Cuba: viajes al extranjero crecieron 23,7 por ciento en 2014

Cuba: viajes al extranjero crecieron 23,7 por ciento en 2014
Fecha de publicación: 
16 Agosto 2015
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Las personas con residencia habitual en Cuba realizaron en 2014, en números redondos, 355 000 viajes al extranjero, para un crecimiento de 23,7 por ciento en relación con el año 2013, cuando entró en vigor el Decreto-Ley No. 302, modificativo de la Ley de Migración.

 

En comparación con 2012, cuando aún no se aplicaban las actuales modificaciones migratorias, el incremento en el pasado año fue de 66,7 por ciento.

 

La información es parte del capítulo 15 del Anuario Estadístico de Cuba 2014 (AEC). El acápite, dedicado al turismo, está colocado en el sitio digital de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) y algunos de cuyos datos es publicado este domingo por el diario Juventud Rebelde.

 

Según las definiciones metodológicas de la ONEI, el concepto «Viaje al extranjero (Salidas)» refiere el número «de desplazamientos que toda persona efectúa de su país de residencia habitual hacia otro país, por cualquier motivo que no sea el de ejercer una actividad remunerada en el país visitado».

 

El Anuario Estadístico de Cuba 2014 (AEC)  es la más completa e importante fuente oficial de información demográfica, social, económica y medioambiental del país para un año, la cual, además, está desagregada a nivel territorial en varios de sus indicadores. El capítulo 15 es uno de los 14 que ya están colocados en www.onei.cu, al terminar de escribir esta información.

 

Aunque la elaboración del AEC se está concluyendo, el propósito de la Oficina —dice— es «poner a disposición de todos los interesados, en el menor tiempo posible esta información, y responder a las nuevas exigencias de los usuarios, utilizando los avances tecnológicos que posibilitan una difusión más oportuna». De ahí la colocación gradual de los 23 capítulos en su sitio digital, la cual comenzó desde el pasado 24 de julio.

 

Invitamos a los lectores a estar atentos a la salida de esas publicaciones. Es cierto que Internet o las intranet aún no son de acceso masivo, pero la limitación va disminuyendo poquito a poquito. El pasado año la cantidad de usuarios de servicios de Internet en el país ascendió a 3 048 500 personas, según reporta otro capítulo del AEC, dedicado a la Tecnología de la Información y las Comunicaciones.

 

El Anuario Estadístico de Cuba, como el Demográfico —que también ya está en www.onei.cu— no representa un libro de lectura; es algo muy técnico —«un clavo», en buen cubano—; sin embargo, constituye un documento de consulta básico tanto para el auxilio escolar como para el análisis metódico y crítico de nuestra realidad.

 

Paseo turístico

 

El turismo será la «gran vedette» de la economía nacional en 2015. Pese a las interesantes coyunturas actuales, no representa algo fortuito. Es un resultado de lo que ha venido haciendo el país en años anteriores.

 

El crecimiento sobre 15 por ciento que está mostrando la afluencia de visitantes en lo que va de año, podría conducir a un arribo de turistas y excursionistas de alrededor o por encima de los 3 500 000 viajeros. Es un pronóstico, mas no hay nada que diga que la tendencia cambie, a menos que ocurra una grave crisis económica global.

 

De reportarse una cifra de visitantes internacionales de alrededor o por encima de los 3 500 000 viajeros (guarismo que no incluye, por ejemplo, a los cubanos con residencia permanente en Estados Unidos), estaríamos presenciando un incremento potencial de unos 500 000 arribos a Cuba en un año.

 

El número en sí, aunque grande, tal vez no diga mucho a algunos. Pero si reparamos en que ese hipotético incremento de medio millón de turistas y excursionistas en un año antes se demoró alrededor de cinco.

 

El coco tiene agua

 

Está en boga decir que «Cuba está de moda». Amén de los modismos, una de las causas a las que, con mucha razón, se atribuye al boom turístico de 2015 radica en el actual proceso de restablecimiento gradual de relaciones con Estados Unidos.

 

Nadie puede negarlo. Es así, tanto por el crecimiento directo de las llegadas desde el país norteño (en el primer trimestre subieron casi 30 por ciento, aunque «cabeza a cabeza» no sumaron demasiados en comparación con los principales emisores) como por la influencia indirecta en otros mercados, donde la presente coyuntura histórica ha despertado interés y hasta curiosidad. Ahora, deducir numéricamente cuánto incide este contexto político en tal crecimiento no es tarea fácil.

 

La evidencia más clara y contundente del incremento en la llegada internacional de visitantes está en el último trimestre de 2014, cuando el arribo de turistas y excursionistas mantuvo un crecimiento promedio del diez por ciento, con respecto a octubre-diciembre de 2013.

 

Para el año anterior estaba previsto el arribo de más de tres millones de viajeros. A la altura de agosto de 2014, la meta —al menos para mí— parecía muy difícil. No obstante, el objetivo se alcanzó. Fue a último momento: el 30 de diciembre, pero se pudo romper con la barrera psicológica de ese dígito.

 

¿Por qué pudo ser? Meses antes, el 19 de agosto, cuando llegó el visitante «dos millones» (este año se alcanzó el 10 de julio), el Ministerio del Turismo, en una nota de prensa, adelantaba la respuesta.

 

«Para alcanzar los resultados esperados en este año (2014), desde comienzos del segundo semestre —afirmaba— se han intensificado las acciones comerciales y de comunicación tanto en mercados que siguen teniendo un crecimiento sostenido, como en aquellos de menor emisión, pero que contribuyen también al incremento de las cifras».

 

Creo que el primer y más importante factor en el auge de llegadas de visitantes internacionales en 2015 está en los esfuerzos que ha venido realizando el país para superar los resultados en este sector, y en específico el trabajo de 2014, parte de cuyos resultados se trasladaron para este año.

 

El establecimiento de una nueva ruta aérea o el aumento de la frecuencia de vuelos, por ejemplo, no ocurren de «ahora para ahorita». Entre otras muchas cosas —por decir algo— tienen que superarse, como mínimo, tecnicismos y burocracias entre el país emisor y el receptor, e incluso a veces de terceros.

 

Cualquier cuestión que acarree un crecimiento estructural de mercados, oferta, servicios, lleva planes, negociaciones, recursos y tiempo, mucho tiempo. Además del contexto histórico propicio en que se desenvuelve el sector —reitero—, lo que está ocurriendo es, sobre todo, fruto de la maduración de políticas del país que se estaban implementando y desarrollando.

 

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