Cuando la cuerda no daba más… ¡Cuba con vida!

Un partido que tuvo de todo, desde interrupción por lluvia, la mayor concurrencia atestiguada por el estadio Hiram Bithorn, un inusual y memorable relevo largo del apagafuegos Héctor Mendoza, escarcha a la hora de quemar las naves con bateadores emergentes por parte del manager Alfonso Urquiola, y un crucial jit de oro de Roel Santos.

Lo cierto es que aunque muchos la tilden de victoria pírrica, Vegueros de Cuba se mantiene con vida en la edición 57 de la Serie del Caribe luego de dejar al campo 3-2 a los Cangrejeros de Santurce en el décimo acto.

El comienzo hacía pensar que la nave zozobraría, la presión multiplicada a la enésima potencia, como se vio en el abridor diestro Yosvani Torres, la principal carta de triunfo del staff vueltabajero, quien en total discordancia con su acostumbrado control y zigzagueo propinó tres bases por bolas y permitió una en la entrada de apertura. Si bien es cierto que Torres no suele tener lucidez total en los comienzos, de sus 81 lanzamientos 37 fueron en zona mala.

El mismo Torres que a mi juicio fue dejado más tiempo del debido en el box, justo ahí Nestalí Soto le disparó el sencillo que significó la igualada.

Por fortuna los diestros Erais Casanova, y el memorable Mendoza, este último desde el séptimo episodio, apostando a su recta de 94-95 millas y tampoco en alianza total con el control, se las ingeniaron para maniatar a la ofensiva de los anfitriones, quienes por demás dejaron 12 corredores en circulación.

Del otro lado de la duela el partido avanzaba y nuestra asignatura pendiente de conectar con corredores en base seguía a flor de piel. Desde la colina de los suspiros Mario Santiago nos puso el silenciador entre el tercero y el séptimo episodios, cuando únicamente el propio Roel pudo llegarle a la intermedia por infield jit y error del antesalista Andino.

Corría el tiempo, aumentaban las tensiones y afloró la dosis extra de combatividad, pese a manifestar inercia Urquiola y no echar mano de su banco (Malleta, Cepeda, Giorbis, Lourdes Yunierki o hasta Peraza) en la conclusión de la novena, cuando con un out, Despaigne en segunda y Bell en la inicial, Luis Alberto Valdés y William Saavedra no pudieron decidir.

Más allá de las incidencias propias del partido, los Cangrejeros del Santurce se presagiaban como la novena más accesible para mantenernos con vida. La sonrisa no atenúa las lagunas ofensivas evidenciadas, especialmente ante la necesidad de hacer jugadas y poner la pelota en circulación con efectivos en las almohadillas.

Siguen nuestros jugadores adoleciendo de la selección idónea de lanzamientos, especialmente cuando los serpentineros rivales intentan marcar con el primer lanzamiento, los primeros bateadores deben tratar de embasarse, a la defensa el margen de error debe reducirse al máximo, hablo puntualmente de la pereza de Frank Camilo Morejón en el tiro a segunda, de cualquier resquicio por el cual se pueda desequilibrar un desafío.

La capacidad de reponerse de nuestra novena se evidenció, amén del fantasma de la poca productividad a la hora cero que aún los ronda.

Nuestro mayor examen del torneo se producirá precisamente este jueves ante los Caribes de Anzoátegui, la armada que mayor solidez ha exhibido y verdugo 6-5 de los Gigantes del Cibao dominicanos este miércoles.

Tendrán que hilar fino nuestros lanzadores, sobre todo con la especialización y la alerta ante un posible resbalón del siniestro Yoani Yera. Enfrente tendremos a César Valdés en calidad de iniciador y buena parte de un staff profundo con roles bien definidos para caminar.

Por ahora los Vegueros se mantienen con vida, el insomnio de millones de cubanos valió la pena y los aciertos para el crucial encuentro de este jueves deberán incrementarse, tanto sobre la grama como desde el dogout.