ESTRENOS DE CINE: Dos días, una noche

ESTRENOS DE CINE: Dos días, una noche
Fecha de publicación: 
27 Mayo 2015
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En Dos días, una noche, último drama de los dos veces ganadores de la Palma de Oro del Festival de Cannes, los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne, Marion Cotillard interpreta a una mujer que lucha por aferrarse a su puesto de trabajo.

La película, del año 2014, es un drama social que le valió a la actriz varios premios y nominaciones internacionales.

Sandra –Marion Cotillard- recibe la noticia de que será despedida de su puesto de trabajo porque catorce de sus diez y seis compañeros votaron a favor de recibir una paga extraordinaria que reemplaza a su salario.

Desesperada ante la posibilidad de quedar desempleada, ella solicita que se realice una segunda votación.

Con la esperanza de un resultado diferente, Sandra dedica -dos días y una noche- a convencer a sus compañeros de trabajo de que voten a favor de rechazar el dinero… para que así ella conserve su empleo.

Dos días, una noche es una película que muestra decisiones difíciles… enmarcadas en tiempos que lo son aún más. En la cinta se equilibra la miseria humana con actos que conmueven el alma de tanta extrema bondad.

La película deviene así tragedia íntima que grita fuerte; una épica socialista en miniatura, sincera y humana.

Marion Cotillard, uno de las mejores actrices de la pantalla francesa contemporánea, habita su papel tan intensamente que pronto el espectador olvida cualquier otra actuación precedente. Vestida con jeans, una serie de camisetas de colores brillantes, con el pelo enmarañado y los ojos desbordantes, la actriz transmite con facilidad la opresión y la ansiedad que implican perder el empleo para una persona de clase baja.

Los hermanos Dardenne imponen tanta dificultad a la odisea que vive la Cotillard en la película, que se llega a asemejar a una lucha mítica, una especie de equivalente de los doce trabajos de Hércules, pero uno en el que las tareas del mito se sustituyen por la angustia de quedar sin trabajo y la botella de Xanax en el estante del baño.

Sandra, nos damos cuenta, no es la única víctima de este cuento. Sus compañeros de trabajo están sobrecargados de la misma ansiedad que ella; se desgastan en empleos ilícitos los fines de semana.

También, como ella, apenas sobreviven al sistema. Sandra no les pide lástima; les pide que “se pongan en su lugar”. Así, mientras más se afana, más crece en fuerza.

Dos días, una noche es una cinta llena de víctimas, lo que hace preguntarse: ¿dónde está el villano? Lo más probable es que el verdadero malhechor de la película es aquel que nunca llegamos a ver, pero sí intuir.

Implícitamente Dos días, una noche condena a los procesos modernos de gestión y la dinámica del capitalismo.

“Yo no existo”, se lamenta Sandra a su marido, y emprende su peregrinaje por cada casa de sus compañeros de trabajo, para hacerlos cambiar de opinión, para que renuncien al dinero que hará que ella conserve su empleo. Con cada casa que ella visita, aún ante las más férreas negativas, ella, contrario a lo que pudiera creerse, se arma de más fuerza. Y es, aunque pueda parecer lo contrario, Dos días, una noche nos dice que la lucha siempre vale la pena, sea cual sea el resultado. Incluso si Sandra pierde, ya ha ganado.

 

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Título original: Deux jours, une nuit/ Dirección: Hermanos Dardenne/ Producción: Luc Dardenne, Denis Freyd, Jean-Pierre Dardenne/ Guion: Luc Dardenne, Jean-Pierre Dardenne/ Fotografía: Alain Marcoen/ Montaje: Marie-Hélène Dozo/ Protagonistas: Marion Cotillard, Fabrizio Rongione/ Duración: 95 minutos/ Idioma: Francés/ Países: Francia, Italia, Bélgica.

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