María Elena Llorente: un premio a la fidelidad

María Elena Llorente: un premio a la fidelidad
Fecha de publicación: 
9 Abril 2015
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¿Qué se premia cuando se premia a María Elena Llorente? Primero, su extraordinario desempeño artístico. Junto a las cuatro joyas del Ballet Cubano, junto a Marta García, Llorente integró esa generación mítica que puso al Ballet Nacional de Cuba en la elite de la danza universal. Fue en la década de los sesenta, justo cuando se comenzaba a hablar de una escuela cubana de ballet, bajo la tutela de Alicia, Alberto y Fernando Alonso.

María Elena Llorente era una bailarina exquisita, de una limpieza ejemplar. Los aficionados la reconocían por su seguridad. Se sabe que la mayoría de los bailarines tienen días buenos y días no tan buenos. Pero María Elena siempre bailaba bien, a la altura de todas las coreografías. No era una bailarina de excesos, la distinguía su contención. Y también la fluidez de sus ejecuciones.

Es algo que de alguna manera se ha perdido. Las primeras bailarinas de aquellos años, María Elena Llorente entre ellas, nunca fragmentaban la línea danzada, y le otorgaban a cada movimiento un sentido, un impulso primigenio y esencial.
María Elena bailó todos los grandes roles del repertorio, brilló particularmente en personajes que tenían que ver con su proyección escénica: todavía se recuerda su Fille Mal Gardée. Pero también asumió roles de coreógrafos contemporáneos, como Alberto Méndez.

La Llorente bailó mucho, su carrera fue larga. Todavía a finales de los años noventa era presencia habitual en los programas.

Este Premio Nacional también reconoce su labor como repositora. Es una de las responsables, por ejemplo, de la versión coreográfica del ballet Don Quijote, que ha sido reconocida por el público y la crítica en Cuba y varias ciudades del mundo.

Y por último, pero no menos importante, el jurado ha premiado un compromiso: el de María Elena Llorente con su compañía.

Hay que decirlo: en años de permanentes éxodos, María Elena Llorente ha apostado por el Ballet Nacional de Cuba, la agrupación con la que alcanzó sus mayores éxitos. Ha contribuido a la formación de jóvenes bailarines, al montaje de nuevas obras, a la conformación de un repertorio.  Y con la humildad de los grandes.

No se puede contar la historia de nuestra principal compañía de danza obviando su aporte. Allí está todos los días, allí supo hoy la noticia. Ese es su ámbito natural.

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