Presidente de Guinea: “Los mejores médicos en África son los cubanos”

Presidente de Guinea: “Los mejores médicos en África son los cubanos”
Fecha de publicación: 
2 Abril 2015
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CONAKRY.— El 22 de octubre del 2014, 38 médicos y enfermeros cubanos llegaron a la República de Guinea en respuesta al llamado internacional de las Naciones Unidas, de la Organización Mundial de la Salud y del Go­bierno de ese país, para integrarse a la batalla contra el ébola. Sobre estos meses transcurridos, cinco de ellos en el Centro de Tratamiento de Coyah, donde los cooperantes cubanos han salvado muchas vidas, a riesgo de la propia, y sobre el devenir y los desafíos de la epidemia que ha tenido que enfrentar la región de África occidental, así como el estado de las relaciones entre ambos pueblos y gobiernos, el presidente de la República de Guinea, señor Alpha Conde, ofreció declaraciones al equipo de prensa cubano que se encuentra en Conakry, en la tarde de este 1ro. de abril en el Palacio Presidencial.

 

—Gracias por recibirnos. Quisiéramos que usted, como Presidente de la Re­pú­blica y presidente en ejercicio de la Unión del Río Mano, caracterice la situación ac­tual de la epidemia del ébola en los tres países afectados que la integran, especialmente en ­Gui­nea.

 

—Siempre he dicho que para poder vencer el ébola, hay que llegar a cero casos en los tres países; mientras exista un solo enfermo en uno de ellos, la epidemia puede resurgir. Co­mo al principio teníamos menos casos en Guinea, la comunidad internacional estuvo sobre todo atenta a la situación de Liberia. Después se dijo que Francia ayudaría a Gui­nea, Gran Bretaña a Sierra Leona y los Es­tados Unidos a Liberia. Pero nosotros siempre exigimos o pedimos una respuesta global, porque hay más países anglófonos y Francia nos ha ayudado mucho, por supuesto, pero ustedes conocen que los franceses tienen en la actualidad una situación económica y fi­nanciera difícil.

 

“Pero a partir de septiembre la comunidad internacional realmente se movilizó. La situación era grave en la región forestal, y desde hace tres semanas hemos llegado a cero casos allí. Lamentablemente, nuestro sistema de salud no nos permitía hacer los análisis de laboratorio para saber que era ébola, si no hubiésemos aislado a la gente en sus distritos.

 

Solo cuando los enfermos vinieron al Hospital chino, y los médicos que los trataron fallecieron, nos hicimos la pregunta y enviamos las muestras al Instituto Pasteur de Dakar, pero ya la enfermedad había llegado a Conakry.

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Alpha Conde, presidente de la República de Guinea.

 

“Al principio tuvimos muchos problemas. Liberia no tenía un sistema de salud fuerte, porque ese país y Sierra Leona sufrieron guerras civiles, por lo tanto, al inicio, los enfermos de Liberia venían a curarse en Gueckedou, aquí en Guinea. Es decir, tuvimos mucha contaminación recíproca. Y ahora sucede lo mis­mo con Sierra Leona, porque en la frontera una casa tiene una puerta hacia Sierra Leona y la otra hacia Guinea. Y como Sierra Leona estableció el confinamiento y adoptó medidas rigurosas, los enfermos huían hacia Guinea.

 

“Aquí los médicos siempre nos dijeron, hay que priorizar el diálogo y la comunicación, no utilizar nunca la coacción, y se ha reconocido que tuvimos éxito en la región forestal sin ese método. Sabíamos que había enfermos en Forecariah, y que había gente que impedía que los médicos accedieran. Hubo que encontrar una solución con los gendarmes, no para actuar sobre los enfermos, sino para bloquear a aquellos que impiden que los médicos lleguen a los enfermos. Son los enfermos de Forecariah los que están infectando hoy a Conakry. Porque como no hicimos confinamientos, la gente circula. Por ejemplo, hay uno que salió de Manferinyah hasta Siguiri y murió allá. Y comprobamos que era ébola y que infectó a dos personas. Y Siguiri es la frontera con Mali, es muy lejos.

 

“Por lo tanto hoy podemos decir que Liberia llegó a cero casos, excepto por una última infección reciente. Sierra Leona progresa mucho, pero tiene todavía problemas. Noso­tros también progresamos, pero aún tenemos problemas. Como Presidente de la Unión del Río Mano, mi batalla ha sido por los tres países.

 

“El segundo problema que hemos tenido, es que mucha gente pensó que el ébola se había acabado. Y empezaron a ser negligentes. Es más fácil pasar de cien a diez casos, que de diez a cero casos. Por lo tanto, hay que multiplicar los esfuerzos para pasar de diez a cero. Es por ello que solicité recientemente la urgencia sanitaria reforzada, porque la gente es muy indisciplinada. Por eso decidimos que cualquiera que sea la causa de muerte, se exija un examen de laboratorio, incluso si fue en un accidente de auto, y que la Cruz Roja certifique que no es un fallecido por ébola.
“Esa es nuestra situación. Debemos reforzar la vigilancia y la batalla, y también hemos pedido que se refuerce el apoyo.

 

Porque he­mos tenido muchos fallecidos, huérfanos, viudas. El costo humano y el costo social han sido muy altos, y también el costo económico. Gui­nea había casi alcanzado el equilibrio macroeconómico. El 2014 y el 2015 debían habernos permitido resolver otros problemas de la población, pero vino el ébola a romper esos planes.

 

“Y el tercer problema fueron las contradicciones que se generaron. Por ejemplo, cuando los médicos cubanos vinieron hubo gente que dijo, ‘Cuba no tiene experiencia con el ébola’, pero nosotros sabemos que los mejores médicos en África son los cubanos. Yo estuve en Ve­nezuela, visité las comunidades populares, to­dos los médicos y los dentistas eran cubanos. En Brasil ocurre lo mismo. Y Guinea, en 1960, fue uno de los primeros países de África en establecer relaciones con Cuba y desde entonces hemos tenido médicos cubanos.

 

“Cuando el laboratorio ruso vino, algunos dijeron que no era operacional, pero cuando hicimos el control vimos que sí, como los otros. Las diferentes organizaciones con­ti­nua­ron reac­cionando como tenían el hábito de reaccionar antes. Y el ébola era algo particular. Todos tenían que ponerse de acuerdo y unirse. Tuvimos muchas dificultades para lo­grar una verdadera coordinación. Pero con la ayuda de muchas organizaciones, CDC, Mé­di­cos sin Fronteras (MSF), el Banco Mun­dial, y sobre todo las Naciones Unidas, logramos cierto nivel de coordinación.

 

“Al principio enviábamos a extranjeros de las ONG para hacer el trabajo de sensibilización, pero si usted es extranjero y va a una región en la que no es conocido, tendrá dificultades para convencer a las personas. Hay que utilizar a la gente que es de esas regiones, por ejemplo a los curanderos, a los sabios, a los imanes, porque ellos pueden hablarle con más facilidad a la población.

 

“Afortunadamente ahora hemos corregido ese error. Por tanto, pensamos que con todas esas medidas podremos llegar nosotros y Sierra Leona a cero casos, porque mientras ha­ya ese movimiento es muy difícil. Deci­dimos establecer una coordinación en los dos lados de la frontera. El Primer Mi­nistro guineano se encontró con el Vice­presidente de Sie­rra Leo­na para poner esto en práctica. Nuestra esperanza era terminar con el ébola en marzo, la­mentablemente no se pudo lograr. Espe­ra­mos que la gente sea más cooperativa”.

 

—Los médicos cubanos han salvado más de 150 vidas, ¿cómo valora el trabajo que han desarrollado en el Centro de Coyah?

 

—Estamos muy satisfechos de la cooperación con los médicos cubanos. Al principio, como Coyah estaba un poco lejos, algunos se preguntaron si podrían prestar servicios allí. Pero al final se aceptó que fueran para allá, y en Coyah hoy hay un gran Centro de Tratamiento de ébola.

 

“La gente decía también, los cubanos no hablan francés. Pero se respondió que mu­chos guineanos han sido formados en Cuba, por lo tanto si trabajan con esos guineanos no habría problemas de idioma. Todo lo que la gen­te puso como obstáculo, no existía en realidad. Los médicos cubanos están haciendo un muy buen trabajo.

 

“Le damos mucha importancia a la labor de los médicos cubanos en Coyah. Sé que es muy duro, porque la lucha contra el ébola es muy difícil, pero deseamos que Cuba continúe. En Coyah a veces hay problemas con la po­blación. Eso es muy estresante para un mé­dico y por eso estamos tan agradecidos, porque a pesar de esas difíciles condiciones de trabajo, continúan como si no hubiese ningún problema”.

 

—La amistad entre los pueblos y gobiernos de Cuba y Guinea tiene una hermosa historia. ¿Cómo calificaría el estado actual de las relaciones entre los dos países?

 

—Guinea fue uno de los primeros países de África en reconocer al Gobierno de Fidel Castro. Cuando estalló la guerra de Angola y Sudáfrica intervino, hubo un encuentro en Conakry entre los presidentes Castro, Sekou Toure y Agostinho Neto, en el que se acordó que los militares cubanos que iban hacia An­gola, hicieran escala en Conakry antes de continuar el viaje. Además, desde muy temprano, Cuba nos envió médicos. Guinea fue uno de los principales artesanos de la Tri­continental que se celebró en Cuba, con la preparación del difunto Ben Barka.

 

“Tengo previsto viajar a Cuba, lamentablemente el ébola ha obstaculizado mi programa. El vicepresidente cubano me recordó eso en Angola y en Malabo. Le dije que yo iré a Cuba. Por lo tanto, deseamos reforzar nuestras relaciones; no solo ir, también rendir homenaje a  Fidel Castro, por todo el apoyo que ha dado no solo a Guinea, sino a todas las luchas de liberación en África.

 

“Siempre nos hemos opuesto al embargo (bloqueo) contra Cuba y siempre hemos pedido en las reuniones de Naciones Unidas el levantamiento del embargo a Cuba. Fuimos uno de los primeros países en condenar la invasión de Bahía de Cochinos (Playa Girón). La solidaridad con Cuba siempre ha sido total”.

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