Pablo Massip: «Me dicen Cuba» ha servido para unirnos (+ FOTOS)

Fotos: Cortesía de Pablo Massip

Mientras la oposición en Venezuela subía imágenes a internet quemando la bandera cubana, se recibió un correo en la Sociedad Cultural José Martí para agradecer cierto video de salsa donde dice que «el cubano se aferra a su bandera», el cual había servido como respuesta en la web, así nos lo cuenta Pablo Massip, director de Me dicen Cuba, el clip de un tema de Alexander Abreu donde se ve y se oye esta isla.

Aunque no fue nominado para ninguna categoría de los premios Lucas, en las redes sociales virtuales y en los barrios, en los celulares y en las fiestas, Me dicen Cuba irrumpió como un himno; de hecho, en este fin e inicio de año se televisó muchísimo, dicen mis vecinos que el asunto es que «ahí estamos todos».

—¿Qué piensa usted?

—A mí me parece que le faltan muchas cosas. Es muy difícil concentrar Cuba en una canción, pero ahí está lo que nosotros, el equipo de trabajo, fuimos capaces de recoger en los días que estuvimos filmando en las calles de La Habana, en el campo, porque nos fuimos a Mayabeque y Artemisa. No podían faltar las Fuerzas Armadas, todo cubano en su momento pasa por el servicio militar; no podía pasar desapercibida la policía, la mujer policía, mira qué delicadeza esa mulata inmensa, de grande que está, dirigiendo el tránsito, y que mira a la cámara y hace una expresión; y el hombre de a pie, el que está en la calle; los niños que se están divirtiendo; la ciencia… imagínate tú, tantas cosas que son nuestras, que están ahí cotidianamente y con una canción como la de Alexander Abreu… El video clip ha pasado y yo espero que pasen muchas cosas más, pero de alguna manera ese video clip ha servido para unirnos a todos, a los de aquí y a los de allá…

—El video es casi una consecuencia o el resultado más visible de un trabajo mucho mayor: el documental Me dicen Cuba, dedicado a Los Cinco y donde apenas se les menciona explícitamente…

—A la hora de hacer el documental yo traté de ponerme en la piel de un norteamericano, yo tengo amigos norteamericanos y son tan chéveres, tan naturales, algunos, no, otros son pedantes y pesados y creídos, como los hay en todas partes, en Cuba también; pero esa gente que quiere a su familia, a su patria, a su bandera, a su música, piensa que es importante la paz, que es necesaria la amistad… y yo me propuse demostrar cuáles son las opiniones de mis entrevistados sobre esos temas. Creo que lo más importante es la sinceridad con que estos hombres y mujeres, músicos cubanos, me hablaron…

Los valores que nos unen a cualquiera y que nos hacen además ciudadanos de este mundo, los valores de los que se habla dentro del documental, sencillamente son los que nos acercan al pueblo de los Estados Unidos, o sea, te estoy hablando de los mismos temas, de los mismos problemas, de los mismos intereses que tienen los Cinco Héroes, que tienen los músicos cubanos y que tienes tú, ciudadano del mundo. De alguna forma, todos los entrevistados me hablaron de los Cinco Héroes, no hay imágenes de ellos, ni de las bombas que se pusieron en Cuba, ni de los aviones de Hermanos al Rescate… creo que era importante hablar de los valores que nos unen y que estos hombres comparten.

Te digo una cosa, el título no era Me dicen Cuba; yo estaba pensando en lo que dice Fina García Marruz, a quienes nosotros llamamos Cinco Héroes ella los llama «los cinco patriotas», y en ella eso significa mucho, porque pertenece a una familia que tiene una tradición desde los mambises y yo pensaba, exactamente, son patriotas, están luchando por la patria, por la tranquilidad de su patria, y yo estaba por ese camino hasta que llegó el número de Alexander Abreu y me transformó completamente.

—Preguntarle al hijo de José Massip cómo llegó a este arte es casi un disparate, pero ¿cómo decidió que quería dedicarse al cine?

—Hay una foto de cuando mi padre estaba haciendo Páginas del diario de José Martí en el año 1972. Hace poco, después que él falleció en febrero del año pasado, yo me descubrí en esa foto. Y es que mi papá no tenía con quién dejarme y me llevaba a las filmaciones, recuerdo que muchas veces le eché a perder escenas, porque yo era amigo de todos los actores que hacían personajes de guerrilleros y tenían caballos, escopetas, y cuchillos, imagínate, para un niño eso era el paraíso; entonces en medio de la filmación yo me metía y él decía sáquenlo, desaparézcanlo, porque cada plano vale esfuerzo, vale dinero, y en aquel momento era celuloide; recuerdo que me decían que el caballo de Máximo Gómez, que lo hacía Justo Vega, tenía garrapatas, «busca para que tú veas cómo tiene bichos», y así me entretenían… No cabe dudas de que tuve una influencia de mi padre.

—¿Estudió cine?

—En Cuba no se estudiaba cine, se mandaba a los países socialistas y yo fui allá a estudiar, pero no precisamente cine, sino Ciencias Sociales. Cuando regreso a Cuba, que termino mi servicio social, trabajaba en la radio, en la COCO, y ya existía la Facultad de Cine, ahí fue donde me gradué en Dirección y empecé a hacer cosas, conseguí trabajo en el grupo de video del CITMA, porque también los padres de mi padre fueron científicos, geógrafos, y tuve una gran influencia de ellos.

A partir de tercer año empecé a trabajar con Enrique Pineda Barnet como parte de la asignatura de Dirección y fundamos un grupo de creación que se llama Arca, Nariz y Al-hambre; el arca era para salvar todo, la nariz para olfatear y al-hambre por La bella del Alhambra y también por el alambre, que acerca o te cerca. Éramos siete alumnos y empezamos a crear y a hacer un montón de cosas juntos. Hice La anunciación como director de Fotografía, también participé en Verde verde, y en Ana hice la fotografía porque Enrique tuvo que irse a Puerto Rico a trabajar y se quedó Tomás Piard. Con Tomás Piard hicimos como cinco o seis cuentos cortos de ficción y con mi papá, dos documentales. El hecho de trabajar con Enrique Pineda, con Tomás Piard y con mi padre, me aportó mucho, fueron tres formas de dirigir diferentes, cada uno con su metodología de trabajo.

—Ya ha dirigido varios documentales, ¿tiene algún proyecto de largometraje de ficción?

—Estoy en estos momentos haciendo la investigación de un proyecto para una película, es sobre un amor imposible…

—¿Alguna otra obra en camino…?

—Vengo haciendo un documental hace siete años con mis propios recursos sobre el aura tiñosa, tú dirás ¿el aura tiñosa?, pero es que resulta ser un ave tremenda y tiene una presencia dentro de la sociedad cubana: la gente dice «qué clase de tiñosa me han puesto arriba», hay un pueblo que se llama Aura, en la terraza del Habana Libre están todas las tiñosas parqueadas, hay un patakí que me contó Natalia Bolívar donde la tiñosa era el mensajero entre la tierra y los dioses… ya llevo tantos años trabajando en esto, que muchas filmaciones tengo que convertirlas, porque cambió el mundo y cambió la tecnología.

—¿Qué hace que un proyecto sea interesante, atractivo para usted?

—Lo importante para mí es encontrar la esencia y las contradicciones que mueven a ese proyecto a que sea verdaderamente lo que él aparentemente es, dónde están las contradicciones, dónde están los conflictos… lo que me motiva es buscarle la quinta pata al gato.

Yo creo que uno tiene un verbo interior y el mío es buscar, a veces he intentado cambiarlo por encontrar, pero todavía no he logrado encontrar, por tanto, yo constantemente estoy buscando…