Yarelis Barrios (dos platas y otros tantos bronces), quinto podio en línea, vellocino que bien pudiera marcar el derrumbe de un imperio europeo y el comienzo de la era Cuba.

Ahora Denia piensa en otros horizontes, hurga en la primacía nacional de 70.88 metros en poder de Hilda Elisa Ramos, afinca sus apoyos, le imprime revoluciones a la velocidad de su giro, optimiza la explosividad que la caracteriza, la conjuga con esa entrega y disciplina total, el estar pendiente a cada mínima observación de Raúl Calderón…

RUDISHA, BOLT VS. GATLIN, SKYERS, MENA… RUTHERFORD

Si bien Perkovic no pudo refrendar su poderío el keniano David Rudisha recuperó su cetro de Daegu 2011 en una final de 800 metros demasiado lenta. Rudisha (1:45.84) orquestó el paso, impuso un parcial casi de bostezo en la primera vuelta (54.17) y luego todos como anestesiados cayeron en ese ritmo. El polaco Adam Kszczot (1:46.08) y el bosnio Amel Tuka (1:46.30), acompañaron la melodía de preseas.

Kenia no solo depende de sus mediofondistas, al menos no en la capital china, además del jabalinista Yego, se destaparon sus corredores de 400 c/v, especialmente Nicholas Bett, quien con 47.79 segundos se adjudicó el cuarto cetro de la legión africana y de paso comanda el ranking mundial de la disciplina. El ruso Denis Kudryavtsev (48.05) y el bahamés Jeffery Gibson (48.17), ambos con respectivos topes nacionales, sellaron el tridente de honor.

Honor, una palabra que le queda a la medida al británico Greg Rutherford (8.41 metros dorados). El británico tuvo un cuarto intento a tono con su condición de as olímpico de Londres 2012 e incorporó otro trofeo a su vitrina de “lord”. A sus espaldas quedaron el australiano Fabrice Lapierre (8.24), heredero de Jai Taurima, y el anfitrión Jianan Wang (8.18).

Genzebe Dibaba, no podía pensarse en otro nombre si de la final de los 1 500 metros planos se trataba. No fue un crono de otra galaxia el que le mereció el título. Al parecer la pista en la tarde-noche de martes de Beijing estaba regada con cierto somnífero. Aún así, detuvo los relojes en 4:08.09 minutos que si bien distan de sus 3:50.07 cimeros, bastaron para mantener su hegemonía de 2015.

Cierre entre bólidos, velocidad, Bolt vs. Gatlin, segunda temporada. Otros sprinters intentan captar la atención de muchos, como el panameño Alonso Edwards (20.11 segundos), como el ganés-japonés de apenas 16 años Abdul Hakim Sani Brown (20.35), como el turco Ramil Guliyev (líder de preliminares con 20.01), como nuestro Roberto Skyers, respaldado por Reynier Mena (20.37).

Todos ellos se cuentan entre los 24 agraciados semifinalistas. Solo ocho largarán a la hora cero. Skyers necesitará superar su 20.02 (tope de Cuba) si anhela otra instantánea cercana al fenómeno de la tierra del reggae. Aunque para ser realistas, dudo que corra nuevamente, palmo a palmo, 20.28 por 20.29 por el carril contiguo al del rayo Bolt.

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