MIRAR(NOS): Fantasías sexuales... cada loco con su tema

MIRAR(NOS): Fantasías sexuales... cada loco con su tema
Fecha de publicación: 
13 Marzo 2015
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A propósito del recién celebrado Día Internacional de la Mujer, publicaciones de todos los meridianos y paralelos se hicieron eco de un sinnúmero de sui generis maneras de agasajar a las féminas. Esa era la intención primera, pero a la hora de la verdad quizás se vio medio inteligible… Enseguida les explico.

 

Hace menos de dos meses irrumpió en mi bandeja de entrada la noticia sobre la premier mundial, durante el Festival Cinematográfico de Berlín, de la película “50 sombras de Grey”,  basada en la novela homónima de E. L. James. Hasta aquí si Ud que lee no está enterado le comento que (prejuicios genéricos aparte) ese libro que ha causado tanto furor es una creación femenina.

 

Por lo general los escritores, y esto no lo digo yo sino ellos, toman un 90% de sucesos acaecidos en su realidad inmediata. De tal suerte, a diferencia de los periodistas, al menos los novelistas no tienen catarsis tan traumáticas como nosotros cuando escribimos de formas creativas acerca de sobrecumplimientos productivos o cambios en las carteleras programadas por la Televisión Nacional.

 

Mientras cumplo mis rutinas productivas habituales normalmente abro páginas que no tienen nada que ver con alguna cosa en específico. Lo hago casi rutinariamente, como si fuera presa de una inercia inevitable. Busco estar informada por supuesto, así que nadie me podrá crucificar por eso. En eso estaba cuando unos pocos días antes del domingo ocho leí que estudiosos de la Universidad de Montreal se dieron a la tarea de averiguar cuál es la fantasía sexual más recurrente entre las mujeres. Las conclusiones incluso fueron publicadas, como para jugar con el rubor de aldea que a veces se avizora en mi rostro.

 

Aproximadamente 1500 personas rellenaron un cuestionario con sus predilecciones en las temáticas sexuales. Entre el 50 y el 60% de las encuestadas querían recrear la historia de la famosa trilogía de E. L. James. Para los que no se han enterado: las mujeres quieren someterse a sus respectivas parejas, encarnar el rol de sumisas como sucedió con Anastasia Steele… completamente desarticulada, por el piso en buen cubano, ante los encantos del exitoso y romántico empresario apellidado Grey.

 

Por orden de preferencia, la otra fantasía más común fue tener relaciones sexuales con más de tres personas, sin ponerse exigentes a la hora de determinar si eran hombres o mujeres.

 

Hasta aquí no hay nada que pueda sacarle los colores a nadie, aunque el mismo estudio asegure luego que las mismiticas mujeres que se soñaron dominadas también aspiren a ser las absolutas dueñas de la situación.

 
Pero ¿qué son las fantasías sexuales? Son representaciones mentales que se producen indistintamente de forma voluntaria o involuntaria. Varían en dependencia de los individuos y comienzan con la pubertad acompañando a hombres y mujeres a lo largo de toda su existencia.

 

En los hombres el asunto no es tan peliagudo, al menos no tanto. Tíldenme de igualitarista pero aunque miro con cristales de poco aumento (por suerte todavía de poco aumento) no encuentro dificultades en los sueños masculinos. Ellos priorizan en sus idilios sexuales las escenas violentas donde involucran conceptos como el sadomasoquismo (vaya con la palabrita); también se visualizan haciendo el amor en lugares distintos al acostumbrado y lo más subidito corresponde a la fantasía de ser objetos de violación por una mujer.

Las fantasías sexuales se subdividen en grupos:

 

Fantasías íntimas: Las practicas con tu pareja, así tal cual, variando el lugar donde se realice el coito aunque no necesariamente implica que sea un lugar más romántico sino más excitante. También pueden incorporarse elementos diferentes a los habituales como la felación mutua o el sexo anal, por solo citar dos ejemplos.

 

Por su parte en las fantasías de exploración el individuo se imagina desde una orgía a una relación sexual con una persona de su mismo sexo.

 

Las fantasías impersonales involucran a personas extrañas  y en algunas personas llegan a desembocar en sentimientos de culpa, de adulterio incluso conspirando en contra del deseo sexual.

 

En las fantasías sadomasoquistas la excitación viene dada por el sometimiento o el dominio. Aseguran los expertos que el dolor es un asunto controlado, previamente pactado el momento de la conclusión por los miembros de la pareja.

 

Muchas personas jamás hablan de sus fantasías sexuales, ni siquiera con las parejas. Según el psicoterapeuta Bret Kahr la mayoría de los hombres se sueñan con famosas, aunque no es un asunto privativo de ellos. De la amplia constelación de estrellas holiwodenses, Angelina Jolie, es la más deseada y lo es tanto para hombres como para mujeres.

 

Al principio les decía que el homenaje a las mujeres en la red de redes no cubrió mis expectativas. Me ofuscó un poco que las fantasías tuvieran que relacionarse con las que soñó E. L. James para ser exitoso su libro. Al principio, quizás porque no he visto la película (por cierto, censurada en La India y también en algunas ciudades del desprejuiciado Reino Unido) no me pareció nada graciosito eso de ser absolutamente hipnotizada por un hombre pero mientras escribía medité.

 

Visto ahora desde el foco ultravioleta de la literatura, este no es un asunto nuevo. Pasa todos los días a todas las personas, de hecho le ha pasado en algún momento a cuántos conozco. Una persona te atrae, en habanero te mueve el piso y es tan simple como coser y cantar que te ponga el mundo del revés, que termines literalmente abdicada (o) haciendo todo cuanto le place, muchísimas veces a tu propio pesar.

 

La generalidad de las veces esa persona no busca compromisos ni lazos duraderos. Muy por el contrario, quiénes causan dolor (no necesariamente sexual) lo menos que buscan es amor… para ellos amor es una palabra olvidada, acaso trastocada por el placer momentáneo y eso, amigos míos, nada tiene que ver con sueños o fantasías asociadas al placer. De hecho… viene siendo tema para otra crónica.

 

Aclaro, si prefieres estar con la persona que te gusta pase lo que pase allá tú. Ni te critico ni te exhorto… cada loco con su tema ¿no?

 

Columnas anteriores: MIRAR(NOS): En CubaSí, hablemos de sexualidad

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