Miami: Policía y mortíferas pistolas Taser

Miami: Policía y mortíferas pistolas Taser
Fecha de publicación: 
13 Enero 2015
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Esta semana uniformados de ese aparato represivo asesinaron a un joven de 18 años de edad, Roberto Ornelas, en la urbe  floridana de Cayo Largo.

¿Justificación? Debido a no descartar que el estudiante de secundaria “estuviera bajo los efectos de algún tipo de droga”.

Así lo informó el sitio Keysnewsnews.com que puntualizó, además, su muerte fue provocada por un disparo de pistola Taser.

Como dato adicional se ha resaltado que al muchacho lo ultimaron en el interior de su propia vivienda, donde vivía con sus padres.

Aunque el examen médico preliminar no localizó trazos de drogas en el cuerpo del joven, la policía insinuó que estuviera bajo efectos de estas.

¿Porqué tal aseveración no científica? Debido a que, según la versión oficial, cuando asaltaron su hogar lo encontraron en un estado muy exaltado y agresivo.

Este lunes la prensa local se limitó a notificar que la policía del condado Miami-Dade “investiga lo sucedido” en Cayo Largo.

De acuerdo con Keysnews.com, Ornelas falleció el martes en el hospital Homestead,  uno de los que le asistió luego de ser abatido con un arma eléctrica.

Según quien lo asesinó, de apellido Cross, al frustrarse su intento de reducirlo, no tuvo otra opción que dispararle “con una pistola Taser”, justo cuando "arremetía" contra él.

Voceros de la oficina del Alguacil del Condado Monroe aclararon que no harán una pesquisa sobre este caso, dado que sus oficiales  "actuaron adecuadamente".

No es nuevo.

Un ejemplo clave ayuda a comprenderlo mejor.

Meses atrás, la policía de Miami-Beach mató a un joven de 17 años de edad, Israel Hernández Llach, por pintar graffiti en paredes.

 

Al comentarlo, un periodista del Nuevo Herald, Daniel Shoer Roth, escribió: “no tenía antecedentes penales y había recibido premios en su record artístico”.

Después Shoer Roth sentenció: “por lo tanto, se trató de una colosal injusticia…”

Un año y cinco meses después de la tragedia, los padres de Hernández-Llach aún demandaban una investigación por la muerte de su hijo.

Pero como la Fiscalía de Miami-Dade y autoridades federales de ese condado no lo resolvieron, en noviembre último llevaron su caso hasta la ONU.

Su hijo Israel apenas tenía 18 años cuando murió tras recibir el disparo de una pistola Taser, luego que la policía lo descubrió pintando un graffiti en una pared.

Ello revela, entre otros motivos, lo muy controvertida que ha sido esa arma paralizante desde que comenzaron a utilizarla en la década de 1970.

No obstante, el Sindicato  de la Policía de Miami Beach se atreve a defenderla y afirmar que “no es letal”.

En ese contexto, la agencia española EFE reportó nuevas desgracias: dos muertos y un herido de gravedad por balaceras en los condados Miami-Dade y Broward.

Méritos le sobran.

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