Preolímpico de Baloncesto (f): Canadá nos cerró una puerta… por ahora

Preolímpico de Baloncesto (f): Canadá nos cerró una puerta… por ahora
Fecha de publicación: 
18 Agosto 2015
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Muchos pensarán que va de bolas y strikes este comentario, pero no. Se trata de encestes, baloncesto de calidad, como el desplegado en el recién finalizado preolímpico de Edmonton. Pasa por el coqueteo con el sueño de retornar al contexto olímpico en Río de Janeiro 2016.

Significaría para una familia de muchachas, con más de una década de accionar juntas, romper un divorcio de cuatro ciclos, algo que estuvieron a punto de acariciar, de no haber sido por el quinteto canadiense, convertido en nuestra bestia negra en los últimos tiempos.

De hecho, las nuestras buscaban refrendar el título del 2013, pues de conseguirlo asegurarían su visado a la cita carioca, pero Kia Nurse, Tamara Thatam, Miranda Ayim, Miah-Marie Langlois y compañía se antojaron un escollo infranqueable. Ya nos habían dominado in extremis las norteñas en los Panamericanos de Toronto 71-68.

Igualmente nos dieron una lección contundente en la fase preliminar de Edmonton 92-43, donde a las discípulas de Alberto Zabala les falló todo en su accionar: la defensa, pues rara vez permiten más de 90 puntos, y la ofensiva, indicador en el que apenas trabajaron para el 27% (de 55-15) en tiros de dos; 18% (2 aciertos en 11) más allá del perímetro, y el 50 % (de 14-7) en la línea de los suspiros. Eso, sumado a una relación asistencias pérdidas de esférico de 6-15 y 32 rebotes capturados.

En contraposición las de la nación de la hoja de maple prácticamente se comportaron implacables en sus rubros: 60% (33 en 55) de media distancia, 85% (de 20-17) en tiradas libres, 46 tableros y 18 pases de canasta ante 11 pérdidas, argumentos suficientes para imponerse.

EL ACTO DEL ADIÓS

Si bien dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, para Canadá, quinta en la última versión mundialista del llamado deporte ráfaga, sí se antojó una delicia. Así lo patentaron con la tercera sonrisa en línea 82-66 (19-22, 25-13, 21-19, 17-12) sobre las nuestras.

Otro soliloquio anfitrión en toda la línea: su efectividad de campo se comportó para el 53% (de 60-32) por un discreto 45% (de 60-27) de las nuestras. También ejercieron dominio bajo los tableros, al imponerse 34 rebotes a 23, y afinaron igualmente sus mirillas más allá del perímetro 38% (de 13-5), en contraposición del 29% (4 en 14) de nuestras escopeteras.

Individualmente por las vencedoras descolló la alero Kia Nurse, quien comandó la artillería con 20 cartones. La respaldaron desde la banca Natalie Achonwa (12 unidades y cinco rebotes), además de la armadora Miah-Marie Langlois (11 puntos y ocho asistencias).

Al otro lado del tabloncillo fue la experimentada delantera insular Leydis Oquendo (25-cinco capturas bajo el canasto) la de mayor acierto ofensivo. La centro Clenia Noblet (16-10) continuó demostrando su condición de muralla en el juego interior, en tanto Yamara Amargo (13) tuvo destellos de grandeza, aún sin convencer y echarse la locomotora al hombro en momentos cruciales.

Dos radiografías, dos derrotas, dos partidos cruciales. En el de la posible materialización del sueño incluso las canadienses, pese al fuerte inexpugnable de nombre Noblet, encestaron 52 cartones, por solo 30 nuestras huestes.

Sucede que además del tridente Oquendo-Noblet-Amargo, ninguna otra jugadora pudo apuntarse más de cuatro unidades, indicador que en una batalla clave, ante adversarios de nivel, se antoja fatal. En esa cuerda de endeudamiento, de cierres de cuartos dubitativos, de selección de tiro precipitadas, de asfixia y ausencia de variantes colocaría, pese a sus nueve asistencias, a la armadora Ineidis Casanova, quien no abrió su casillero de puntos, además de Oyanaisys Gelis y Suleira Atiez, dos piezas de experiencia, kilometraje, que distaron del rendimiento esperado.

A propósito de rendimientos notables durante el certamen, Amargo y Noblet integraron la selección estrella, junto a las anfitrionas Nurse y Tatham, y la argentina Melisa Gretter.

En definitiva cabe destacar que precisamente ese elenco es de los que más cerca se halla del entorno supremo entre las disciplinas colectivas de la Mayor de las Antillas. Canadá nos cerró una puerta. La ausencia de cuatro ciclos a una cita bajo los cinco aros aún no es definitiva. La tropa de Zabala aún podrá aferrarse a la quimera en el preolímpico que reunirá a selecciones de toda la geografía universal el año próximo. Por ahora, solo resta continuar engranando la maquinaria encestadora, pulir los sistemas defensivos y mantener siempre a tope la condición física de todas y cada una de las chicas de la armada tricolor.

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