Cumbre de las Américas: Pesimismo «ultra»

Una periodista del Nuevo Herald que cubrirá la cita en Panamá, Nora Gámez Torres, vaticinó que será “acaparada” por Cuba.
 
Así lo escribió este sábado en Miami, a pocos días del inicio de la reunión hemisférica.

Ella sitúa tal perspectiva en el contexto del proceso de normalización de relaciones entre la isla y Estados Unidos.

Luego citó una declaración de la secretaria de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson.

“Al estar Cuba en la Cumbre por primera vez, obviamente va a robar una gran cantidad de atención”, dijo.

Antes había hecho una confesión muy significativa: ello elimina una enorme irritación de nuestra política hacia América Latina.

También dijo que la próxima Cumbre de mandatarios será, además, escenario de un encuentro paralelo sin precedentes.

Mencionó entre sus participantes a quienes llamó “opositores”, así como a integrantes de la sociedad civil cubana de la isla.

Bajo el amparo de la ley Helms-Burton, de 1996, los primeros han recibido millones de dólares consignados en presupuestos oficiales de Estados Unidos.

Sus peleas de lobos por ese dinero han ido tan lejos, que años atrás el entonces senador John Kerry logró “congelarles” por un tiempo 20 millones de dólares destinados a sus trajines contra Cuba.

Estos son los grupos y personajes que en Washington y Miami gustan llamar “independientes” y parte de un tipo gaseoso de sociedad civil.

Ahora dicen que no han hecho pública su lista de invitados a Panamá debido al temor de que el gobierno cubano obstaculice su participación.

Observadores apuntan que La Habana aceptó la invitación del gobierno panameño para asistir a la Cumbre, por primera vez desde que la OEA la suspendió de sus filas en 1962.

Mencionan así uno de los hechos más vergonzosos que recuerde la historia de la diplomacia en este continente, tal y como desnudaron, incluso, periódicos estadounidenses.

Fue tan grande ese escándalo, que en 2009 levantaron la suspensión y dejaron en manos de cada gobierno restablecer —o no— sus lazos con la isla.

La delegación que representará a la sociedad civil cubana en los foros y actividades paralelas de la VII Cumbre estará compuesta por  jóvenes, intelectuales, campesinos, cooperativistas y empresarios.

Según la periodista del Herald Nora Gámez Torres, Venezuela está “en el centro de la discordia”.

Tras el decreto presidencial que la califica como una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos, escribe Gámez, se desató una campaña internacional, “Obama, deroga el decreto ya”.

El objetivo, agrega, es recabar diez millones de firmas que el presidente Nicolás Maduro entregará a Obama durante la Cumbre.

Y el apoyo a Caracas se ha convertido en una postura fundamental de Cuba en el foro, subraya la periodista.

Susan Kaufman, directora del Centro de Política Hemisférica de la Universidad de Miami, declaró respecto a las medidas contra Venezuela:

“No entiendo el momento de esto, pues de inmediato los países latinoamericanos condenaron las sanciones como intervencionistas“.

Un personaje ultra, el que piensa en inglés, reside en Madrid y sirve dócilmente a Washington, Carlos Alberto Montaner, apenas ocultó su desilusión.

En su columna de El Nuevo Herald escribió este sábado un artículo bajo el título “Panamá: La cumbre de los países desnortados”.

Empieza diciendo: La próxima función del circo itinerante de la OEA será en Panamá.

Y sigue afirmando que la vicepresidenta y canciller panameña, Isabel Saint Malo, “que ha montado la carpa”, tiene experiencia y es competente, pero no puede hacer milagros.

En opinión de Montaner, el número clave será el abrazo entre Obama y Raúl Castro, y poco antes la normalización de sus relaciones diplomáticas.

Luego el caballero de Madrid-Miami habla de un supuesto sondeo en la isla donde el gobierno y su sistema comunista “salen mal parados”.

¿Quién lo avalaría? Carlos Alberto Montaner y sus grandes amores, la CIA y la titulada Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), con sede en Miami.

Pero el mareo le hace ir mucho más allá y dice que en su sondeo Obama tiene el “respaldo casi total de los cubanos”.

Asimismo, que está decidido a normalizar las relaciones con la “dictadura castrista”, porque ese será su “legado diplomático”.

¿Ajiaco mental de Carlos Alberto? ¿O trata de aliviar su pesimismo lanzando ideas esquizofrénicas a los cuatro vientos?

Sin embargo, no está solo en su abatimiento, le acompaña otro personaje, el estadounidense-argentino Andrés Oppenheimer.

También columnista de el Nuevo Herald, escribió este sábado un artículo: “Obama en la Cumbre de Panamá”.

Allí opina, las probabilidades de que emerja como un ganador neto “parecen sombrías”.

Antes se explicó mejor al decir, en lo tocante a normalizar las relaciones con Cuba y cerrar una vieja herida entre Estados Unidos y América Latina.

Después narra varios hechos acontecidos en las últimas semanas para vaticinar que pondrán a Obama a la defensiva.

En primer lugar, la orden ejecutiva que le ha dado “una excusa de oro al presidente Maduro” para pedir 10 millones de firmas exigiendo la derogación de la medida.

Y es probable que la disputa entre Estados Unidos y Venezuela, alerta Oppenheimer, dominará una buena parte de la cumbre.

Además, estima que eso podría frustrar las esperanzas de la Casa Blanca de utilizar el encuentro Obama-Raúl Castro como un legado clave de su presidencia.

El columnista del Herald no deja de insistir en que muchos líderes latinoamericanos “rechazan las sanciones de Obama” contra Caracas.

Lo cierto, admite un hombre enteramente fiel a Washington como Oppenheimer, es que la Casa Blanca cometió un “error garrafal” al decir que Venezuela es una amenaza extraordinaria para Estados Unidos.

Se corrobora, la verdad es el arma principal de Cuba, Venezuela y otras naciones de América Latina que rinden culto a su independencia y soberanía.