Relaciones Cuba-EE.UU.: “Este es un gran comienzo”

Relaciones Cuba-EE.UU.: “Este es un gran comienzo”
Fecha de publicación: 
16 Febrero 2015
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El coreógrafo cubano-estadounidense Pedro Ruiz fue nombrado el año pasado director artístico del Ballet Contemporáneo Endedans, radicado en Camagüey. Es la primera vez que un creador radicado en los Estados Unidos asume un cargo de esa relevancia en Cuba. Lo entrevistamos…

 

El cubano-estadounidense Pedro Ruiz es un creador inquieto. Bailarín durante varios años en importantes compañías de los Estados Unidos, coreógrafo reconocido internacionalmente, descubrió el apasionante mundo de la danza cubana hace unos años. Y quedó prendado.

Desde entonces, decidió involucrarse activamente en el trabajo de varias compañías del país donde nació. Montó con Danza Contemporánea de Cuba y con Danza del Alma. Hasta que por fin trabajó con el Ballet Contemporáneo Endendans, fundado por Tania Vergara en Camagüey.

El pasado año fue nombrado director artístico de esa compañía. Es la primera vez que un coreógrafo radicado en los Estados Unidos asume un cargo de esa relevancia en Cuba. Pedro Ruiz aceptó una entrevista exclusiva con CubaSí:

—¿Cómo valora su nombramiento en el contexto de la nueva etapa de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos?

—Para mí, ante todo, es un honor y una responsabilidad muy grande. Esta nueva ventana de oportunidades abre un futuro de grandes posibilidades de colaboración entre Cuba y los Estados Unidos. Colaboraciones muy necesarias, en muchos niveles: en la economía, en la educación, en la cultura…

“Irónicamente, la decisión de nombrarme director artístico de Endedans fue anterior a la decisión de Obama de normalizar las relaciones entre los dos países. Es fantástico que Obama, Raúl Castro y el Papa hayan llegado a un acuerdo, a un entendimiento histórico. Es necesario entender y respetar los diferentes puntos de vista.

“Obviamente, queda mucho por hacer. Es difícil vislumbrar el futuro. Pero yo creo que este es un gran comienzo”.

 

—¿Qué retos le plantea el nombramiento? ¿Qué dificultades persisten?

—El primer reto es llevar a la compañía a un nuevo nivel profesional y artístico, con una estética renovada y enriquecida por un repertorio diverso, que le dará la oportunidad a los bailarines de crecer tanto técnica como artísticamente.

“Una presencia más estable en la compañía me dará la posibilidad de desarrollar nuevos intercambios culturales y educativos, junto con la nueva directora Yaylin Ortiz.  

“Otro reto es buscar la manera de balancear mi trabajo en Cuba con mis responsabilidades en Nueva York. Se trata de mantener mi actual posición laboral en los Estados Unidos de manera que pueda ayudarme a mantenerme económicamente en Camagüey, por más tiempo”.

 

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—¿Cuál es el potencial de los intercambios culturales entre Cuba y los Estados Unidos?

—Los intercambios culturales entre Cuba y los Estados Unidos han sido factores importantes en el actual proceso de normalización. Con las nuevas medidas se enriquecerán estos vínculos. Se puede hacer mucho en el ámbito del reconocimiento y la ayuda, tanto artística como económica, entre instancias de los dos países.

“Yo he estado trabajando por mediación de Windows Project (Proyecto Ventana), el programa que creé en el año 2010 para propiciar colaboraciones artísticas y educacionales con compañías de danza de diferentes ciudades en Cuba.

“En una ocasión se dio la oportunidad de traer una compañía a los Estados Unidos para que se presentara en varias ciudades, incluyendo Nueva York. Supongo que la esperada normalización de las relaciones contribuya a que haya más oportunidades en ese sentido”.

—¿Qué puede aportar la cultura cubana a los Estados Unidos? ¿Qué puede aportar la cultura de los Estados Unidos a Cuba?

—La cultura cubana ha estado presente, ha sido y es una gran influencia en la cultura estadounidense, desde hace muchos años, sobre todo en la música y la danza.

“Es notable la gran contribución de la música norteamericana, particularmente el Jazz, a la música popular cubana. De la misma manera han sido importantes los aportes de los ritmos cubanos a la música estadounidense.

“La danza en los Estados Unidos también ha contado con la influencia de la técnica del ballet cubano. Y viceversa. Alicia y Fernando Alonso bailaron por muchos años en los Estados Unidos.

“Pasa también con la técnica de Danza Contemporánea de Cuba, que tiene claros aportes de la técnica de Merce Cunningham y Martha Graham.

“Este diálogo permanente es muy importantes pues enriquece a los culturas. Esa ha sido precisamente mi inspiración desde que regresé a Cuba.

“Después de treinta años fuera, volví a la isla en el 2009, como parte del grupo de estadounidenses que le traía la carta de invitación oficial a Alicia Alonso, para que participara en la celebración del American Ballet Theater por los 90 años de la bailarina.

“Visité una clase magistral en Danza Contemporánea de Cuba. Fue una gran emoción ese encuentro con bailarines tan espectaculares. La invitación del director Miguel Iglesias para que trabajara con la compañía me abrió las oportunidades en la isla.

“De ahí viene la creación de Windows Project, un proyecto pensado para que los artistas cubanos y estadounidenses pudieran intercambiar ideas, colaborando juntos en el ámbito de la danza.

“Yo me siento muy privilegiado, pues soy cubano-estadounidense. Comprenderás que me beneficio mucho con estos intercambios”.

 

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—¿Cómo valora el sistema artístico en Cuba? ¿Cuáles son sus fortalezas? ¿Cuáles sus debilidades?

—Cuba tiene una cultura muy rica y muy fuerte, con un buen nivel artístico y una identidad única que es apoyada por el sistema. Es una cultura que se ha mantenido por muchos años.

“Hay un reconocimiento internacional a la escuela de arte cubana. De ahí han salido grandes estrellas de  nivel mundial, es fuente de una gran reputación.

“Al mismo tiempo, en el mundo en que vivimos, con todos los avances técnicos y también con las necesidades económicas, se pone en cierto peligro toda esa identidad y sus valores artísticos y creativos.

“Yo creo que los artistas cubanos tienen una base muy fuerte, que en buena medida se la da la escuela. La juventud está en busca de nuevas posibilidades de desarrollo artístico, técnico y económico.

“Las crecientes posibilidades de viajar han ayudado y al mismo tiempo han debilitado este potencial. Siempre cabe la posibilidad de que cuando una compañía viaje fuera del país, se pierda un gran talento artístico”.

—¿Cuáles son sus planes con el Ballet Contemporáneo Endedans?

—Primero, la creación de un nuevo ballet para la inauguración del Festival Internacional de Video Arte de Camagüey, el 31 de marzo. Contaré con la colaboración muy especial de un joven videasta, un compositor y músicos cubanos, que tocarán la música en vivo.

“Para esta pieza quiero utilizar toda la compañía: Creo que es importante para el nuevo paso que dará el elenco que todos los bailarines participen.  

“Planes tengo muchos. Tomarán tiempo, poco a poco. El repertorio de la compañía debe crecer, pero también quiero desarrollar programas educativos y artísticos para jóvenes bailarines y los miembros de la compañía. Sueño con crear un laboratorio coreográfico para el desarrollo de futuros de jóvenes coreógrafos en Cuba.

“Estoy muy contento de poder colaborar con la nueva directora, Yaylin Ortiz, y con pilares de la compañía, como Maisnely Lavin y Julio César Delgado, al igual que el resto del equipo de producción y sobre todo con la fuente de inspiración: los bailarines.

“Este nombramiento es un gran honor y tiene mucho valor para mí, al saber que estoy siendo parte de toda esta nueva era, del futuro de las relaciones de Cuba y los Estados Unidos. Soy optimista”.

 

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