Clint Eastwood ganará algo mejor que un Oscar

Cintas que meditan sobre la mentalidad bélica de Estados Unidos, como The Hurt Locker (2008) y Zero Dark Thirty (2011), de Kathryn Bigelow, o bien Argo (2012), de Ben Affleck, fueron los ejes temáticos de pasadas temporadas de premios. Este año, afición y especialistas del Oscar conversan sobre otras cosas.

Sobre hallazgos formales, como los de Boyhood, o sobre lo que sea que signifique Birdman.

Este desfase entre propuesta fílmica y la popularidad de ciertos temas entre votantes y espectadores de entregas de premios resulta irrelevante para el destino de Francotirador. La última película de Eastwood ha demostrado ser un fenómeno cultural de trescientos sesenta grados: taquillera como ninguna otra estrenada en enero (y como ninguna de las otras nominadas al Oscar), polémica a nivel de mensaje y no en superficialidades, accidentalmente cómica en una escena que hasta generó memes (presten atención al bebé que hace el papel de uno de los hijos de Kyle) y considerada entre las mejores cintas del año. Esto y no el Oscar deber ser el sueño más grande de cualquier cineasta. Una repercusión total.

Francotirador es la biografía de Chris Kyle, el navy seal estadunidense conocido por ser el francotirador más letal en la historia militar de su país. Entre 1999 y 2009 Kyle cuidó la espalda de sus compañeros en el campo de batalla, dando tiros de gracia a militares y civiles iraquíes, entre ellos mujeres y niños. Sus idas y regresos de la zona de guerra a su hogar con esposa e hijos son contrastados por Eastwood en un relato que ha funcionado como prueba de Rorschach en la que algunos ven un fi lme patriotero y absolutamente proguerra y otros vemos lo opuesto. Esto es, la historia de un ciudadano proguerra de un país proguerra cuyo destino da una lección paradójica.

Es verdad que Francotirador tiene banderas norteamericanas, testosterona militar y orgullo yanqui de pared a pared. Es verdad que el guión niega una equivalencia moral; los bárbaros de Medio Oriente matan a inocentes, mientras que los héroes americanos sólo matan a los bárbaros que matan inocentes. Hay que precisar que su premisa no es justificar o cuestionar qué tan legítima fue la invasión norteamericana a Irak.

Esta no es una cinta que aborde la política exterior de Estados Unidos. Es el punto de vista de un soldado que creyó actuar convencido de hacer lo mejor al proteger a los suyos. Así se lo inculcaron de niño, no durante un entrenamiento militar. Eastwood desafía la perspectiva de Kyle en escenas que dejan de manifiesto que aunque su película está contada desde el punto de vista de un animal bélico, su óptica no es la única válida a lo largo de la historia, evitando así incurrir en la propaganda proguerra.

En la piel del frío e impenetrable Chris Kyle, Bradley Cooper no tiene oportunidad de lucirse en una actuación sustanciosa en acción y diálogo. Como su esposa Taya, Sienna Miller es una de las intérpretes que más desapercibida pasó esta temporada. Su actuación en Fox Catcher también como esposa de un hombre trágico fue invisible. En todo caso, el solo hecho de que ambos aceptaran estar en esta cinta es una poderosa declaración actoral.

Dentro de la extensa filmografía de Eastwood, Francotirador destaca como su cinta más ágil y una de las mejor narradas. Su maestría para dirigir westerns se respira en las secuencias de combate.

Clint Eastwood ya tiene varios Oscar en su colección y toda su vida ha sido venerado. Le hacía más falta provocar y agitar ideas como lo hace con Francotirador.