Diplomática cubana ve un largo camino para normalizar relaciones
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Josefina Vidal recibe un cheque de Estados Unidos de 4.085 dólares una vez al año, el dinero por el alquiler de la base naval estadounidense en la Bahía de Guantánamo, en Cuba.
Pero el Gobierno cubano se niega a cobrar los cheques, expedidos a un tesorero inexistente, porque considera ilegal la ocupación estadounidense de Guantánamo.
El ex líder Fidel Castro solía meterlos en un cajón y Vidal asegura que ahora están guardados en archivos "como un documento histórico", un símbolo de la rivalidad entre los dos países durante más de medio siglo.
"Yo los recibo personalmente, año por año", dijo a Reuters en entrevista exclusiva Vidal, directora general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano y su negociadora principal en las conversaciones bilaterales con Washington. "Se guardan en los archivos. Tenemos una colección".
Ahora que los dos países están dejando atrás su rivalidad de tiempos de la Guerra Fría y restaurando sus relaciones diplomáticas, muchos viejos conflictos bilaterales están saliendo a la luz para ser negociados.
Ambas partes ven posibilidades de lograr rápidos avances en algunos asuntos relativamente simples, incluyendo posiblemente un acuerdo sobre aviación civil. Pero otros tomarán años o podrían no solucionarse nunca.
Por un lado, Cuba quiere de vuelta los 116 kilómetros cuadrados de terreno en la Bahía de Guantánamo, en el este del país.
También quiere el fin del embargo económico de Estados Unidos, acabar con las señales de radio y televisión con programación anticomunista emitidas hacia Cuba y el fin de los "programas para la democracia" financiados por Estados Unidos y que, según Cuba, buscan derribar al Gobierno.
La administración del presidente estadounidense, Barack Obama, afirma que Guantánamo no es parte de la discusión, y que su objetivo de levantar el embargo se enfrenta a una fuerte oposición dentro del Congreso, controlado por los republicanos.
El secretario de Estado, John Kerry, pidió el viernes una "democracia genuina" en Cuba y su país quiere que la extradición de algunos fugitivos estadounidenses que viven en la isla.
Lo que Estados Unidos llama derechos humanos, Cuba lo considera como seguridad interna, e insiste en que sólo hará cambios políticos según sus propias necesidades. También dice que no puede entregar a fugitivos a los que les garantizó asilo.
Vidal reconoce las dificultades por delante, pero asegura que Cuba está dispuesta a tratar todos los asuntos, sin importar lo duros que sean.
"Prefiero no ser pesimista", comentó el viernes en una entrevista de una hora de duración, cuando Kerry estaba en La Habana para izar la bandera de Estados Unidos por vez primera desde 1961 en la recientemente reabierta embajada.
Kerry dijo también que el camino hacia la normalización será arduo, pero que reabrir las embajadas es un paso importante.
"Seguirá habiendo temas en los que no estaremos de acuerdo o que pueda que no estén maduros aún para una transición, discusión o transformación", dijo Kerry en una conferencia de prensa. "Estamos abarcando mucho ahora. Es una gran agenda".
CONVERSACIONES EN SEPTIEMBRE
Las dos partes fijarán sus prioridades y calendarios respecto de una serie de asuntos, con una comisión bilateral que se reunirá por vez primera en septiembre.
Vidal dijo que un acuerdo de aviación civil, bajo el cual aerolíneas estadounidenses y cubanas podrían obtener derechos de aterrizaje en ambos países, es un área en la que se podría alcanzar un acuerdo pronto.
También afirmó que Cuba está dispuesta a hablar de áreas de conflicto, como los 5.913 reclamos de estadounidenses cuyas propiedades fueron nacionalizadas tras la revolución de 1959 que llevó a Fidel Castro al poder.
Las partes empezarían las conversaciones intentando zanjar una gran brecha entre ellos. Una ley cubana liga las negociaciones sobre reclamos de propiedad a los propios reclamos de Cuba por los daños causados por el embargo y otras agresiones estadounidenses.
Vidal señaló que los daños superan los 300.000 millones de dólares hasta el año 2000, una cantidad muy superior al valor de las propiedades reclamadas por estadounidenses o de lo que Washington pensaría jamás en pagar.
Las conversaciones sobre correo directo, protección medioambiental y el combate al narcotráfico se reanudarán, dijo Vidal, construyendo sobre acuerdos ya alcanzados para la mitigación de derrames de petróleo y sobre cooperación de búsqueda y rescate en el mar.
En el asunto más sensible de las reformas políticas, Vidal dijo que Cuba no cederá en nada para aplacar a los opositores de línea dura de Obama en el Congreso de Estados Unidos o a los exiliados anticastristas de Miami.
"Hagamos lo que hagamos, o dejemos de hacer lo que dejemos de hacer, esas personas (...) van a pedir más y más y más porque no quieren el bien del pueblo cubano", declaró.
"No quieren un mejoramiento de las relaciones, de los lazos entre Cuba y los Estados Unidos. Lo que quieren es revancha".
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