ESTRENO DE CINE: John Wick

La Matrix (1999), de Larry y Andy Wachowski, referente de la ciencia ficción mundial, cuyas escenas de lucha y desafío de las leyes naturales han sido ampliamente emuladas y reflejadas —tanto en otras películas como en trabajos de aficionados y fanáticos, pasando a ser un elemento de la cultura popular—, refleja a Keanu Reeves como un protagonista con carisma para las interpretaciones que conlleven acciones físicas.

Repitiendo la fórmula de su éxito, en John Wick (2014) Reeves se coloca en la piel de un peligroso asesino al que lo único que le queda de su esposa recién fallecida es un pequeño cachorro de Beagle. Cuando un gánster de la mafia rusa —interpretado por Alfie Allen (Greyjoy en Juego de tronos)— mata a su perro, él planea una venganza funesta que, como en aquella trilogía que lo hizo universalmente famoso, viene acompañada de coreografías de lucha y de efectos especiales muy sofisticados.

El filme, dirigido por David Leitch y Chad Stahelskien el año 2014, no posee un argumento muy original: El Paul Kersey que clamaba venganza en El justiciero de la ciudad por la muerte y violación de su esposa ya existía antes de que John Wick decidiera ajustar cuentas con los responsables de la muerte de su perro.

Y Jack Carter, Max Rockatansky, Mason Storm… Todos estos personajes han venido a coronar un subgénero que, como en la recienta cinta The Equalizer (2014), muestra a un hombre que, víctima de algún desagravio, decide aprovechar sus vastos conocimientos de defensa personal para desquitarse por el daño que ha sufrido.

Los motivos de desquites en los thrillers de venganza son disímiles. Normalmente están relacionados con la muerte de una esposa, hijos o familia en general. Pero estos no han sido las razones exclusivas de represalias. (En el caso de John Wick, por ejemplo, lo que impulsa al protagonista a vengarse es el asesinato de su perro, que, en esta cinta, es la representación de una vida serena y sosegada).

Y también —no faltaba más— ha habido revancha por dinero. En el año 1999 el director Brian Helgeland realizó el remake de A quemarropa (John Boorman, 1967) llamado Payback; una película donde Mel Gibson interpretaba a un hombre al que habían estafado una gran cantidad de dinero (70 mil dólares), y que mataba a todo aquel que estaba vinculado a ese fraude.

Al parecer la venganza es un plato que se sirve frío… y que gusta de ofrecerse en cualquier época. John Wick es, más de una década después, la mejor heredera de aquella película violenta y distraídamente entretenida.

Si bien es verdad que en John Wick Keanu Reeves no representa el papel de vengador con tanta hondura como Mel Gibson, y el guión resulta un tanto más insustancial, las coreografías —en cambio— son mucho más interesantes: tienen cierto aliento de historieta, y aportan una extraña y admirable visualidad.

En definitiva, que John Wick no tiene intenciones de realizar novedades en el género, pero sí se preocupa de presentarlo de una manera distinta. La película recicla la idea del justiciero en una cinta de acción directa, violenta y visceral que consigue hacer suyos los códigos del género y modularlos en torno a una cantidad considerable de gadgets de guión, bastante originales, que se ocupan lo mejor que pueden de omitir la falta de carisma actoral de Reeves en la cinta.

Porque por mucho que los efectos especiales y los pocos parlamentos que tiene en la película se encarguen de maquillarlo, las dotes histriónicas del protagónico de John Wick (tan polémicas como la capacidad interpretativa de otros actores, como son Colin Farrell o de Ben Aflleck) adolecen de esfuerzo en este filme, si bien se nota cómodo a Reeves en su papel de justiciero.

Aunque algunas motivaciones de los personajes de John Wick no están del todo explicadas, y el mismo leit motiv de la vendetta puede resultar difícil de creer, el filme compensa sus fallas con el grafismo escénico del mundo del cómic. Porque en cada plano, en la confección del peculiar y atractivo universo criminal en el que nos va sumergiendo, repleto de hoteles para asesinos con su propio código de etiqueta o empresas de limpieza de cadáveres; en la misma caracterización de sus personajes y su concepción de la acción, esta cinta desprende un aroma a cómic que sorprende, precisamente porque no está basada en ninguna novela gráfica.

En resumen, que John Wick es una película de acción simple, sin más pretensión que la de divertir y que hace homenaje a la época dorada del cine de Van Damme, Seagal o Stallone: Pura orgía de disparos, sangre, peleas acrobáticas y sentido del ritmo; ofrece cien minutos de entretenimiento… que en alguna medida compensan la debilidad de su guión y dejan abiertas las puertas a la casi inevitable secuela.

Dirección: Chad Stahelski/ Producción: Basil Iwanyk, David Leitch, Eva Longoria, Michael Witherill/ Guion: Derek Kolstad/ Música: Tyler Bates, Joel Richard/ Fotografía: Jonathan Sela/ Montaje:    Elísabet Ronalds/ Elenco: Keanu Reeves, Mikael Nyqvist, Alfie Allen, Adrianne Palicki, Bridget Moynahan, Dean Winters, Ian McShane, John Leguizamo, Willem Dafoe.../ País: Estados Unidos/ Año: 2014/ Género: Acción/ Duración: 101 minutos.