El suplicio que sufrió Matanzas

El Matanzas llegó al Mártires de Barbados, de Bayamo, precedido de un pleno dominio sobre los locales en las últimas tres temporadas. En ese período acumulaban ocho victorias y cuatro derrotas; también traían el contundente resultado de esta campaña (5-1, incluida una barrida) que estampaban una clara supremacía de 13-4 en los enfrentamientos más recientes.

Sin embargo, esos que algunos llaman “guajiros que juegan feo” se rebelaron y sumieron en un verdadero tormento a los matanceros, algo que indiscutiblemente quedará escrito en la historia de estas dos selecciones, aunque ninguno de estos números lleguen a constituir records.

Los granmenses batearon para ¡448! en la subserie, nada más y nada menos que 48 indiscutibles en 107 veces (¿acaso eso no le parece una barbaridad en el mejor sentido de la palabra?). Además, negociaron 18 boletos y solo se poncharon en 12 oportunidades.

También exhibieron su gran poder ofensivo al ligar 21 conexiones de más de una base (13 dobles, un triple y siete jonrones), que incluyó dos vuelacercas per cápita de Roel Santos Martínez y Alfredo Despaigne Rodríguez y uno de Urmani “El Yogui” Guerra, líder en ese departamento en la temporada (17).

El sufrimiento de los serpentineros matanceros se tradujo en números a 34 carreras limpias en 21 entradas, lo que es lo mismo que 14,6 de efectividad (PCL) por juegos de nueve entradas.

Pero lo más curioso resulta que acumularon un ¡WHIP de 3,14!, una cifra escalofriante que si no es record en el clásico local anda bien cerca. Para que se entienda mejor, este dato refiere que durante los 21 innings trabajados los lanzadores yumurinos ¡siempre! tuvieron las bases llenas y más.

La soberana paliza de los Alazanes fue liderada por Alfredo Despaigne Rodríguez, El Yogui Guerra, Yordanis Samón Matamoros, Santos Martínez, Yordanis Alarcón Tardío, Lázaro Cedeño González y Adrián Moreno Rondón, por solo citar los que batearon por encima de 400.

Despaigne promedió para 583 (12-7), resultado que lo catapultó como líder de los bateadores en la temporada (366); también pegó un tubey, dos cuadrangulares y remolcó cinco carreras.

El cuarto bate local estuvo secundado por El Yogui Guerra quien vive un momento de ensueño en la campaña. En esta ocasión rindió para 545 AVE (11-6), empujó seis carreras y sacudió un jonrón para reafirmarse como en mejor en estos dos apartados en el país con 59 y 17, respectivamente.

En el caso de Samón aprovechó el momento y saldó algunas deudas ofensivas pendientes frente a Víctor Mesa Martínez. Lo hizo de tal manera que le atizó seis indiscutibles en 12 turnos (500 AVE), con un biangular, un vuelacercas y tres remolques.

Santos Martínez –el mejor primer bate de Cuba en estos momentos- también dejó su huella en este compromiso. En 13 oportunidades pegó seis imparables (461 AVE), con un triple, dos bambinazos, cinco carreras impulsadas y seis anotadas (62, líder).

El septeto de verdugos fue completado con Alarcón, quien acumuló 416 AVE, Cedeño (400) y Adrián (571) que participó en dos juegos y tuvo que irse por una lesión en una pierna.

Y si Granma fue contundente a la ofensiva es correcto destacar que el tormento en el que sumieron a sus rivales también tuvo que ver con la labor monticular de los abridores José Rodríguez Torres y sobre todo de Lázaro Blanco Matos.

La actuación de Lázaro fue brillante. Con un pitcheo inteligente y excelente control echó por tierra las pretensiones de Víctor Mesa de restarle efectividad al ubicar a cinco zurdos en línea, del primer al quinto turno en el roster regular.

Tal fue su dominio en ese último duelo que enfrentó a 17 rivales, soportó un sencillo, ponchó a uno y regaló dos boletos, para apuntarse el duodécimo éxito de la campaña, con cuatro derrotas.

Aunque Los Alazanes cedieron 6-3 en el global en la temporada, la manera en que cerraron esta serie podría tener una repercusión psicológica muy positiva de cara a un posible enfrentamiento en los play off finales. Nadie lo dude… Matanzas salió humillado del martirio sufrido en el Barbados.