Marco Rubio: Un payasito que aspira a ser presidente
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Sobresale entre los posibles candidatos del Partido Republicano de cara al 2016.
No extraña, debido a que junto a él figuran gente como Donald Trump, multimillonario, esquizofrénico y enemigo del papa Francisco.
Este jueves la agencia EFE se hizo eco de un intento de respuesta formulada por Rubio al video que lo mezcla con la ultraderecha venezolana.
Se refiere a las pruebas que lo muestran junto a Ileana Ros-Lehtinen facilitando dinero a grupos que en 2014 provocaron actos de violencia con saldo de múltiples fallecidos, heridos y detenidos.
Asimismo, grandes pérdidas materiales que dañaron la economía nacional y sus servicios públicos.
Rubio contestó denunciando lo que, según su punto de vista, es la represión y los abusos de los derechos humanos.
Vale recordar que tanto él como Ros-Lehtinen impulsaron un insólito acuerdo legislativo que desde Washington prohibió la entrada a Estados Unidos de funcionarios venezolanos que, según ellos, violaron derechos humanos en esa nación suramericana.
En el video circulado ahora en Caracas aparece un representante de la oposición ultraderechista admitiendo que, a través de intermediarios, llegó a sus manos dinero enviado por el dúo Ileana-Rubio para financiar los desmanes de 2014.
Se trata de José Rafael Pérez Venta, que en el video afirmó dice haber pertenecido a los opositores partidos Voluntad Popular (VP) y Alianza Bravo Pueblo.
El testigo aseguró ante las cámaras que ambos integrantes del Congreso de Estados Unidos les hicieron llegar fondos a través de una persona llamada Betti Grossi.
Tanto Rubio, a quien EFE describe como hijo de un matrimonio cubano que emigró antes de la Revolución, como Ileana, que llegó a Miami con sus padres cuando tenía siete años, “son férreos opositores de los Gobiernos venezolano y cubano”.
Ella trató con desgastados pretextos de negar las contundentes pruebas mostradas y Rubio se limitó a hacerle eco.
De todas maneras, observadores hicieron notar en la capital estadounidense que lo aseverado en el video los vuelve a situar en una posición muy incómoda.
Para llegar a esa conclusión unieron a la irrebatible demostración fílmica las constantes declaraciones agresivas de importantes funcionarios de Washington contra Venezuela.
Al mismo tiempo hicieron alusión al desembozado cordón umbilical que une posiciones editoriales de periódicos, estaciones de radio y televisoras de Estados Unidos con venezolanas de orientación “ultra”.
Pero, lo más importante, ¿constituye esa arremetida una excepción?
O es preferible alertar que se trata de la modalidad escogida hacia Caracas como parte del gran complot de variados colores que incluye a todas las causas revolucionarias o progresistas del área para frenarlas o, preferiblemente, apuñalarlas.
Hay una ventaja, se trata de una guerra cada vez más avisada y cuyo desenlace depende no exclusivamente de una de las partes.
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