Buen año para Héctor Mendoza en lidias beisboleras

Es un sueño para todo atleta integrar el equipo Cuba y si además uno se consagra como campeón de la XXII edición de los Juegos Centroamericano y del Caribe en la primera oportunidad, es más emocionante, con casi dos metros de estatura.
 

Antes de partir hacia México conoció que sería el cerrador del equipo, la responsabilidad era grande porque en sus manos estaba la definición de la victoria y lo consiguió en las cuatro comparecencias en el box, cuando la dirección del equipo le confió cada desafío.
 

Mi mayor anhelo lo cumplí con 20 años, formé parte del equipo Cuba, me coroné campeón en mi primera participación internacional y compartí el terreno con  Frederich Cepeda y Yuliesky Gourriel, quienes junto a Michel Enríquez, me inspiraron desde niño, dijo.
 

Cuando lancé contra Nicaragua por el oro en Veracruz solo pensé en ponchar al bateador y ganar, y después de dos strike supe que podía hacerlo, gracias a Dios salió y aunque no lo expresé físicamente, sí me emocionó mucho el triunfo, sonrió.
  

Con desenfado habla del respaldo de la familia a su carrera en ascenso, de los compañeros de equipo con los que comparte su reciente experiencia en la liga japonesa, conocimientos que aprovecha para aportar a la clasificación de los Piratas en la actual campaña.
  

Alternaré con Danny Aguilera como cerrador en las subseries que quedan de esta primera etapa de la LIV Serie Nacional de Béisbol, función que desempeño con los Gigantes de Yomiuri en Japón, donde regresaré a fines de diciembre o primeros días de febrero de 2015, refirió.

 
Hoy me conocen muchas personas porque dejé de ser el pitcher de la Isla que lanza duro, para convertirme en un integrante del equipo Cuba, pero me gustaría más que me vieran como un atleta sencillo y un amigo con el cual pueden contar siempre, concluyó.